El presidente Javier Milei prometió para el año que está comenzando “motosierra profunda”. Milei apela siempre a metáforas que incluyen alguna dosis de sufrimiento físico y, de ser posible, que remitan a una violación: el culo de mandril, los niños envaselinados.
La motosierra profunda remite al personaje Jason, protagonista de la saga de películas Martes 13, en español, o Friday the 13th, en inglés. Fue un éxito de taquilla durante toda la década de 1980 y hasta principios de 1990. Se hicieron al menos diez películas.
Las tramas solían ser similares. Un grupo de jóvenes en la plenitud del deseo sexual se iban de campamento al bosque en que vivía Jason. Se instalaban en alguna casa de madera o en carpas. Hacían fogones, cantaban canciones, fumaban marihuana. Cuando las parejitas que se iban formando estaban a punto de concretar un encuentro íntimo aparecía Jason. Era un psicópata de 100 kilos, musculoso y alto, con la mente de un niño de tres años, que llevaba puesta una máscara. Tenía un machete -alguna vez también utilizó una motosierra- y se dedicaba a descuartizar uno por uno al grupo jipis, mayormente zurdos, que habían acampado en su bosque.
En su primer año de gestión, Milei, alias Jason, con el mismo modelo económico de la última dictadura cívico-militar, aplicó un ajuste clásico. Apretó a los jubilados, los estudiantes, a la clase media y, al mismo tiempo, le bajó impuestos a los más ricos. Habilitó los mecanismos para generar una nueva burbuja financiera que se sostendrá con un nuevo endeudamiento.
Hay algunas diferencias. La burbuja tiene más limitaciones que durante el gobierno de Mauricio Macri porque el ministro Luis Toto Caputo y Milei decidieron mantener el “soviético” control de cambios, que funciona como dique de contención frente a algunos cimbronazos del “mercado”. La otra diferencia es que, por decisión del gobierno, la Asignación Universal por Hijo y la Tarjeta Alimentar son los únicos ingresos que le ganaron a la inflación. Esas políticas impulsadas por los gobiernos “populistas” explican que estos 12 meses de Milei hayan transitado con una relativa paz social.
La motosierra profunda es avanzar con todas las privatizaciones que sean posibles. Seguir destruyendo Aerolíneas Argentinas desde adentro, como están haciendo; y rematar al resto.
Habrá que ver si el anuncio se traduce en algo concreto o si fue sólo un fuego artificial de fin de año para que los especuladores financieros sigan con su fiesta.
El relato mileísta escala a nivel internacional porque los medios de comunicación y el sistema financiero son un mismo equipo. Mientras el presidente argentino haga todo lo que los especuladores demandan, seguirá apareciendo como un ejemplo a seguir. Cuando la fiesta se termine y la burbuja explote, como pasa con todas, y la Argentina quede más empobrecida y endeuda de lo que ya está, le echaran la culpa al peronismo, a los sindicatos, a los votantes. Todo lo que sea necesario para poder levantar las carpas del circo y montarlo de nuevo en unos años, cuando la población se haya olvidado el nuevo saqueo.
La motosierra profunda, si se cumple, muestra la confianza de la Casa Rosada en que la popularidad del presidente no se verá afectada aunque se profundice el ajuste. El gobierno tiene la autoestima alta. Mauricio Macri hizo lo contrario cuando le tocó la elección de medio término de su mandato. Ese año -2017- hizo “kirchnerismo”. Aumentó la inversión en obra pública, no intervino en las negociaciones salariales y los gremios pudieron conseguir aumentos por encima de la inflación. Controló el dólar, emitiendo deuda a lo pavote, y logró volver a la inflación que tenía Cristina. Esa ecuación es la que explica la victoria de Cambiemos en 2017. ¿Milei podrá lograr la revalidación electoral aplicando motosierra profunda? ¿Es tanta la confianza que tiene en que ganó la batalla cultural?
Todavía no está el dato exacto, pero el PBI argentino cayó en el 2024 entre el 2,5 y el 3,5 por ciento. Es decir: no hubo ninguna lluvia de inversión privada que hiciera crecer la economía. ¿Eso será diferente en el 2025 aunque haya ajuste? Es la esperanza a que se aferra el gobierno, en el que hay sectores que saben que el “éxito” de los últimos cuatro meses flota sobre una pompa de jabón. «