Con la convicción de que “el arte no necesita explicación, sólo hay que entenderlo”, Nora Iniesta hace arte a partir de objetos cotidianos que fueron de uso diario en el pasado. Con el  título general de esta exposición, 1984, se anticipa a que el año que viene las obras de esta serie cumplirán cuatro décadas desde la primera que vez fueron expuestas en la Galería del Retiro de la marchand  Julia Lublin, que estaba ubicada en Florida al 900.

“La exposición –explica- está compuesta por doce obras, cada una de las cuales representa un mes. Son grafías realizadas sobre tarjetas de computación que se usaban para fichar la entrada al trabajo. A mí me sirvieron, como casi todas lo que me llegan a través de amigos, para trabajar no sobre una hoja en blanco, sino sobre cosas que han tenido uso o función.”

Iniesta

Y aclara. “1984 es el título de la exposición, pero la obra más importante de ella se llama Idiosincrasia y es la que está en vidriera y que representa una cancha de fútbol a gran tamaño en la que hay centrado un tablero de damas que dice gol, golazo. Ese tablero es el primero de otros siete. Mostrar este material es  una forma de confrontar el tiempo en relación a mi obra y al hoy. Es lo que he hecho y que hoy sigue vigente.

Estos tableros fueron mostrados en una retrospectiva que hice en 2001 el Museo Nacional de Bellas Artes. Reencontrarme con mi obra, es decir, sacarla del taller, ver que se sostiene, que tiene una vigencia, que me siento representada por ella viendo a la distancia lo que hacía en otros momentos, como artista me sirve mucho y creo que también le sirve a la gente que viene a ver la muestra, mucha de la que, cuando se expusieron originalmente estas obras, aún no había nacido.”

Otras obras, otros años

Estas dos series de la muestra 1984 se complementan con otra de telas bordadas que enumeran los siete  pecados y las siete virtudes que corresponden al año 2005. Los pecados están bordados en color rojo, y las virtudes, en verde. “Estos tres conjuntos de obras diferentes –dice la artista- conviven muy bien entre ellas y conviven aún mejor cuando se muestran en un espacio  en el que es todo diseño de mobiliario que tiene tanto o más rigor que mis obras, por lo que todo marida muy bien.”

Me resulta muy interesante –recalca- exponer en un lugar como la Compañía del arquitecto Carlos Galli,  en el que pùblico que entra no es el mismo que va a una galería de arte. Aquí la gente viene a buscar diseño, arquitectura y se encuentra de repente con la obra. Además, aquí hay un entorno que acompaña a la obra o una obra que acompaña algo que ya existía: mesas, sillones, muebles en general que tienen una gran armonía».

«Los espacios, además, han sido muy pensados para que la muestra no quede dividida del resto, sino que haya una fusión. Es como si la  espectador pudiera ver la obra colgada en su casa, lo que facilita las cosas, porque mucha gente cuando va una galería, antes de comprar una obra se  la lleva a su casa para ver cómo queda en ese espacio”, afirmó.

Las obras de Nora –agrega por su parte Galli- se integran muy bien a lo se muestra en la Compañía por los colores y también por su minimalismo. Me encanta su obra de estos años porque con poco expresa mucho. Por otra parte, también se integran por su carácter artesanal que tiene que mucho ver con lo que hacemos en el estudio, donde utilizamos materiales nobles, naturales como la madera y hacemos pátinas artesanales. El minimalismo suele identificarse con el vidrio y el acero, pero no es ese nuestro caso. Lo minimalista es, ante todo, síntesis y la síntesis es lo más difícil de lograr.”

La mirada de Iniesta

“El papel de las tarjetas, es un papel “ordinario”, común, va tomando el color que le da el tiempo y transmuta en otra cosa», dice Iniesta refiriéndose específicamente a 1984. «Disfruté mucho haciendo esta serie. Para mí las grafías son como paisajes cotidianos y que los números son un ir y venir en la ciudad que tiene que ver con hacer cálculos. De hecho, fue un estudio de ingeniería, de cálculos, el que me regala esas tarjetas que me permiten desarrollar toda una serie de grafías que tiene una dinámica propia. No es pintura, sino dibujo hecho en carbonilla, lápiz y pastel.”

En las tarjetas –añade- ya hay como una estructura previa a mi trabajo. Sobre ellas hay una serie muy dinámica de dibujos, de grafías que van, vienen, corren. Tienen ritmo y van pasando de una tarjeta a la otra porque el orden en que armo las series no es aleatorio.  Hay 365 tarjetas, una por cada día del año. Si bien conforman un conjunto, individualmente también constituyen una obra».

«Hay una dinámica en el armado. Hice los 365 trabajos y luego vi de qué forma combinarlos, de qué modo armonizaban mejor en un ritmo que es el ritmo de la ciudad, el del tiempo, el de un día tras otro, un tiempo que va adelante y del que no podemos escapar. Son obras que no tienen perspectiva, no tienen profundidad. Aunque tienen un gran ritmo, son bidimensionales. Cada tarjeta es como un pequeño muro a partir del cual se va hacia adelante en el tiempo. Atrás de ese muro, no hay nada”, continuó

La serie 1984

Mientras 1984 muestra grafías abstractas, la muestra de los pecados y las virtudes está constituida por grafías concretas bordadas sobre tela. “Se trata –dice Iniesta- de palabras contundentes y tajantes: generosidad, avaricia, gula…  Mientras 1984 muestra el paso del tiempo, Pecados y virtudes, que también está compuesto por obras bidimensionales, son como alertas. Son cosas muy concretas que, si bien tienen veinte años de realizadas, también trascienden el tiempo. Lo que hago no es arte efímero. En la historia del arte hay obras de muchos siglos atrás que continúan vigentes por su universalidad. El arte no necesita explicación, sólo hay que sentirlo”

Los elementos que componen esta serie, son del año 2005 y   recuerdan las viejas labores escolares que estaban destinadas a las niñas, muestras de telas que mostraban bordado,  punto vainilla, punto cruz.

También la claridad del trazo recuerda una época en que la caligrafía tenía suma importancia. “Hoy todo eso se ha perdido –afirma-, pero no lo digo con nostalgia. Simplemente, hemos pasado a otro plano y no sólo en este aspecto, sino también en las relaciones, en las diferencias de edad que hoy ya no suponen una distancia entre un mayor y un menor.”

“Hoy el arte es tecnología, es video En esta muestra y por lo general, yo sigo trabajando mucho en lo que es papel, objeto ensamblado, bordado, de algún modo me estoy refiriendo siempre a una técnica manual.”

Un arte democrático

Creo que mis obras son muy democráticas –concluye Iniesta- porque le doy el mismo espacio a una pieza de dominó que a una grafía. Además, nunca trabajo con objetos que no sean reconocidos por el común de la gente, como, por ejemplo, una bandeja de cartón. Trabajo con lo ordinario, con lo de todos los días. En mis obras nunca hay lujo. En la exposición que hice en el Museo Nacional del Bicentenario, por ejemplo, había una gran bandera hecha con baberos con nombres de mujer y varón».

«Donde más abrevo es en la infancia, todo mi devenir dentro del arte se nutre allí, en los momentos vividos en la niñez. Allí se gesta todo. Trabajo con lo que encuentro, luego veo con qué lo combino, con qué elementos que, por lo general, tengo en mi estudio. Quizá, pasa un tiempo hasta que un día se conforma la obra”, concluyó la artista.  

La muestra 1984 puede verse en La Compañía Espacio de Arte hasta, Arenales 1145, CABA, hasta  el 12 de mayo. Visitas de lunes a viernes de 10.30 a 13.30 y de 13.30 a 18.