Tras una semana en vilo por la presentación del Ministerio Público, el Tribunal Supremo Electoral de Guatemala (TSE) ratificó el viernes que los resultados de las elecciones son inalterables y rechazó las versiones de presuntas irregularidades de los fiscales que ponían en duda la limpieza del escrutinio que consagró como presidente electo a Bernardo Arévalo. El presidente electo había calificado esa acción judicial como un “golpe de Estado contra la democracia”.

La declaración del TSE coincidió con la presión de organismos internacionales a favor de que el nuevo gobierno asuma normalmente el próximo 14 de enero, como está previsto.

Incluso el secretario general de la OEA, Luis Almagro, se reunió este viernes con el presidente saliente Alejandro Giammattei, para asegurar la investidura. La cita fue «para abordar las acciones que reafirman el pleno compromiso con la democracia enmarcadas en la histórica transición, de cara a la transmisión de mando el 14 de enero», aseguró el conservador Giammattei en redes sociales.

El mandatario publicó fotos en las que se le ve junto a Almagro, el presidente del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), Ronald Sanders, y otros funcionarios que llegaron a Guatemala como misión de buenos oficios del ente hemisférico que, al igual que la ONU, Estados Unidos y la Unión Europea, han condenado las acciones de la fiscalía.

En una conferencia de prensa, la presidenta del TSE, Blanca Alfaro, confirmó que «los resultados están validados, están oficializados y son inalterables». En ese sentido, rechazó acusaciones del fiscal especial José Rafael Curruchiche sobre supuestas irregularidades en el conteo de los votos de las elecciones generales del 25 de junio y la segunda ronda del 20 de agosto, con las cuales argumentó sus intenciones de buscar anular los comicios.