La muerte del papa Francisco dejó a la Iglesia Católica en “sede vacante”, un estado excepcional que concluirá con el histórico y cerrado cónclave, donde los cardenales menores de 80 años se reúnen en la Capilla Sixtina para elegir a su sucesor.
Del latín “cum clave” (bajo llave), el cónclave es un rito centenario marcado por el secreto y la solemnidad. La Santa Sede queda en manos del camarlengo (hoy, Kevin Farrell), quien convocará a los cardenales a Roma para organizar la sucesión y fijar la fecha del encuentro, que deberá realizarse dentro de los 20 días siguientes.
Una vez reunidos en la Capilla Sixtina, los cardenales juran confidencialidad, se aíslan completamente del mundo —con inhibidores de señal incluidos— y comienzan las votaciones secretas. Para que un candidato sea electo como papa se requieren dos tercios de los votos.
Así será el mapa para el cónclave que elegirá al nuevo Papa… Desde el último consistorio celebrado en dic 2024, hay 252 cardenales y 135 electores, de los cuáles 108, han sido nombrados por Francisco, 22 por Benedicto XVI y 5 por Juan Pablo II.
— LA RUEDA, comunicación popular (@laruedanoticias) April 21, 2025
Francisco no se las dejó fácil. pic.twitter.com/G1xwbY1OC0
Las papeletas se queman después de cada ronda: humo negro indica que no hubo acuerdo; humo blanco, que hay nuevo pontífice. Cuando se alcanza consenso, el elegido responde si acepta el cargo y qué nombre tomará. Luego, desde el balcón de la basílica de San Pedro, se pronuncia el célebre anuncio: “Habemus Papam”.
La sucesión, paso a paso
- Sede vacante: La Santa Sede queda a cargo del camarlengo, quien convoca a los cardenales a Roma.
- Exequias y organización: Se celebran los funerales y se establece la fecha del cónclave.
- Aislamiento: Los cardenales electores (menores de 80 años) se encierran en la Capilla Sixtina.
- Juramento: Juran mantener el secreto absoluto sobre todo lo que ocurra durante el proceso.
- Votaciones: Se realizan hasta cuatro votaciones diarias (dos por la mañana y dos por la tarde).
- Recuento: Se queman las papeletas; el humo indica el resultado: negro (sin acuerdo) o blanco (nuevo papa).
- Aceptación: El elegido debe aceptar el cargo y elegir su nombre papal.
- Anuncio oficial: El protodiácono proclama el tradicional “Habemus Papam” desde el balcón del Vaticano.
- Primera bendición: El nuevo pontífice se presenta ante el mundo e imparte la bendición Urbi et Orbi.