Gran parte de la Patagonia podrá quedar este invierno al borde del colapso por el desfinanciamiento, los despidos masivos y la inoperancia de la Casa Rosada que impiden a Vialidad Nacional (VN) poner en marcha el plan de trabajo que cada año mantiene despejadas de hielo, nieve y rocas a todas las rutas nacionales y pasos fronterizos desde Tierra del Fuego hasta el sur de Mendoza.
El Plan comprende una compleja articulación de organismos nacionales, provinciales y hasta municipales que se planifica desde diciembre y ocurre entre abril y octubre para mantener operables unos 8000 kilómetros de rutas para el transporte nacional e internacional de mercancías y personas, el abastecimiento de ciudades y poblados, la circulación segura de turistas y, principalmente, la Seguridad Vial indispensable para la preservación de la vida de millares de personas.
Tiempo Argentino consultó a media docena de trabajadores y directivos de las delegaciones de Vialidad Nacional de Chubut, Río Negro y Neuquén, quienes coincidieron en alertar que no existen las condiciones mínimas materiales, presupuestarias y humanas para llevar adelante el «Operativo Invernal» o «Plan Niev»” o, según su nombre oficial, el Plan Integral de Mantenimiento Invernal (PIMI).
Desde mediados de abril, el Operativo comienza cada día a las tres de la madrugada con choferes que recorren en camionetas cada kilómetro de ruta para verificar su estado y reportarlo a los campamentos base. Desde allí se envían los informes oficiales a los medios de comunicación y a los organismos de Seguridad (Policía, Gendarmería), y paralelamente se despachan los enormes camiones barrenieve con tanques de sal en sólido o de solución salina que, en caso de heladas, sirven o para impedir la formación de hielo o para disolverlo si ya se concretó.
Toda la maquinaria y vehículos de Vialidad Nacional despejan nieve y evitan hielo, pero también intervienen en las rutas cordilleranas cuando se producen desmoronamientos o deslaves por las lluvias torrenciales que duran varios días. En el «recorrido preventivo» que efectúan de madrugada, los trabajadores hacen de rescatistas en los accidentes viales que suceden en la noche.
En las zonas más ásperas como en las mesetas centrales, previo al amanecer las temperaturas suelen bajar hasta los -20 grados en el invierno.
Las motoniveladoras operan mayormente en los caminos de ripio, cuando el trabajo de los barrenieve resulta insuficiente o cuando la acumulación de nieve es muy grande y compacta.
Todo este dispositivo para garantizar la producción, la seguridad vial y la vida cotidiana de centenares de miles de patagónicos será paralizado este año por la persistencia del Gobierno nacional en destruir el Estado desde adentro, sin medir las vidas que afecta y pone en peligro como ocurre con su negativa a brindar medicamentos oncológicos, entregar alimentos a comedores populares y la falta de atención de la epidemia de dengue, entre otros.
La prórroga del presupuesto 2023 sin actualización deja al Operativo Invernal con solo un tercio de los fondos necesarios. Ese desfinanciamiento, por citar dos casos, impedirá adquirir todo el combustible necesario, y ya hizo fracasar dos licitaciones por 87 y 120 millones de pesos de la delegación de Neuquén para comprar sal. Actualmente cuenta con menos de una tonelada que sobró de la campaña anterior.
Hace una semana que en Chubut los trabajadores de VN se declararon en Estado de Alerta y Movilización por los despidos y porque les deben parte del salario (los viáticos) desde diciembre. También confirmaron a Tiempo que en la provincia no se compró aún la sal, que media docena de barrenieves está fuera de servicio por falta de repuestos y que no hay dinero para comprar los tubos de gas para calefaccionar las casillas móviles que habitan los trabajadores en los campamentos durante todo el invierno.
El delegado de esa provincia, Julio Otero, se negó a explicar la situación y su vocero, el locutor Marcelo Yapura, se remitió a un comunicado oficial de febrero en el que la intervención nacional niega la existencia de problemas.
Los despidos de trabajadores de Vialidad, con años de capacitación y experiencia, afectaron por igual a todas las delegaciones patagónicas y dejaron a algunos sectores paralizados. En Río Negro ahora hay más camiones y maquinaría vial que choferes y maquinistas. Lo mismo sucede en Neuquén, donde además despidieron a un ingeniero vial especializado en los pasos fronterizos con Chile, y al periodista Sergio Arregui, quien realizaba de lunes a domingo todos los reportes sobre el estado de las rutas. Desde el 27 de marzo a las 7 de la mañana, nadie informa lo que sucede en las rutas nacionales neuquinas.
Para la Cordillera chubutense hay sólo siete maquinistas y choferes, y en invierno se requieren 25. Con los despidos quedaron cinco. Habitualmente, aquella diferencia entre necesidad y existencia se cubría con convenios entre Vialidad y los municipios, que aportaban los trabajadores. Pero la nueva intervención nacional asumida en diciembre se negó a renovarlos y fueron dados de baja.
En Río Negro hacen falta 300 trabajadores para mantener el Operativo, pero sólo hay 140 y el 27 de marzo despidieron a ocho, de los cuales seis son choferes y maquinistas que despejan las rutas de hielo y nieve.
La inminente paralización del Operativo Invernal también pondrá en riesgo la vida y la hacienda de millares de habitantes de pequeños parajes y aldeas rurales de la meseta chubutense y rionegrina, por ejemplo, donde en ocasiones sólo la maquinaria de Vialidad puede llegar con ayuda para las familias campesinas y crianceras, y al rescate de sus animales cuando las fuertes tormentas de nieve dejan a los pueblos y aldeas completamente aislados.
Es lo que suele suceder cada invierno en las localidades rionegrinas de Pilcaniyeu, Maquinchao, Menuco u Onelli, donde se registran las temperaturas más bajas de la Argentina. Todos ellos, ahora, deberán arreglarse por sí mismos o con la ayuda de las fuerzas del mercado. «