Los países amazónicos se comprometieron este martes a «fortalecer» una alianza regional para combatir la deforestación, con el objetivo de evitar que la mayor selva tropical del planeta alcance «un punto de no retorno» y fijaron estrategias para que las naciones ricas financien el mantenimiento de las selvas para detener el proceso de cambio climático, durante una cumbre en la ciudad de Belén en la que el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue el anfitrión.

Los acuerdos de la cumbre fueron plasmados en la «Declaración de Belém» y allí se enumeran las «nuevas metas y tareas», según explicó el canciller brasileño, Mauro Vieira.

«Avanzar en una nueva agenda común de cooperación (…) para evitar el punto de no retorno en la Amazonía, el combate a la deforestación y las actividades ilícitas en la región, el desarrollo económico con inclusión social y generación de ingresos y empleo, basado en mecanismos de participación social, en especial de los pueblos indígenas y comunidades locales», es el primer punto de la declaración.

Asimismo, dedicaron una serie de puntos a las medidas que adoptarán para el «fortalecimiento institucional» de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), creada en 1995 y de la que Brasil, Colombia, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Guyana, Perú y Surinam son parte.

Se anunció la creación de un foro de ciudades amazónicas y de una mesa de trabajo para avanzar en el vínculo institucional entre el Parlamento Amazónico (Parlamaz) y la OTCA, además de una mesa técnico-científica intergubernamental de la Amazonía.

En lo que refiere al vínculo con los «países desarrollados», proponen instarlos «a cumplir sus compromisos de proporcionar y movilizar recursos, incluida la meta de movilizar 100 mil millones de dólares por año en financiamiento climático», a la vez que se busca «promover mecanismos de financiación innovadores para la acción climática, incluidos los canjes de deuda por clima» por parte de esas naciones centrales, como había adelantado el presidente colombiano Gustavo Petro durante su intervención de horas antes.

La cumbre de dos días fue convocada por Lula para acordar una postura unificada sudamericana que apunte a que las naciones ricas financien el mantenimiento de las selvas para detener el dramático proceso de cambio climático.

«Vamos a fortalecer el lugar de los países con bosques tropicales en la agenda global, desde la cuestión del cambio climático hasta la reforma del sistema financiero mundial», dijo Lula a líderes y representantes de los países amazónicos en la norteña ciudad brasileña de Belém al inicio de la cumbre.

Los ocho Gobiernos discutieron estrategias contra la deforestación y el crimen organizado y de desarrollo sustentable de la región, que alberga cerca del 10% de la biodiversidad del planeta.

«Desde que se firmó el acuerdo de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica, los jefes de Estado sólo se han reunido tres veces», dijo Lula al inaugurar la cumbre.

«Hacía 14 años que no nos reuníamos. Esta es la primera vez que lo hacemos ante el agravamiento extremo del cambio climático», dijo Lula, antes de subrayar que la cooperación nunca ha sido más urgente.

El evento también es visto como una prueba de liderazgo de la región en la materia y especialmente de Brasil, tras la vuelta al poder de Lula, que puso fin a cuatro años de negacionismo del cambio climático por parte de su predecesor de ultraderecha, Jair Bolsonaro.

Lula remarcó la necesidad de fortalecer la OTCA, ya que es «el único bloque en el mundo que nació con una misión socioambiental», según informó el diario O Globo.

La idea de realizar la cumbre fue presentada por el entonces presidente electo Lula en un discurso el año pasado durante la conferencia de la ONU sobre cambio climático COP27 en Sharm El-Sheikh, Egipto, y se materializó en abril de este año con la programación del evento.

Junto a Lula participan del encuentro los mandatarios de Bolivia, Luis Arce; de Colombia, Gustavo Petro; y de Perú, Dina Boluarte.

También asisten el primer ministro de Guyana, Mark Phillips y la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez, mientras que por Ecuador y Surinam están representados por ministros.

Si bien Petro, durante su intervención, propuso la creación de un «tribunal de justicia amazónica» y una «OTAN de la Amazonía», la declaración final solo «saluda el futuro establecimiento del Centro de Cooperación Policial Internacional en la Amazonía» y «toma nota» de la propuesta de reunir a ministros de Seguridad «para evaluar la situación actual del fenómeno delictivo y la delincuencia organizada transnacional en la Amazonía», entre otras.

«Lo que nos está diciendo la vida en el planeta es que nos toca cambiar el sistema económico», señaló Petro, según citó la agencia de noticias Sputnik.

Por su parte, el presidente de Bolivia, Luis Arce, denunció que Estados Unidos y Europa buscan apoderarse de la Amazonía.

«La Amazonía alberga recursos estratégicos (…) América Latina y el Caribe son prioridad en la estrategia de seguridad nacional de los Estados Unidos, esto significa que no es solo de interés del Departamento de Estado, sino del Departamento de Defensa (…) En esa visión, es preocupante que Europa esté en la misma posición, unos buscan controlar la Amazonía de forma militar y otros con ONGs», afirmó.

Arce recordó en su discurso que Laura Richardson, comandante del Comando Sur de EEUU, dijo en julio que «Latinoamérica es rica en minerales, en tierras raras y litio», por lo que la funcionaria estadounidense instó a su Gobierno a poner atención a la mayor presencia de China y Rusia en la región.

Boluarte, que viajó por primera vez al exterior desde que asumió la presidencia de Perú en reemplazo del destituido Pedro Castillo, y con quien Lula se reunió este lunes por la noche para hablar de integración, además de los temas de la cumbre. En ese diálogo, el mandatario «defendió la reactivación de Unasur», según informó la presidencia en un comunicado.

«Requerimos el intercambio de experiencias y el apoyo de los países con mayores recursos en base al principio de la responsabilidad común, pero diferenciada (…) Los fondos globales y la banca regional deben utilizarse para la obtención de recursos dirigidos a fondos nacionales; bonos verdes y otros dispositivos», agregó.

La mandataria recordó que la Amazonía no es «un santuario» sino que «es lugar de casi cinco millones de peruanos» y expresó que la prioridad debe ser dar respuesta a las «necesidades de bienestar» de los ciudadanos y las comunidades nativas.

A su turno, la vicepresidenta de Venezuela dijo que los países amazónicos están obligados a reforzar su soberanía si se quiere preservar «el alma ambiental» del planeta y se refirió a la existencia de «grandes amenazas».

«El mensaje de Venezuela es unión, unión, unión», dijo Rodríguez, que sustituyó al presidente Nicolás Maduro, ausente por una infección de oído, según informó en la red social X.

Belém, que en 2025 recibirá la conferencia de la ONU COP30, amaneció con un rígido operativo de seguridad, con bloqueos en los alrededores del evento y el mayor portaviones de América Latina, de la Marina brasileña, apostado en el puerto, informó la agencia de noticias AFP.

Considerada durante años el pulmón del planeta, la Amazonía se encamina, según los científicos, a un punto de no retorno, a partir del cual pasará a emitir más carbono del que absorbe, agravando el calentamiento global.

El miércoles, los mandatarios de la OTCA se reunirán con representantes del Congo, la República Democrática del Congo (RDC) e Indonesia, países que también albergan en sus territorios bosques tropicales, así como otros invitados como Francia, Noruega y Alemania, con el objetivo de lograr una posición común para presentar en la COP28 que se celebrará este año en Dubái.