El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció hoy el fin de la política que otorgaba la residencia permanente a los cubanos que pisaran suelo estadounidense, conocida como “pies secos y pies mojados”. La medida fue aplaudida por el gobierno de Cuba porque está «dirigida a garantizar una migración regular, segura y ordenada», pues elimina la aceptación de emigrantes.

«Con efecto inmediato, los cubanos que intenten ingresar a Estados Unidos ilegalmente y no califiquen para ayuda humanitaria serán sujetos de deportación, de acuerdo con la ley de los Estados Unidos», anunció Obama en un comunicado.

La medida anunciada ya de forma oficial pone fin inmediato a la política adoptada en 1995 y que devuelve a Cuba a los cubanos que intercepta en el mar («pies mojados»), pero admite en Estados Unidos a los que logran tocar tierra («pies secos»).

A ocho días de dejar la Casa Blanca, el presidente, calificó la política de «pies secos, pies mojados» como perteneciente a «otra era» y aseguró que su fin contribuirá a normalizar las relaciones entre los antiguos rivales.

«Hoy Estados Unidos está dando pasos importantes para normalizar las relaciones con Cuba y para lograr una mayor consistencia en nuestra política de inmigración», agregó Obama.
La nota agrega que el gobierno cubano se comprometió a aceptar el retorno de los cubanos deportados, algo a lo que hasta ahora se había negado.

Una declaración oficial de La Habana consideró que «con este acuerdo se elimina la comúnmente conocida como política ‘pies secos-pies mojados’ y el programa de admisión provisional (parole) para profesionales cubanos de la salud, que Washington aplicaba en terceros países».

El entendimiento, que entra en vigor de inmediato está «dirigido a garantizar una migración regular, segura y ordenada», pues elimina la aceptación de emigrantes ilegales cubanos en Estados Unidos, y la prioridad migratoria que recibían los médicos cubanos de servicios en terceros países, que pidieran emigrar a Estados Unidos.

No obstante, el gobierno de Raúl Castro señaló que «esos dos escollos han desaparecido», pero garantizar una migración regular, segura y ordenada, «será necesario también que el Congreso estadounidense derogue la Ley de Ajuste Cubano de 1966, única de su tipo en el mundo que no se corresponde con el contexto bilateral actual».

Esa ley privilegia a los emigrantes legales cubanos que lleguen a territorio norteamericano concediéndole residencia automática y facilidades laborales.

Cuba «continuará garantizando el derecho a viajar y emigrar de los ciudadanos cubanos y de regresar al país, de acuerdo con los requerimientos de la ley migratoria. Asimismo, adoptará paulatinamente otras medidas para actualizar la política migratoria vigente», aseguró.

La política, conocida como «pies secos, pies mojados», es una enmienda a la Ley de Ajuste Cubano (CAA) de 1966, y fue implementada en 1995 durante la presidencia del demócrata Bill Clinton, en medio de un éxodo masivo de balseros cubanos.

La eliminación de esta política es uno de los puntos del acuerdo por el cual Estados Unidos y Cuba iniciaron, en diciembre de 2014, un proceso para restablecer las relaciones diplomáticas, y pone a los cubanos al mismo nivel que el resto de los inmigrantes latinoamericanos.

El cambio en esta política se produce solo una semana antes de que Obama ceda el poder el próximo 20 de enero al presidente electo, Donald Trump, quien ha amenazado con poner fin al restablecimiento diplomático iniciado por su colega saliente a no ser que el gobierno cubano firme con él «un acuerdo mejor».

Obama y el presidente cubano, Raúl Castro, anunciaron el 17 de diciembre de 2014 un histórico deshielo para poner fin a medio siglo de enemistad y hostilidades.
Ese restablecimiento de relaciones se materializó con la reapertura el 20 de julio de 2015 de embajadas en Washington y La Habana y con la visita a la isla, en marzo pasado, de Obama, que se convirtió en el primer presidente estadounidense en ejercicio en visitar Cuba en 88 años.