Las primeras denuncias sobre el vaciamiento de la obra social de estatales porteños comenzaron sobre finales de 2021. Cientos de miles de afiliados y afiliados de la ObSBA padecieron la falta de prestadores médicos, la cancelación sistemática de turnos, la suspensión de convenios de algunos centros vacacionales, el cierre de residencias turísticas de los afiliados y el despido de varios trabajadores, entre otros puntos. Por entonces, la obra social era manejada por Juan Carlos Cela, quien era parte de la conducción del Sindicato Único de Trabajadores del Estado de la Ciudad de Buenos Aires (SUTECBA) de Amadeo Genta.

Pedido de informes entregado este lunes por afiliados que marcharon a la sede de Caballito

Crisis en ObSBA

En noviembre de 2022, Alejandro Amor renunció a su banca de diputado porteño en la legislatura, para iniciar sus funciones como nuevo titular de la ObSBA. El objetivo era subsanar la crisis institucional por la que atravesaba el organismo. Algunas medidas adoptadas lograron traer un tiempo de paz en la obra social, pero a poco más de dos años, miles de afiliados volvieron a denunciar una nueva etapa del vaciamiento de la ObSBA.

En ese marco, Alejandro Amor brindó una entrevista a Tiempo para explicar la situación crítica por la que atraviesa este organismo en un contexto de crisis económica a nivel nacional y donde también responsabilizó al GCBA por no aportar parte de su presupuesto a la obra social.

“Para mi este muchacho está meando fuera del tarro. Llegó a la obra social con miles de promesas, que algunas cumplió, pero el resto aún las estamos esperando. Mientras tanto miles de trabajadores y jubilados del Estado seguimos esperando recuperar nuestra obra social”, contó a Tiempo Claudio Fernández, un docente jubilado que aportó más de 30  años a la ObSBA y hoy atraviesa por un estado delicado de salud.

Alejandro Amor, secretario adjunto de Sutecba y actual Presidente de ObSBA
Foto: Diego Martínez

Las críticas realizadas por afiliados y afiliadas a ObSBA, apuntan a la responsabilidad de SUTECBA, quien dirige el organismo junto al Gobierno de la Ciudad; un representante de UDA (Unión de Docentes Argentinos), y otro de la Asociación de Médicos Municipales de la Ciudad.

“En la entrevista a este medio, Alejandro Amor señala que el gobierno de la ciudad no está aportando nada a la caja de ObSBA. Si esto es así, habría que denunciar una evasión, un vaciamiento por parte del GCBA de la caja de la obra social, porque según la ley 472, en el artículo 17, queda sentado que los aportes patronales que tiene que hacer el gobierno de la ciudad por cada trabajador activo de la obra social es un 6% y por cada trabajador pasivo es un 2%”, señaló a este medio Ana Belinco, docente afiliada la obra social, e integrante de autoconvocados  ObSBA, que este lunes volvieron a marchar hacia la sede ubicada en el barrio de Caballito.

La movilización incluyó una radio abierta y la entrega de un pedido de informes que fue recibido en mesa de entradas. El documento indaga sobre varios aspectos que manifestó Alejandro Amor en la entrevista.

“Según los dichos de Alejandro Amor, el gobierno porteño está incumpliendo la ley 472. Entonces el gremio Sutecba, debería estar realizando una denuncia por este tema. Es una situación muy grave de no mediar una denuncia en los fueros correspondientes. Y si no realizan la denuncia acá aparece otro problema, habría que denunciar por incumplimiento de las funciones al resto del directorio porque es una falta grave la que está señalando Amor”, concluye Belinco.

La voz de los gremios docentes

Casi el 50% del total de afiliados que tiene la ObSBA, son trabajadores y trabajadoras de la educación. En varias ocasiones, los gremios docentes de CABA, realizaron varias denuncias sobre el vaciamiento de la obra social.

“Nosotros lo que venimos planteando desde ADEMYS en conjunto con el movimiento docente, tanto activos como de jubilados, es la apertura de los libros contables, que las afiliadas y afiliados podamos participar de las reuniones en las que se planteen concretamente los números de la obra social, porque nosotros aportamos el 6% de nuestro salario al sostenimiento de ObSBA, y no hay una explicación de por qué hay cada vez menos centros donde atendernos”, señaló a Tiempo María Isabel Gray, de la comisión directiva de Ademys.

Desde el gremio aseguran que, actualmente, se ha eliminado la atención médica en el CEMIC, se suspendió la atención en el Centro Médico Olivera, hay pacientes que tenían operaciones programadas que fueron canceladas, y otros que tenían medicación asignada que les fue también cancelada”, agrega. La docente.

En 2022, desde la UTE, emitieron un fuerte comunicado donde también denunciaron este hecho. “La ObSBA vale aclararse, no es una obra social sindical como la mayoría. El gobierno de la ciudad según la Ley 472 constitutiva de la obra social tiene directa gestión sobre la misma, forma parte de su Directorio y es responsable de girar mensualmente los porcentajes (el 6 %) que se descuentan a los/las trabajadores activos/as y jubilados/as de sus salarios correspondientes y otro porcentaje (el 2%) que el gobierno debe aportar por cada uno/a de éstos, según también lo señala la citada ley. Nos preguntamos entonces ¿por qué las deudas?”, señalaba el documento publicado.

El reclamo de quienes viven en el interior

Si en el AMBA hay cientos de miles de afiliados que padecen la falta de prestaciones médicas, como denuncian desde distintos gremios y quienes se autoconvocan, otras localidad situadas en diferentes jurisdicciones o varios kilómetros de CABA, sufren aún más esta situación.

“Lamentablemente nuestra obra social viene sufriendo una situación de vaciamiento que padecí personalmente cuando necesitaba atender la salud de mi esposa (ya fallecida) que también era afiliada como docente”, explicó a Tiempo Mario Diamonte, que en 2019 junto a su esposa, decidieron radicarse en Valle de Calamuchita, provincia de Córdoba, en busca de un tratamiento para Blanca, tras ser diagnosticada de una enfermedad neurodegenerativa irreversible.

“En nuestro lugar de residencia, Villa General Belgrano, no tenemos prestadores y en consecuencia debíamos contratar en forma privada, previa autorización de ObsBA. El punto es que  los reintegros, cuando llegaban, los recibía con hasta 10 meses de retraso y en algunos casos nunca llegaron. Mi esposa, Blanca Nissin, falleció el 29 de mayo de 2023. De nuestra obra social no recibimos siquiera un saludo”, agregó.

El hombre asegura que realizó una seguidilla de reclamos interminables pero que jamás obtuvo respuesta: “Me cansé de hacer reclamos y tendría que revisar los mails que envié a ObSBA porque es una larga y triste historia. Con posterioridad tuve que hacerme yo unos estudios y nunca obtuve el reintegro. Desde entonces dejé de usar nuestra obra social pese a que todos los meses me descuentan casi un 6% de mis haberes jubilatorios; y entonces estoy intentando cambiar de obra social con la dificultad que supone el hecho de tener una edad “inconveniente”, 77 años. En resumen soy rehén de un sistema perverso”, termina Mario.