«Grabois, aunque llores no vas a tocar nunca más una sola bolsa de comida, ni vos ni los delincuentes de tus jefes. Lo que te molesta es que le demos la plata directamente a la gente. Estamos liberando a los pobres de tus manos codiciosas«. Con esas palabras, Pablo de la Torre desafió al dirigente social por las redes el 26 de mayo. Cuatro días después fue despedido de su cargo al frente de la Secretaría de Niñez y Familia del Ministerio de Capital Humano, apuntado por la ministra Sandra Pettovello como el responsable por los alimentos retenidos en los galpones.
La situación escaló desde el fin de semana, a partir de la denuncia de El Destape por 5 millones de kilos de comida que debían destinarse a comedores y merenderos (luego se supo que son 6 millones), y que sin embargo se encontraban en los galpones de Villa Martelli y de Tafi Viejo en la provincia de Tucumán del ex Ministerio de Desarrollo Social. Pero hubo más: este jueves se conoció que hay casi 350 mil kilos de leche en polvo a punto de vencer.
Ante esa situación, en las últimas horas de la tarde, la cartera conducida por Pettovello sacó un comunicado donde afirmaban: «Se realizarán las investigaciones administrativas correspondientes, asimismo, se pone en marcha un protocolo para la entrega inmediata de los alimentos de próximo vencimiento por medio del Ejército Argentino para garantizar una logística rápida y eficiente«. Al instante, difundieron el despido de De la Torre.
De la Torre, pro familia y con Grabois como enemigo
De la Torre y Pettovello coinciden en varios temas, sobre todo uno: son “pro familia”. Pablo de la Torre, hermano del ex intendente de San Miguel, Joaquín, fue secretario de Infancia y Familia de ese partido del Gran Buenos Aires.
Padre de 7 hijos, expuso en contra del proyecto de aborto en 2018: “De aprobarse esta ley habrá niños argentinos que en democracia no van a poder nacer, no van a poder jugar, amar, reír o llorar”.
Durante su corto mandato en Nación se distinguió por posturas tajantes contra la dirigencia social, pero sin efectivizar ninguna asistencia concreta a quienes menos tienen, que bajo su gobierno cada vez fueron más.
Los comedores no fueron la única población vulnerable afectada en su gestión. Otra grave crisis se vive con la falta de entrega de medicamentos a pacientes oncológicos. A principios de febrero de la Torre cesó la entrega de medicamentos oncológicos para personas sin cobertura de salud, al suspender la DADSE.
La DADSE funcionaba otorgando “subsidios para la adquisición de medicamentos o insumos médicos por razones de salud a personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad social y sanitaria, que no poseen cobertura médica”. Sobre todo, medicación costosa y difícil de conseguir.
El Ejecutivo adujo que eran problemas burocráticos por el traspaso de las funciones de la DADSE a Salud, pero sigue habiendo pacientes que no reciben su medicación, y según denuncias ya hay al menos 50 víctimas fatales que murieron de cáncer con el tratamiento cortado en estos meses por falta de cobertura.
Nuevamente en ese momento (como con los alimentos a comedores) la excusa oficial fue un problema previo y la necesidad de auditar: “se inició una investigación y se detectaron irregularidades en el procedimiento de selección de proveedores para la adquisición de costosos productos farmacéuticos destinados a pacientes oncológicos y con diversas patologías graves y crónicas. Se detectó que la forma que la DADSE utilizó para comprar los medicamentos viola todas las leyes vigentes para la contratación de bienes por parte del estado. Por esto, se decidió suspender el procedimiento de selección de proveedores para garantizar el pago de los subsidios a los beneficiarios correspondientes, pero en forma transparente, conforme la normativa nacional vigente de compras del Estado”.
Tuvo un enemigo N° 1: Juan Grabois. Cuando se destapa el escándalo de los alimentos retenidos, de la Torre dijo primero que se trataba de «alimentos reservados para emergencias climáticas». Al mismo tiempo, el vocero presidencial, Manuel Adorni, culpaba al gobierno anterior y advertía: «la justicia no se puede entrometer en una política pública».
Cuando Grabois denunció a Adorni por apuntar contra los movimientos sociales, De la Torre le respondió (siempre en redes): «Juan, esos alimentos están reservados para emergencias climáticas. Hoy la comida está llegando a la gente que la necesita, tu problema es que ya no pasa por tus manos codiciosas».
Antes, el dirigente social había afirmado: «Tienen la caradurez de acusarnos a todos nosotros, sin distinción, a todos los que luchamos en las barriadas excluidas desde hace décadas, de acusarnos de ladrones con auditorías truchas mientras se roban un país entero, mientras le roban a los viejos, a los laburantes, a las familias sin pan, a los comedores de las escuelas, mientras tienen la comida encanutada».
Toneladas de alimentos
Este jueves no solo se conoció que hay casi 350 mil kilos de leche en polvo que se vence en julio, sino que además se comprobó en la causa judicial que lleva adelante Sebastián Casanello que no son 5 millones de alimentos los retenidos en los dos galpones, sino 6 millones.
Ahí fue cuando el Ministerio respondió en un comunicado: «A raíz de una información recibida sobre el estado y fechas de vencimiento de determinados productos adquiridos por el gobierno anterior, se ha llevado a cabo una auditoría y ha decidido limitar las competencias de los funcionarios y empleados responsables que, por mal desempeño de sus tareas, no han realizado un control permanente de stock y de vencimiento de mercadería«.
Con casi seis meses de gobierno, la administración de Javier Milei ya despidió a 47 funcionarios. Poco menos de un tercio son de Capital Humano.
nandin ricardo
31 May 2024 - 11:35
una basura menos en el gobierno liberotario ! A por el orate...