Más de un millón de ciudadanos norteamericanos marcharon el sábado pasado a través de 2000 ciudades. Sólo a tres meses de la asunción de Trump, el 53% de la población no aprueba sus políticas económicas sociales y políticas, según Reuters y The Economist. También reportan que el 43% reconoce sus políticas.

Cincuenta estados de la Unión vieron marchar a los estadounidenses, blancos, latinos, negros, jóvenes y viejos, pertenecientes a clases medias y trabajadoras, estudiantes y comerciantes. Tienen en común el miedo y la incertidumbre a ser deportados, a perder sus trabajos, ser expulsados de sus casas por no poder pagar la renta, ver ante sus ojos cómo los ahorros de toda sus vidas se van por las canaletas de las grandes corporaciones de Wall Street. Interesante fue el nombre que unificaba esta gran demostración de fuerzas populares: “Hands Off’’ (“manos fuera”). La gente pretende vivir en paz, sin angustias ni persecuciones.

Algunas de las manifestaciones multitudinarias se celebraron en Washington DC, Nueva York, Chicago, Los Ángeles, Denver, Boston, Filadelfia y Atlanta. Entre los asistentes se encontraba la congresista demócrata IIhan Omar, quien mencionó: “La democracia estadounidense nunca ha estado a la venta y no lo estará ahora’’. También Anu Joshi, representante de la Union Estadounidense por las Libertades Civiles: “Los arrestos inadmisibles e inconstitucionales de estudiantes y académicos extranjeros deberían alarmarnos a todos’’. Se refirió a siete estudiantes palestinos y turcos, quienes fueron detenidos por ICE (Servicio de Control de Inmigración y Aduanas) por participar en las protestas universitarias contra el genocidio de Israel al pueblo palestino.

En las marchas pudieron leerse cárteles con reclamos por los más de 25 mil despedidos en las 18 agencias federales (salud, educación, medio ambiente, veteranos, entre otros). Hay 3 millones de empleados que trabajan para el gobierno federal en la mira del gobierno. Según Elon Musk, uno de los objetivos es despedir a 600 mil trabajadores »por falta de eficiencia». En realidad, lo dijo cuando era director del Departamento de Eficiencia Gubernamental: ahora el multimillonario decidió que es mejor dedicarse a sus empresas, tras perder U$S 600 mil millones en los mercados.

Los aranceles también afectaron a importantes compañías tecnológicas, pero no marcharon para protestar. Los que seguro han perdido son los 42 mil deportados, mayoría latinos trabajadores y pobres. ¿El delito? No tener documentos. Son expulsados y regresan encarcelados, aunque la mayoría pagan impuestos y colaboran con la sociedad.

Al terminar esta nota, recibo dos noticias. Según Pete Hegseth, secretario de Defensa, el Pentágono recibirá U$S 1 trillón para incrementar el presupuesto; que incluye un contrato por 5,29 billones con SpaceX, compañía de Musk. Parece que el gobierno quiere alcanzar sus influencias a otros planetas. Mientras tanto en la tierra acaban de llevarse detenidos en New Jersey a trabajadores que arreglaban un techo de una casa. ¿Qué piensan?  «