Los trabajadores nucleados en el sindicato de la red de transportes metropolitana (RETP por sus siglas en francés) paralizarán París este viernes en una pulseada contra la reforma previsional que intenta promover el presidente Emmanuel Macron. Las 10 líneas de subte estarán cerradas, habrá muy pocos trenes de cercanía y solo un tercio de los colectivos rodarán por las calles de la capital gala.
La reforma del sistema de jubilaciones es otra de las promesas de campaña del presidente, que llegó a su cargo en mayo de 2017 y tuvo un fin de año bastante movido por las masivas movilizaciones de los «chalecos amarillos«, habitantes de la periferia que protestan por el incremento del precio del combustible, y que algunos meses antes venía manteniendo enfrentamientos con ferroviarios que rechazan el recorte en servicios y de beneficios laborales para los empleados de la compañía estatal SNCT. (ver aca)
Esta vez el disparador de la protesta fue el plan pergeñado por Jean-Paul Delevoye, recientemente designado encargado con rango ministerial de llevar adelante la reforma del sistema de jubilaciones francés, un orgullo de la nación y una piedra en el zapato de varios gobiernos conservadores que desde hace cuatro décadas.
Considerado un modelo de Estado de Bienestar, por esta misma razón es un símbolo de todo lo que el modelo neoliberal quiere atacar primero, junto con la reforma laboral.Todo aquel que lo iontentó antes, fracaso por la potencia del rechazo popular.
Delevoye, de 72 años, es un experimentado dirigente socialcristiano que fue ministro de la Función Publica con el conservador Jacques Chirac, entre 2002 y 2004. Ya desde antes venía estudiando el sistema previsional y, en tal sentido, venía intentando imponer un plan de recortes y un cambio de diseño afín al ideario neoliberal.
Comparte con Macron ciertas afinidades: asistieron al mismo colegio de jesuitas La Providence de Amiens, al norte del país. Allí daba clases de latín y francés Brigitte Trogneux, y allí la mujer trabó relación con uno de sus alumnos, Emmanuel, con quien se casó en 2007, cuando el actual presidente galo tenía 30 años y ella 54.
El martes de la semana pasada, Macron nombró a Delevoye como Alto Comisionado para la Reforma, en lo que fue interpretado como un giro del presidente, que recurrió a dirigentes con mucho «barro» en la política y no técnicos sin experiencia que visiblemente chocaron con «la calle» cuando tuvieron que debatir con los piqueteros de chaleco amarillo.
La reforma previsional plantea una jubilación universal con un único período de aportes, que actualmente está ubicado en los 43 años de cotización. El primer problema es que existen en Francia existen 42 regímenes diferentes, cada uno con sus peculiaridades. Se entiende que no es lo mismo el trabajo en una mina o en la construcción que en una oficina o un comercio.
Por otro lado, propone subir la edad mínima de 62 a 64 años mediante una tabla de reducción de haberes a quienes quieran retirarse antes. El argumento es que en promedio los franceses se retiran a los 63 años. Pero en la práctica sucede que los años de aportes son tantos que en un contexto de alta desocupación, empleos precarios y grandes períodos de inestabilidad laboral, son cada vez menos los que pueden llegar a ese beneficio.
Pero el tema más irritativo para los trabajadores reside en un sistema de puntos para el cálculo de la pensión final. En la teoría, cada trabajador tendría los mismos derechos por cada euro aportado a la previsión social. Lo que queda menos claro es a cuánto cotiza cada punto a la hora de la verdad.
El informe presentado por Delevoye señala que por cada 10 euros aportados al sistema el jubilado recibe un punto. La trampa de la propuesta es que se tome en cuenta el escenario demográfico y la esperanza de vida de los ciudadanos para establecer el cómputo.
Así, el cálculo sería de 0,55 puntos por cada euro aportado, o lo que es lo mismo, por cada 100 euros de aporte se obtendrían 5,5 anuales de pensión a lo largo de toda una vida de trabajo. Siempre y cuando se puedan conseguir los 43 años de cotización necesarios para llegar a la suma completa de retiro.
Desde los sindicatos cuestionan que además de implicar una reducción en la mayoría de los casos, ya que unificar los 42 regímenes significará que muchos perderán beneficios actuales, es una forma encubierta de introducir un sistema de aporte individual en contra de un sistema solidario.
Además, temen porque el valor de cada punto será variable de ajuste y a voluntad del cada gobierno. Y por más que existe un índice de actualización de haberes en función del salario medio y el costo de vida, la experiencia muestra que todo puede ir para peor en el futuro.
La huelga de transportes de este viernes será masiva. Para contrarrestar los efectos, las autoridades financiarán media hora gratis en el autoservicio de monopatines y bicicletas eléctricas, viajes gratis con un código en Uber y también con una empresa de autos compartidos de reciente creación.