«Lo que nos hicieron me compromete aún más para seguir registrando todas las movilizaciones y los hechos represivos que lleve adelante este gobierno», dijo a Tiempo Daniel Raichijk, que actualmente es documentalista y trabajó 31 años en Canal 13 como camarógrafo de noticias. Él es uno de los trabajadores de prensa que fueron agredidos, lastimados e incluso detenidos mientras cumplían con sus tareas periodísticas en las inmediaciones del Congreso filmando la movilización contra la Ley Ómnibus y el avance de la fuerzas de seguridad.
El jueves pasado, Raichijk estaba en el momento y el lugar justos. «Estoy haciendo un documental sobre el contexto económico y social que atraviesa el país», contó. Habían pasado 25 o 30 minutos de las 20, y antes de sufrir el ataque de efectivos policiales, Daniel estaba con su cámara sobre Hipólito Yrigoyen y Luis Sáenz Peña. Las columnas de cientos de personas se hallaban sobre la vereda, otras en las cercanías del monumento a Mariano Moreno, y la gran mayoría en las inmediaciones del Monumento a Los Dos Congresos. Las fuerzas de seguridad ya habían realizado una primera etapa de violentas acciones sobre los manifestantes y nadie imaginó que volverían al ataque.
«No me dieron tiempo de reacción, me rociaron la cara y el cuerpo con un gas que nunca vi ni sentí en más de 35 años de trabajo. Me ardió el cuerpo por varias horas», sintetizaRaichijk. «El gas atravesó la ropa y quemaba mucho, era una especie de fuego líquido», describe mientras recuerda que a esa hora ya había poca gente en la plaza. «Por eso resulta ilógico, porque de repente apareció el cuerpo de policía motorizado de la Federal y comenzó a disparar a lo loco, se metieron dentro de la plaza donde estaba la gente -porque nadie estaba cortando la calle. De alguna manera, ellos mismos violaron el protocolo que querían hacer cumplir».
Tras recibir los gases sobre el rostro y parte del cuerpo, Daniel intentó permanecer un tiempo más en el lugar para registrar los heridos y recabar más testimonios. Él, como pocos, sabe que con su herramienta de trabajo no sólo saca a la luz aquello que otros quieren ocultar, sino que sus registros pueden ser relevantes a la hora de definir un dictamen judicial.
En 2001, filmó los hechos de una represión que puso en jaque al Gobierno de De La Rúa y su trabajo fue utilizado por la justicia. «Fui testigo del 2001 en los juicios porque hubo dos personas que mataron al lado mío, y mi material sirvió como prueba. Y tanto en aquel momento como hoy queda claro que el único camino para implementar este ajuste es con represión. Y no es casual que hayan reprimido también a trabajadores de medios: el ataque a la prensa fue dirigido», subraya.
Quienes estuvieron en los alrededores del Congreso coinciden que existieron tres fases de la represión: los uniformados en la calle, que arman un cordón para contener a quienes intentan cortarla –algo que no ocurrió el jueves y viernes pasados-; la Gendarmería que actúa como fuerza de choque para empujar y golpear con palos a los manifestantes; y por último la aparición de los policías motorizados que disparan y gasean a la multitud.
Saña
Alfredo Luna es fotoperiodista y trabaja hace diez años en la agencia Télam. El jueves estaba cumpliendo sus tareas en Plaza Congreso. «La movilización era bastante tranquila con respecto a lo que vivimos el miércoles. En la zona estuve desde temprano, y a eso de las 19:15 llegan unos camiones de Gendarmería con un contingente de gendarmes que se forman sobre Av. de Mayo», recuerda. «Minutos más tarde avanzan las motos contra los manifestantes que estaban cortando parcialmente una cuadra como mucho. Allí estaba el diputado Nicolás del Caño dando una entrevista a Crónica y nos empujaron a él, a mí, a la cronista del canal y nos llevaron a todos para arriba de Plaza Congreso», agrega.
La policía en ese momento comenzó a tirar gases. Luna estaba cerca de un reportero gráfico que fue alcanzado por el líquido y que pudo registrar ese momento con su cámara. «A mí con los gases me dan de lleno en la cara y durante unos diez minutos perdí la vista. Me asistieron dos chicas y un muchacho que me alcanzaron limón para pasarme por la piel. Sentía mucho ardor y estaba totalmente enceguecido».
Cuando logró recuperar algo de la visión, Luna escuchó que se acercaban las motos de la Federal. El turno de Alfredo terminaba a las 20:30 y tenía que ser reemplazado por Víctor Carreira, su compañero de Télam. Llegó, y ambos comenzaron a sacar varias fotos de los vestigios de la primera parte de la represión.
«Las motos se vuelven a reagrupar, arman un círculo en la esquina de Hipólito Yrigoyen y Av. Entre Ríos. Mi compañero va a hacer fotos, yo lo acompaño para resguardarlo y desde las motos comenzaron a disparar. Yo tenía una pechera del SiPreBA y Víctor una remera que lo identificaba como prensa. Sentí que las postas estaban impactando cerca de mis piernas, yo estaba con una bermuda. Lo agarro a Víctor de la espalda, le digo que salgamos, corrimos aproximadamente tres metros y pasó una moto cerca, se escuchan dos disparos y Víctor empezó a gritar y a renguear», narra Luna.
Su compañero sufrió un impacto de bala de goma en el gemelo derecho y Alfredo en el muslo izquierdo. «En ese momento nos quedamos pegados a la reja del monumento, pasaron nuevamente las motos por arriba de la vereda y volvieron a disparar: ahí le pegaron dos balazos a Lorena Tapia, colega de la TV Pública». «