El empresario Enrique Juan Blaksley Señorans fue detenido en la localidad bonaerense de Pacheco, acusado de concretar una megaestafa calculada en más de 550 millones de pesos a más de mil ahorristas, mediante la suscripción de contratos de inversión, ofreciendo tasas muy superiores a las del mercado, informaron fuentes judiciales.
Blaksley, llamado el «Madoff argentino», fue apresado durante un allanamiento en su casa del country Pacheco Golf Club y quedó a disposición de la jueza federal 1 María Romilda Servini, quien también ordenó que sea detenido su socio Alejandro Miguel Carozzino, su cuñada Verónica Inés Vega y otro miembro de la empresa llamado Federico Dolinkue.
Además, Servini pidió que sean indagadas otras 14 personas, algunas de ellas familiares de Blaksley, y solicitó que se realicen 40 allanamientos en San Isidro, Pilar y la ciudad de Buenos Aires.
De esta manera, la jueza hizo lugar a un pedido que había formulado días atrás la fiscal en lo criminal y correccional federal 12, María Alejandra Mángano, en conjunto con los fiscales de la Procelac (Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos), Gabriel Pérez Barberá y María Laura Roteta.
La jueza les imputa a los involucrados haber formado parte de «una organización que estaba liderada por Blaksley, destinada a captar sumas de dinero de distintos ahorristas/inversores, mediante la suscripción de contratos de mutuo y contratos de inversión, ofreciendo para ello tasas muy superiores a las del mercado».
Según la investigación que llevaron adelante los fiscales, para atraer a los ahorristas Blaksley, a través de su empresa Hope Funds, «desplegaban distintas actividades engañosas, que consistían en diversas participaciones en emprendimientos y marcas de renombre como Auditorio Buenos Aires, o las marcas Hard Rock Café y Hertz-, así como una elaborada campaña de marketing para la cual se desembolsaron gastos millonarios a fin de que Hope Funds fuera sponsor de distintos eventos como el partido entre Roger Federer y Juan Martín del Potro».
«Así, al menos, se han podido captar fondos por 550.678.556,66 pesos sin la intención de restituirlos a los inversores ni de aplicarlos a inversiones consistentes con los plazos de devolución allí dispuestos», explicó un investigador.
También se les imputa la reinserción de activos de origen ilícito en el mercado por montos que superaron los 5.000.000 de dólares y otros 16.000.000 de pesos.
Según los pesquisas, para concretar la maniobra, se firmaban contratos de garantías que «no eran más que referencias abstractas o ambiguas, pues ninguna de ellas resultaba ejecutable» y para el desvío de los fondos «se utilizó un complejo entramado societario» mediante 25 empresas que fueron creadas con el único fin de canalizar el dinero.
Los delitos que se le imputa a los involucrados son estafa, captación de ahorro del público no autorizada agravada, lavado de activos de origen delictivo y asociación ilícita.
Por otra parte, la jueza ordenó la intervención de las empresas pertenecientes a Blaksley y en las que tiene participación, y esté a cargo de AFIP y los veedores sean funcionarios de ese organismo.