El primer ministro de Hungría, Víktor Orbán, uno de los invitados especiales a la asunción del presidente Javier Milei, viajó sorpresivamente a Moscú para intentar con el presidente Vladimir Putin algún acercamiento que permita avanzar hacia un alto el fuego y una mesa de diálogo con Ucrania. Al término del encuentro declaró: «Me di cuenta por experiencia de que las posturas (de Ucrania y Rusia) están muy alejadas. Hay que dar muchos pasos para acercarse al final de la guerra». Pero el tema es que un mandatario de un país de la OTAN, en abierta oposición a las reglas que plantea la Organización Atlántica, busca la forma de terminar con ese conflicto en el corazón de Europa.

Más aún, Hungría tiene la presidencia pro tempore del Consejo de la Unión Europea y Putin recibió a Orban en ese carácter. «Hungría ya ha dado un paso importante: ha establecido contacto con ambas partes del conflicto. Continuaré trabajando en este sentido», prometió Orbán.

«Si nos quedamos en Bruselas, la paz no llegará por sí sola. Por eso iré al lugar de donde proviene la amenaza a Hungría y Europa y explicaré cómo son las cosas. Por eso le pregunté al presidente Volodimir Zelenski dónde están las líneas rojas que no cruzará para lograr la paz. Hungría no asumirá la responsabilidad de lograr la paz. No tenemos mandato para ello, ni tenemos el peso adecuado en la política internacional, no tenemos PIB suficiente ni ejército adecuado Pero podemos ser una herramienta útil para lograr la paz», anotó en su cuenta de Telegram.

Orbán viajó a Kiev y Moscú en el marco de «una misión de paz» y en ambas capitales abordó los temas globales y regionales, incluida la solución al conflicto con Rusia.

La última ronda de conversaciones entre Moscú y Kiev para un acuerdo que ponga el fin de las hostilidades tuvo lugar el 29 de marzo de 2022 en Estambul. Esa vez, el viaje urgente del primer ministro Boris Johnson fue clave para abortar cualquier avance. Ahora Gran Bretaña tiene nuevo gobierno y quizás ahí también haya un cambio.