La ex legisladora y actual funcionaria Silvana Giúdici admitió ante la Justicia que es una tesorera que no tesorea. Que fue designada en ese cargo y todavía figura así en la página web de la Fundación SUMA, la organización pretendidamente filantrópica que preside Gabriela Michetti. Pero que no desempeña, ni desempeñó, esa función. A punto tal que, siendo la tesorera, jamás confeccionó un balance.
Giúdici percibe hoy un salario que ella misma reconoció en 80 mil pesos como titular del Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM). Ese organismo no existía; fue creado por decreto para reemplazar a otro, la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), que había sido creado por ley. Por la ley de Medios Audiovisuales, derogada de facto por un decreto convalidado por sólo una de las dos cámaras legislativas.
Su presencia en tribunales fue propuesta por la propia Michetti en la causa en la que está siendo investigada por el origen del dinero que le fue sustraido de su casa la noche en que Cambiemos ganó el balotaje presidencial.
Giúdici figura como tesorera de SUMA pero esa designación, según ella misma reconoció, fue para ocupar un cargo dentro del Consejo de Administración. La podían haber nombrado como «coordinadora del programa Importancia del agua para la navegación», pero no. Fue designada tesorera.
Yo fui designada como tesorera como pudo haber sido otro cargo, fue para ocupar un cargo dentro del Consejo de Administración; sin embargo, inmediatamente después de la designación, firmé un poder junto con la Presidente en el que acordamos que las funciones de tesorería, administración y manejo contable iban a quedar a cargo de la Directora Ejecutiva, Karen Zeolla.
Karen Zeolla ya declaró en la causa, y su declaración también es extraña, errática, casi contradictoria y, en varios puntos, difícil de comprender.
Ante el juez Ariel Lijo, Giúdici reconoció: «La función que tenía en SUMA no era la de administración sino que era la de asesoramiento técnico, convocando especialistas para grupos de discusión para llevar a cabo uno de los objetivos de SUMA que son las políticas públicas. Pese a que no era, en los hechos, la tesorera, Giúdice explicó: firmo los balances con la Presidenta de la Fundación, los cuales confeccionan los contadores. No quedó claro si sigue pasando o ya no: En la actualidad, no tengo una función concreta de coordinación en SUMA.
Cuando el juez Lijo le preguntó si, como tesorera, confeccionó estados contables de la Fundación Suma y, en tal caso, indique a qué ejercicios correspondieron y con qué documentación contó para la realización de ellos, Giúdici respondió: no, nunca confeccioné ningún balance.