Con el caso Odebrecht pisándole los talones, el gobierno de Mauricio Macri maniobró para tomar distancia de la empresa sin perder contacto con sus negocios. El macrismo celebró como un «alivio» la anunciada sesión de la porción que la firma brasileña posee en la UTE que debería realizar el soterramiento del ferrocarril Sarmiento. Cuando el Estado firme los papeles de rigor, el beneficiario será la italiana Ghella, que de ese modo obtendrá el 70% y, por lo tanto, el control de la UTE. El 30% restante se mantendrá en manos de SACDE, la constructora de Marcelo Mindlin, que le compró IECSA a la familia presidencial.
En el gobierno creen que el pasamanos diluirá las sospechas. Pero no debería apurarse a celebrar: el súbito estrellato de Ghella reabrió pesquisas sobre la histórica relación entre la empresa italiana y el Grupo Socma, el holding de los Macri.
Ghella arribó a la Argentina a fines de 2006. Poco después se asoció en partes iguales con Angelo Calcaterra para constituir ODS, un holding polirrubro que tenía entre sus controladas a IECSA, la constructora que Franco Macri papá de Mauricio y tío de Angelo le cedió a su sobrino. Hasta ahí, la historia blanca. Pero habría un lado B.
Documentos de aquella transacción, a los que tuvo acceso Tiempo, muestran que en el mismo momento en que Calcaterra adquirió el 50% de IECSA a Socma por 61 millones de dólares, se firmó un acuerdo mediante el cual el empresario se comprometió a pagarle 14 millones de dólares a Socma por «futuros negocios». El acuerdo se celebró dos meses antes de que Mauricio Macri asumiera como jefe de Gobierno de la Ciudad. Una de sus primeras medidas como intendente fue, precisamente, entregarle a Ghella la obra del entubamiento del Arroyo Maldonado. Legisladores de la oposición preparan una demanda para que la Justicia investigue si hubo relación entre el compromiso de pago de IECSA con Socma y la concesión del Maldonado, el primer gran negocio de ODS. En concreto, solicitarán que se investigue si esos 14 millones de dólares no fue una gratificación preacordada a sabiendas de lo que haría el primer gobierno PRO.
La aceitada relación de Ghella con el gobierno macrista impulsó los negocios de la italiana en el país, al punto que Argentina llegó a representar el 25% de la facturación de la firma a nivel mundial. Varias de esas concesiones obtenidas por ODS hoy están bajo la mira de la Justicia en Brasil, Colombia, República Dominicana y, también, la Argentina. «