El periodista, escritor y abogado especializado en Derechos Humanos Pablo Llonto brindó una clase magistral en el salón Victoria Pueyrredón, ubicado en el tercer piso de la Municipalidad de San Martín. El mismo fue organizado por la Dirección de Integración de Políticas Post-Carcelaria (DIPP), a cargo del licenciado Gustavo Manuel Segovia. Llonto estuvo acompañado por Mirta Sánchez y fue presentado por la abogada Karina Aloe.
Se realizó este miércoles por la tarde y participaron familiares de detenidos, desaparecidos, personas que estuvieron en las cárceles, también estuvo la presidenta de la Comisión por la Memoria, Verdad y Justicia de San Martín, Evita Morales.
Pronto a cumplirse 40 años del retorno de la democracia, comenzó la exposición celebrando que “este lunes el Tribunal Oral Federal N°1 de San Martín condenó a prisión perpetua al genocida Luis Abelardo Patti”, repasó Llonto, quien es oriundo de este partido bonaerense. Siguió detallando que se trata de “su tercera condena a perpetua, esta vez fue por el crimen del diputado que entró por el peronismo en 1973, Diego Barreto”.
La lucha de las Madres, Abuelas y el nagacionismo
“Esto sucedió en un momento muy especial, donde la palabra negacionismo está muy presente, ante el escenario actual esta condena es una gran herramienta para discutir, debatir, y para confirmar el valor que tiene la lucha por la memoria, verdad y justicia”, subrayó el periodista. Aclaró que lo dice por “las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, quienes hacen tanta militancia por los Derechos Humanos en nuestro país”.
“Considero que el logro que hemos tenidos en la justicia es una gran respuesta para todo lo que se viene diciendo con odio”, enfatizó Llonto. También aseguró que “me revolvió mucho las tripas escuchar a Javier Milei, Victoria Villarroel y unos cuantos alcahuetes periodísticos hablando sobre las negaciones a los hechos dictatoriales”.
“Son horribles las interpretaciones que hicieron sobre lo que pasó en la Argentina durante la última dictadura cívico-militar, eso me dio mucha bronca”, expresó el abogado. Pero al mismo tiempo “nos ha servido, porque generó un clima muy particular para hablar entre nosotros, por sobre todo con las juventudes”, valoró.
“De hecho, cuando termino este taller con ustedes nos vamos a la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires (UBA), que tradicionalmente no organiza debates sobre estos temas, pero a raíz de todo esto, se armó y vamos a charlar sobre el tema con los jóvenes”, enfatizó Llonto. También señaló que lo más importante, “es dar una respuesta firme a los discursos negacionistas, que son reivindicadores de las dictaduras y los genocidas”.
Genocidas civiles de la dictadura
“Quiero aprovechar para dar un pantallazo general sobre todo lo que están haciendo ustedes en cada uno de los territorios, que es lo más importante, porque ha permitido sostener y seguir sosteniendo la defensa de los Derechos Humanos”, remarcó. Señaló que gracias a “las militancias se pudo impedir la impunidad en este país, donde actualmente se está juzgando a los responsable civiles de la dictadura en distintos juicios que se están desarrollando”.
“Al mismo tiempo, la militancia abrió el campo de los Derechos Humanos para que la sociedad entienda, porque hay muchísima gente que milita para hacerles creer a las demás personas de que es una política para delincuentes, eso se viene escuchando hace muchos años, siempre lo vuelven a meter”, explicó el escritor. La tarea central es “llevar adelante nuestra militancia profundizando cada vez más”, agregó.
Declaración universal de los Derechos Humanos
“Es hacer entender a todas las personas que la humanidad, a partir de 1948 comprendió, sobre todo con la declaración universal de los Derechos Humanos, que nuestra militancia tiene que ver con la vida y con todo lo que nos rodea”, repasó el profesor. Para que todos puedan “disfrutar de la educación, vivienda digna, alimentación adecuada, salud, libertad de expresión y la igualdad en términos generales”, aseveró.
“Los que hoy se proclaman Libertarios, solo quieren defender el derecho a la propiedad privada, que también es un Derecho Humano y está en declaración universal, pero que no debería ser el primero ni el segundo, tendría que estar en el último lugar”, enfatizó Llonto. Continuó explicando lo que propone Milei, “es suspender todos los derechos y llevar a las personas a la máxima explotación, les permitirá a los empresarios hacer lo que ellos quieran con los trabajadores”.
También habló sobre la importancia que tienen las acciones de la memoria, por ejemplo, “colocar baldosas, en una escuela, o en una calle, hacer un mural, poner una estampa, una figura, hacer estas actividades en el territorio es muy valioso”. Finalizó diciendo que cada vez que se enteran de la “formación de un nuevo organismo de Derechos Humanos nos damos cuenta que en verdad tenemos potencia en Argentina, pero no somos los únicos, hay 26 países más que también la tienen”.
La militancia de Pablo Llonto
Su militancia en el Partido Socialista de los Trabajadores (PST), posteriormente denominado Movimiento al Socialismo (MAS), lo acercó al Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) en 1982. Desde esa institución, colaboró en la presentación de habeas corpus en casos de desapariciones forzadas y en el Juicio a las Juntas, que se llevó a cabo en 1985.
Como periodista, en 1978 ingresó al diario Clarín en la sección deportes y luego pasó a política. En 1984, fue electo secretario general de la comisión interna del diario, cargo en el que fue votado anualmente hasta 1999. A partir de 1991, debido a la prohibición de la actividad gremial por parte de la empresa, se le impidió el ingreso a su lugar de trabajo.
Después de un largo conflicto judicial, en 1999 un fallo de la Corte Suprema de la Nación habilitó su despido. En la actualidad, es representante legal de víctimas y familiares de víctimas en los juicios por delitos de Lesa Humanidad. Sigue en su labor periodística en la Revista Un Caño, en el portal Hipercrítico.com y en la radio de las Madres. Además, es profesor adjunto de la materia Periodismo de Investigación en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata.
Su compañera de la vida
Ana Ale, la Negra Ale, así le decían todos en Clarín, fue la compañera de vida de Pablo Llonto. Ella militó casi toda su vida, repartía volantes y vendía la prensa del Partido Obrero, en plena dictadura dentro de la redacción.
También participó del “Siluetazo” de 1983. Fue la pegatina de siluetas que representaban el reclamo por los 30 mil detenidos desaparecidos y con el retorno de la democracia, ayudó a que se forme la comisión interna. Siempre alentaba y ayudaba a sus compañeros a que se organicen en política a través del sindicalismo.
Pero esa actividad gremial fue destruida en los ‘90 pero volvió en agosto de 2000 y la Negra Ale fue elegida secretaria general. Mientras ejercía ese cargo impulsó la Comisión de la Mujer. Sin embargo, al poco tiempo la empresa despidió a 117 trabajadores de prensa de los diarios Clarín y Olé. Después se enfermó de cáncer y falleció en 2005. En reconocimiento a su valiosa lucha, en junio de 2015, hicieron un acto y hoy la esquina de Tacuarí y Finochietto, del barrio porteño de Barracas, lleva su nombre. También plasmaron su rostro en un mural y en las remeras del Sindicato de Prensa de la Ciudad de Buenos Aires (SiPreBa).