En este momento, en la Argentina, hay un expediente judicial por trata de personas en las que se acusa a las autoridades del Opus Dei de haber reducido a servidumbre a 43 mujeres pobres durante más de 40 años. La causa, inédita en la historia de la organización y de la Iglesia Católica, puede terminar en la Corte Suprema de Justicia.

“Con el nombramiento por decreto de Manuel García Mansilla como juez de la Corte Suprema, el Gobierno pone un cuadro del Opus Dei en lo más alto de la Justicia. García Mansilla fue decano de Derecho en la Universidad Austral que pertenece al Opus Dei. En su familia, además, hubo muchos miembros de la organización. Desde la década del ’90 cuando estuvieron Rodolfo Barra (ex ministro de Justicia) y Antonio Boggiano (ex juez supremo) que esto no ocurría en el país”, dice Paula Bistagnino, periodista y autora de Te serviré. Fe, poder y disciplina: el plan del Opus Dei para beneficiarse de una de las mayores fortunas de América del Sur, una investigación minuciosa sobre esa “gran maquinaria de poder montada sobre un corazón religioso que la pone a funcionar”.

El trabajo de Bistagnino expuso el modus operandi: mujeres reclutadas, en su mayoría, cuando eran niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad para realizar de por vida tareas domésticas en los centros de la organización, tanto en el país como en el extranjero. Nadie como ella para responder sobre las implicancias de un cuadro del Opus Dei en el máximo tribunal.

García Mansilla, el Gobierno y el Opus Dei

La autora habla de la asunción del flamante (al menos por ahora) juez de la Corte y el Opus Dei: «apenas juró, casi a escondidas, García Mansilla ya empezó a empujar las ideas que intentó ocultar cuando expuso en el Senado. Es autor de un libro en el que cuestiona la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) y que habla de una ‘industria ilícita’ del aborto, que se presentó en la Universidad Austral primero y en el Congreso después. Por eso ya generó expectativas en los sectores más retrógrados que lo respaldan en su avanzada contra los derechos de mujeres y minorías, algo que el Opus Dei milita en lo académico y en la Iglesia. Si bien la Justicia argentina está bastante penetrada por miembros y cuadros del Opus Dei, que estén en el Tribunal Máximo del país me parece que es importante y no en un buen sentido».

–Desde una mirada más general, ¿encontrás coincidencias o vínculos entre el “mensaje” del Opus Dei y el ideario libertario?

– Si bien Javier Milei y la mayoría de los que integran este Gobierno no son personas o personajes que al Opus Dei les guste demasiado, sí están respondiendo a los intereses de la organización. También este Gobierno usa a personas formadas en la universidad del Opus Dei, sobre todo, como ya dije, en las cuestiones antiderechos con una mirada bastante clasista de la sociedad. Muchos de los argumentos contra el aborto salen de intelectuales de la Universidad Austral.

–¿Se puede hablar de un clima de época favorable a los intereses del Opus Dei?

–Sin ninguna duda. Mucho de lo que el Opus Dei propone desde su mirada del mundo, que es muy clasista y ultra conservadora, tiene ver con esta época. Recientemente, el exprocurador del Tesoro, Rodolfo Barra, que a su vez fue reemplazado por otro reconocido cuadro del Opus Dei como es el abogado Santiago Castro Videla, y Ursula Basset, que está en Cancillería, estuvieron presentando dos libros en contra del aborto (ellos dicen «a favor de la vida») en la Universidad Austral. Cuando el Gobierno les quitó a las organizaciones sociales el reparto de la comida se lo dio a CONIN, una organización del médico mendocino Abel Albino que es un numerario del Opus Dei y que tiene un programa de nutrición infantil con una mirada ultraconservadora católica y clasista de tutela de los pobres. En este tipo de relaciones se puede ver de qué manera se inserta el Opus Dei en el Gobierno de Milei.

Maquinaria de poder

Para Bistagnino, los cuadros del Opus Dei se insertan en el Estado no sólo porque son buenos para eso, sino porque es la misión propuesta por su fundador Josemaría Escrivá de Balaguer: penetrar en la vida civil a través de la religión: “llegar a los más altos cargos públicos está entre los objetivos declarados y planificados de la organización”.

–¿Cómo definirías al Opus Dei?

–El Opus Dei es una gran maquinaria de poder montada sobre un corazón religioso de miembros puros que reciben dirección espiritual, con prácticas religiosas muy rigurosas que incluyen, por ejemplo, la autoflagelación. Ese corazón religioso mantiene viva la estructura de poder. Pero esa estructura de poder es más importante que lo religioso porque cada vez menos personas están dispuestas a hacer una vida de disciplina. Al mismo tiempo son tantas las capas que tiene el Opus Dei, hay tanto para contar, tanto dolor en el camino, que llevo varios años en esto y todavía no lo puedo soltar. Para mí fue como saldar algo que tenía en la cabeza desde que era chica porque conocía que había existido la escuela de mucamas del Opus Dei y la conciencia de la adultez y la conciencia feminista me hicieron volver sobre eso para meterme ahí. Y acá estoy.  «

Una serie que relata los abusos

El minuto heroico: yo también dejé el Opus Dei es una serie documental creada por la periodista española Mònica Terribas y estrenada el pasado 7 de febrero en MAX, que presenta a 13 mujeres de España, Irlanda, Reino Unido y América Latina que por primera vez relatan los abusos –psicológicos y físicos– sufridos en el interior de la organización.
“Las notas que empecé a publicar sobre el Opus Dei tenían que ver con esto también –reflexiona Bistagnino luego de ver la serie –, historias de vida y experiencias dentro de la organización. Pero después me di cuenta de que si yo realmente quería contar cómo funciona el Opus Dei debía ir más allá de las historias individuales, sacarlo del lugar de la experiencia de vida y contar la estructura para hablar del dinero, de la organización jurídica y, sobre todo, de los delitos cometidos”.