Soy comunista, sí. Aunque en rigor debo decir que desconozco las prácticas sexuales y comerciales de mi madre, y qué hizo mí madre con su cuerpo, su goce y su economía. Sé que es una mujer feliz,  Y siendo puta, prostituta, fulana, meretriz o no siendo en este caso, con su felicidad de mujer plena me alcanza.

Comprendo también que nuestros antecesores, digo las generaciones pasadas no andaban divulgando qué hacían con su cuerpo, ni cómo hacían sus finanzas, ni que ideas políticas profesaban.

Muchas veces por pudor a ser objeto de la crítica burguesa, pero la más de las veces por la persecución, el castigo, el hostigamiento y la violencia estatal y paraestatal, machista y patriarcal que les podía deparar, cárcel, tortura, golpizas, femicidio. Y digo esto sin poder eludir la crítica al sistema social y político que nos oprime y nos conduce a obedecer un destino manifiesto, unidireccional y destructivo como es el capitalismo.

El mismo sistema que llama progreso a los avances materiales en desmedro de la salud y la subsistencia de la especie humana. El mismo sistema que nos fuerza a encontrar las palabras justas para describir lo bello, como palabras a lo injustamente inexplicable.

Por fortuna y por el esfuerzo de una masa social gigantesca de militantes, organizaciones sociales y políticas, se han ido conquistando derechos que a la vez que delinean nuevas leyes y procedimientos, prácticas culturales y costumbres, van iluminando y haciendo que nuevas palabras y conceptos emerjan de la praxis. Por ello el discurso del presidente Javier Milei en Davos o su tuit contra los zurdos hijos de puta, cobren valor, nos importen e incumban sobremanera.

Milei

Hace muchos años, desde la reconquista de la democracia que un discurso tan funesto como el que dio el devenido Monigote presidente Milei no daba tanta vergüenza y asombro.

Cargado de amenazas, de oscuridad y odio, de xenofobia y violencia contra la comunidad LGTBQ+, contra el feminismo, contra el aborto, asoció a la homosexualidad con la pedofilia, habló de virus mental de la ideología woke y afirmó que no está solo. Y no está solo “jamoncito presidente” porque además de los vendepatria vernáculos que envían las reservas del oro a Inglaterra, está alineado a la derecha fascista más recalcitrante del mundo. En su discurso nombró a Georgia Meloni, Viktor Orbán, Nayib Bukele, Elon Musk, Benjamín Netanyahu y a Donal Trump con quienes además de compartir inhumanas agendas, actúa como el alumno facilitador que hará entrega de todo lo posible por entregar de nuestro país, esto es: recursos y soberanía.

Nuestro país, a pesar de los ataques sistemáticos de los gobiernos de derecha, goza de un volumen cultural notable, y por fortuna ha dado lugar destacado a las palabras, y con ellas enormes escritores y escritoras trascendieron todos los mundos y universos, cosa que no vibra ni es tenida en cuenta en estos sujetos y tipejos mediocres que se expresan toscos y brutales, pavoneándose con banalidad grotesca en todo evento internacional.

En Argentina, nuestras palabras contienen maravillas, poéticas, estéticas, liricas, dramáticas y cómicas, versos, párrafos, oraciones que se disparan construyendo artefactos de múltiples significantes que nos constituyen, definen y distinguen (en jergas y en diplomacias). Por eso la vulgaridad del mayor representante político de nuestro país es condenable y repudiable tanto su forma, como su contenido.

El tuit descarado y prepotente de Milei en defensa del reciente gesto nazi de Elon Musk, (por otra parte, no condenado por la DAIA), exalta la figura del empresario norteamericano por quien parece estar “encandilado” el presidente, y coloca a su vez a quienes critican el gesto nazi de Elon Musk como parte del wokismo internacional.

Asimismo, habría que sugerir al presidente que cuide el lenguaje, ya que hay que pensar en palabras que nuestro rico leguaje confiere, porque quizás le sirva para construir en política, abriendo así espacios para la crítica y el debate.  Aunque al parecer parte de su táctica es sentenciar, acusar, estigmatizar, es esgrimir ignorancia y brutalidad.

Cabe decir a Milei, los que somos zurdos como yo, o comunistas más hijos de puta o menos o hijos de puta, no corremos a ningún lado, ¿por qué?, porque formamos parte de este país, de su historia y de sus organizaciones. Estamos acá, en la calle, en marchas y movilizaciones, participando de la vida gremial y sindical, armando comedores, armando teatros populares. No hace falta que nos vaya a buscar a ningún lado porque es de público conocimiento que acá estamos, y seguiremos estando defendiendo los derechos de un pueblo soberano y democrático, estamos con un pueblo que no se amedrenta con sus gritos desde lejos rodeado de flashes y farándula, ni así aplique protocolos de intimidación y represión desquiciados, porque nada para a un pueblo lanzado a conquistar sus derechos y luchas por lo que cree que es justo y le pertenece.

NOTICIAS ARGENTINBAS DAVOS ENERO 22: El Presidente Javier Milei, junto a la Secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, participó de una reunión con el Presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en Davos.FOTO: PRESIDENCIA/NA

Deténgase a pensar en la historia de este país y las gestas heroicas del movimiento obrero, o universitario, o en Derechos Humanos. Esa historia presente no se puede borrar, ocultar bajo la alfombra, ni mucho menos vender. Solo cabe que los que somos y seremos siempre su oposición dejemos este extraño estadio moroso y casi especulativo y nos unifiquemos en un frente y de frente contra el mal que usted representa.

 Y por último, ya que hablamos de nazis y de comunistas, que parece que vuelve a estar de moda, o siempre estuvo, ¿Oyó usted hablar de Stalingrado?, ¿De la operación Urano?, ¿o del Ejército Rojo liberando el campo de concentración de Auschwitz? (otra cosa que debería conmemorar la DAIA todos los 27 de enero). Le sugiero Milei que lea sobre estas historias, o de cómo las tropas soviéticas en Berlín izaron la bandera roja en el techo del Reichstag el de 2 mayo de 1945, para que le diga  a su flamante amigo Elon Musk que deje de hacer esos gestitos de nazi-fascistas, porque si no son nazis, son idénticos. Y los nazis no tienen cabida ni futuro posible en nuestras sociedades aunque lo busquen y pretendan todos los días.

Este pueblo argentino conoce de palabras, conoce de gestos, este pueblo conoce de belleza, a la oscuridad que usted propone nos rehusamos a volver, MILEI NUNCA MÁS.