La reunión sirvió para ratificar la participación de las dos CTA en la movilización que encabezarán los gremios de la industria de la CGT.
Al finalizar el encuentro que se llevó a cabo en el tercer piso del edificio de la calle Azopardo, Moyano explicó que «se dejaron de lado algunas diferencias y se priorizó la defensa de los intereses de los trabajadores», a la vez que destacó que «se debe priorizar el mercado interno, como dice el documento que se va a leer el martes 7, y no abrir las importaciones en forma indiscriminada».
Además, el Camionero enfatizó que «esa apertura de las importaciones en forma indiscriminada es lo que está destruyendo a las empresas nacionales», citando como ejemplo industrias como «calzado, ceramistas, textiles y plásticos».
Consultado por las diferencias entre la central obrera y el Gobierno, Moyano precisó que «la CGT se retiró de la Mesa de Diálogo porque no se cumplieron los acuerdos, entonces no tenía sentido seguir, ni siquiera podemos hablar de fútbol».
Acerca de qué instrumentos podrían reactivar el diálogo, el gremialista destacó que «cesen los despidos y suspensiones, que cesen las importaciones indiscriminadas y que no le pongan techo a las paritarias».
Por su parte, Micheli señaló que «la apertura de importaciones quita aranceles a productos importados y está haciendo estragos en el sector industrial y no hay ninguna perspectiva, ninguna posibilidad de recomponer la economía en la Argentina, teniendo en cuenta que lo que se reclama es tener mayor poder adquisitivo para los trabajadores y jubilados, si se siguen trayendo productos de afuera y se destruye la industria nacional».
Al referirse a las dificultades de trabajadores y empresas nacionales, Micheli puntualizó que «la medida que toma el gobierno es cortar el hilo por el lado más delgado, echar trabajadores»:
«Ante este cuadro de situación -señaló- la verdad que es muy importante que las tres centrales estemos juntas en la movilización del 7 de marzo, donde seguramente saldrá la convocatoria a un paro nacional», añadió.
En tanto, Yasky ratificó «la voluntad de garantizar que la marcha en defensa del trabajo y la producción sea multitudinaria».
«Creemos que va a ser una movilización que va estar engrosada por los trabajadores que hoy sufren la incertidumbre de no saber si mañana van a tener trabajo», señaló.
Yasky también marcó la necesidad de un acto que «demuestre que la unidad de los trabajadores es para defender los intereses que tienen que ver con el salario, la producción, y va a ser muy importante la presencia de la pequeña y mediana empresa».