El lunes 21 de abril marcó un hito histórico: la muerte del Papa Francisco, a los 88 años, dejó un vacío político y espiritual. Entre los homenajes que se multiplicaron en todo el mundo, uno llamó la atención por su procedencia y su tono: Patti Smith, figura clave del punk y la poesía urbana, publicó un poema en honor al pontífice argentino.


Smith y Francisco compartieron más de una coincidencia espiritual. Ambos convirtieron la compasión en bandera y buscaron, desde sus trincheras, la redención de los márgenes. En 2014, Patti participó del concierto navideño organizado por el Vaticano y, contra todo pronóstico, interpretó «People Have the Power» ante una audiencia eclesiástica. Desde entonces, el respeto fue mutuo.


El poema —cuya versión completa no fue difundida— fue citado por The Guardian como un texto «de gratitud y esperanza», donde la artista se refiere a Francisco como “hermano en el ruido y en el silencio”. Según allegados, Smith escribió las líneas en la madrugada posterior al anuncio de la muerte.


Este gesto no es nuevo en su obra. A lo largo de su carrera, Patti Smith supo dedicar textos a figuras que moldearon su cosmovisión: Rimbaud, Pasolini, Virginia Woolf, Lou Reed. Esta vez, el destinatario fue un jesuita de Flores que habló de justicia climática, migración y pobreza estructural desde la cúpula del Vaticano.

Patti Smith despidió al Papa Francisco con un emotivo poema
Smith y el Papa Francisco.


“Gracias por ser un aliado de los que no tienen voz”, escribió Smith en su cuenta oficial. La frase fue acompañada por una imagen en blanco y negro del Papa, de espaldas, caminando entre fieles. Ningún símbolo religioso explícito. Solo un hombre de abrigo blanco bajo un cielo inmenso.


En tiempos donde el gesto poético parece desterrado del espacio público, el homenaje de Patti Smith restituye algo esencial: la posibilidad de despedir con belleza. No hay cinismo, no hay propaganda. Solo el arte puesto al servicio del duelo colectivo.

La despedida al Papa de otras figuras del arte

Desde el mundo del cine y la música, numerosas figuras internacionales expresaron su respeto tras la muerte del Papa Francisco. Bono, líder de U2, lo definió como “una voz de conciencia en tiempos de ruido” y recordó sus gestos hacia los marginados. Jane Campion, directora de El piano, lo elogió por su mirada compasiva sobre las mujeres y los cuerpos silenciados.

Pedro Almodóvar destacó su apertura con las disidencias y lo llamó “el primer papa verdaderamente contemporáneo”. Meryl Streep habló de su humildad como virtud política. Yoko Ono escribió en X que Francisco “cuidó al mundo como un artista cuida su obra”. En un homenaje grabado, Yo-Yo Ma interpretó «Ave María» desde su casa. Nick Cave, en su blog The Red Hand Files, lo llamó “un hombre que supo unir fe y ternura”.

Patti Smith despidió al Papa Francisco con un emotivo poema
Nick Cave.