La fila del Metrobús por Avenida Rivadavia, en dirección a Liniers, se multiplica minuto a minuto. Susana busca la línea 86 entre los vehículos que avanzan desde hace más de media hora, sin éxito. Se dirige a su casa, en la localidad de San Justo y aunque dice que esa línea siempre tiene demoras, la reducción de la frecuencia con motivo de la medida de fuerza de las cámaras empresarias de colectivos agrupadas en la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (Aaeta) se hace sentir.

“Nosotros somos jubilados, si no viene el colectivo hay que seguir esperando aquí, no hay otra opción”, se lamenta a Tiempo. El amontonamiento, los pocos asientos disponibles ocupados y el malestar general se ve en los rostros. “Los que viven en la CABA no tienen tanto problema, hay más opciones y esos colectivos están pasando más seguido que los de provincia, nosotros estamos más jodidos”, apunta.

Una pareja de unos 70 años conversa con Susana acerca de la demora, se conocieron esta mañana e hicieron causa común para pasar el tiempo. “Hay que decirle a los empresarios que si quieren cobrar los subsidios también tienen que mejorar los coches, viajamos como ganado, nunca están limpios”, afirma María. Su esposo agrega: “además que saquen todos los coches, tienen 100 pero andan solo 20 y por eso siempre hay espera larga”. En 45 minutos pasó un solo 25, el que ellos esperan, pero estaba tan lleno que no paró. “Ahí viene otro, vamos a empujar”, anuncian. Y logran subir.

Más adelante, dos amigas jóvenes, de unos 20 años, dicen que sabían de la reducción de la frecuencia y que salieron resignadas a esperar para volver a casa. Que hace calor, que ya quieren llegar, que no pasa el 86, y que se van a quedar ahí esperando porque “no alcanza para tomar ningún auto”. Y para la gaseosa, tampoco.

Con el boleto a $800 ya no va a alcanzar

Marina tiene 57 años, dos trenzas largas y una bolsa de tela pesada. Espera el 145 para volver a Mataderos con las compras que después revende. “Para llegar esta mañana tuve más de hora y media entre que vino el colectivo y viajamos”, comenta. Ella compra mercadería en el barrio de Flores, al menos, dos veces por semana y hasta ahora, para llegar desde su barrio, combina 2 o 3 líneas de colectivo.

Cada boleto, a precio actual, le cuesta $ 52,96. “Lo que se gana con la combinación es tiempo, no se gasta de más pero si va a subir el boleto a $800 en enero ya no se puede combinar, ya no va a alcanzar”, afirma. Cuando llegue el aumento, Marina tendrá que salir con 3 horas de antelación para gastar un solo pasaje de ida. “Nos dijeron que era mentira lo de la suba del boleto para que los votemos y ahora resulta que nos mintieron, no se va a poder viajar”, asegura.

Para Ángeles, que espera el 55 hace largo rato, se viaja mal desde hace años en el transporte público: “A las empresas no les importa cómo viaja la gente, si hay lugar, si se viaja como ganado, si el aire acondicionado no anda o no lo prenden, aquí lo peor va a ser para el que viaja afuera de Capital sobre todo”. Pero se resigna: lo peor está por venir. El aumento de tarifas está a la vuelta de la esquina.

La quita de subsidios

Las empresas están haciendo lo que pueden”, dijo José Troilo, presidente de la Cámara Empresaria del Autotransporte de Pasajeros (CEAP), este 26 de diciembre, sobre la reducción del 50 por ciento de la frecuencia de los colectivos que circulan por el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). La medida de fuerza fue tomada por las cámaras empresarias que forman parte de la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (Aaeta).

La demanda, ante el anuncio de la quita inminente de los subsidios vigentes, es el reclamo de aumento ya sea de ese concepto o de la tarifa a los pasajeros. Según publicó Télam, fuentes de la Secretaría de Transporte indicaron que “por ahora” no se dejó de prestar ningún servicio, y calificaron a la posición empresaria como “amenazas del sector patronal”.

Reunión con la Secretaría de Transporte

Por su parte, el vocero presidencial, Manuel Adorni, señaló que se “está gestando” una reunión entre el Gobierno y las cámaras empresarias de colectivos. Según trascendió, el encuentro se realizará este jueves 28 de diciembre en la Secretaría de Transporte, a cargo de Franco Mogetta. No obstante, el vocero anticipó que a partir del 1 de enero “se van a empezar a conocer novedades” en cuanto a los subsidios y tarifas, aunque evitó precisar cuál será el incremento del boleto. “El subsidio a la oferta va a ir camino a su extinción. Nuestro norte es que los subsidios los reciba la demanda, que lo reciba directamente el usuario”, adelantó.