Tras el pre-acuerdo con el FMI, el ministro de Economía y precandidato presidencial, Sergio Massa, anunció, entre otras medidas tendientes a recomponer las reservas del Banco Central, la aplicación de un “dólar maíz”, como ya se había hecho con la soja. Así se formalizó un aumento de $ 300 a $ 340 del tipo de cambio diferencial para las exportaciones de maíz y de otros cultivos de las economías regionales, hasta el 31 de agosto.
Desde la Mesa Agroalimentaria Argentina, la medida fue cuestionada por el impacto que tendrá en el abastecimiento y el precio de los alimentos en el mercado interno.
El maíz es un insumo clave en las cadenas cárnicas, de lácteos y de huevos, con lo cual el impacto de un dólar diferencial para exportadores, repercute en forma directa en el precio de los alimentos que consumen las familias.
“El dólar diferencial para el agro es una solución para los grandes empresarios y más palos en la rueda para los pequeños productores”, señaló Deborah Jáuregui, productora de animales de granja en la localidad bonaerense de San Vicente e integrante de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT). “Es una medida que genera especulación porque los productores se guardan el maíz para exportar y desabastecen el mercado, lo que nos encarece el precio del alimento para nuestros animales. Esto nos complica para mantener las producciones y venderlas a un precio justo”, describió.
Un parche que favorece a pocos
“Entendemos la situación del país, la presión del FMI y la necesidad de conseguir dólares, pero el dólar maíz, como ocurrió con el dólar soja, termina beneficiando a los grandes pooles de siembra y perjudica a aquel productor que tiene que salir a comprar un maíz más caro para sus pollos, sus animales de granja o para fabricar polenta”, destacó Juan Manuel Rossi, presidente de la Federación de Cooperativas Federadas (Fecofe). “Son parches que obedecen a los vencimientos del Fondo y no a una verdadera política agraria”, sostuvo.
En el mismo sentido, Omar Príncipe, titular de Bases Federadas -un grupo disidente de la conducción de la Federación Agraria – remarcó que “este tipo de medidas, que tienen la misma lógica que el dólar soja, responden a la necesidad de acumular divisas y favorecen la concentración de la actividad agraria y el negocio financiero”.
En cuanto al anuncio del ministro Massa de quitar las retenciones a todas las economías regionales a partir de septiembre, Principe se mostró escéptico: “Tanto el dólar diferencial como la quita de retenciones son parte de la agenda de los grandes ruralistas. Ya tuvimos experiencias de quita de retenciones al algodón y al vino y el diferencial se lo quedaron las grandes corporaciones, mientras al pequeño productor le seguían pagando miseria por el fruto de su trabajo”, comentó.
Propuestas y políticas diferenciadas
Ante la necesidad de un replanteo de las políticas agroalimentarias, la Mesa Agroalimentaria Argentina el pasado 5 de julio presentó en el Congreso de la Nación un Programa Agrario para el Alimento donde además de abordar problemáticas de acceso a la tierra, de arrendamiento rural, de protección de territorios, financiamiento cooperativo, abastecimiento de alimentos, impulso a la agroecologia, se plantean políticas segmentadas para el sector de pequeños y medianos productores,que son los que abastecen al mercado interno de alimentos.