Aunque todavía sin fecha confirmada de estreno en la Argentina, se viene Cazafantasmas: Imperio helado, nueva entrega de la mítica saga cinematográfica que arrancó en década de los ‘80. Gil Kenan dirige esta película con la que la franquicia regresa a Nueva York donde los nuevos miembros del equipo (interpretados por Paul Rudd, Carrie Coon, Finn Wolfhard y Mckenna Grace) unirán fuerzas con los tres Cazafantasmas originales que, tras la muerte de Harold Ramis hace ahora una década, siguen con vida: Dan Aykroyd, Bill Murray y Ernie Hudson. Y además de la notable presencia de Ramis, no en vano son los descendientes de su personaje, la familia Spengler, quienes conforman el nuevo equipo, durante todo el proyecto estuvo muy presente la memoria Ivan Reitman, director de la saga original que falleció unos meses después del estreno de Cazafantasmas: más allá, la anterior entrega dirigida por su hijo, Jason Reitman, en 2021.
Un duro golpe tras el que el Jason Reitman decidió dar un paso a un lado y delegar la dirección en Gil Kenan, su colaborador habitual con quien firmó el libreto de Cazafantasmas: más allá‘. «Fue una experiencia muy especial para mí, porque estuve muy cerca de ellos en aquel momento», recuerda Kenan en una entrevista concedida a Europa Press en la que destaca lo «importante» que fue ver cómo con el regreso de la saga a los cines hace un par de años «el mundo volvía a celebrar Cazafantasmas y la importancia que tenían las películas que él creó en 1984″.
En este punto, el guionista y director destaca que la trama de Imperio helado Jason y él ya la habían «empezado a escribir antes de que Ivan falleciera» y que su historia contó con el beneplácito del mítico cineasta. «Pero había una gran capa emocional añadida tras la muerte de Ivan. Tanto desde el punto de vista emotivo como narrativo, creímos que era yo quien tenía que contar esta película», dice.
«El plan inicial siempre fue que Jason dirigiera esta película, pero un par de meses antes de comenzar a rodar Jason me llamó y me dijo: “No creo que pueda hacerlo. Es demasiado doloroso”. Estaba muy unido a su padre y era demasiado pronto, había pasado muy poco tiempo desde que Ivan nos dejó y fue demasiado emotivo», reconoce Paul Rudd que vuelve a encarnar al profesor Gary Grooberson. Un personaje, subraya, gracias al que puede presumir de ser uno de los pocos miembros del selecto club de personas que han conducido el Ecto I, el coche de los Cazafantasmas creado hace ahora 40 años para la película original.
Paul Rudd y la nostalgia
«Ha sido uno de los momentos más increíbles de mi vida. Sabía que estaba entrando en un club muy exclusivo. No hay muchas personas que lo hayan hecho. Y es el Ecto I original, no construyeron uno nuevo para esta película», dice entusiasmado el actor que reconoce que la nostalgia es una fuerza muy poderosa, aunque no infalible.
«Creo que algunas cosas sí eran mejor en el pasado de lo que son ahora. Pero es fácil romper con todo lo moderno, con el lugar en el que estamos en el presente, y sentirnos nostálgicos. A todos nos gusta decir eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor», reflexiona Rudd que tiene claro de cuál de los avances que ha experimentado la sociedad en los últimos 40 años prescindiría. «No creo que las redes sociales y los celulares nos hayan ayudado demasiado. Sí que hay algunas cosas buenas que han salido de ahí, pero creo que, probablemente, son lo que va a causar la destrucción total», augura aunque siempre con una sonrisa.
Y en cuanto a la comedia, la también estrella del Universo Cinematográfico Marvel, donde interpreta a Ant-Man, cree que la forma de hacer reír también ha cambiado en estas últimas décadas: hay que tener más prudencia, ser más precavido, teniendo en cuenta la sensibilidad actual. Lo cual, subraya, no es algo negativo ni significa necesariamente falta de libertad o autocensura. En este sentido, Rudd sostiene que «ahora somos un poco más conscientes de las perspectivas de otras personas» y asegura que «eso es algo bueno». «Creo que es importante tomar en cuenta a grupos que se sientan marginados e incomprendidos», señala el actor. «La verdad es que términos de la escritura o de estructura de narración o chistes nunca sentí que tuviéramos ningún tipo de limitaciones. Trabajamos para hacer estos momentos tan divertidos, tan aterradoras y tan singulares como fuera posible», secunda el director.
«Pero sobre todo creo que, independientemente de las circunstancias en las que estemos, es importante que todos mantengamos el sentido del humor, porque si no puedes bromear… ¡Oh, Dios mío, de qué sirve estar vivo! Todo es una broma, porque todos vamos a ir de todos modos, así que… tal vez si todos pudiéramos reírnos de todo sería genial», concluye Rudd.