Desde los diez años, cuando están en quinto grado, chicos y chicas apasionados por los cálculos tienen una meta en mente para su futuro: la Olimpíada Internacional de Matemática. La preparación dura años, el entrenamiento es intenso y la selección, rigurosa. Seis jóvenes de distintas partes de Argentina fueron clasificados para participar en la edición 2024, en el Reino Unido. Desde hace años y por una resolución vigente, el financiamiento lo aportaba el Senado. Esta vez la respuesta fue: “No hay plata”.
“Este año la Olimpiada Matemática Argentina tiene dificultades para pagar los pasajes de los equipos para las olimpiadas internacionales en las que participa nuestro país”, informó ese espacio y abrió una colecta para recaudar fondos. “Tenemos que comprar 8 pasajes por lo que toda colaboración es bienvenida”, pidieron a la comunidad. El objetivo es llegar a la IMO, del 11 al 22 de julio en Bath.
Las olimpíadas son de esas cosas que encienden chispas de curiosidad que duran una vida. La Olimpíada Matemática Argentina está necesitando ayuda en un momento difícil. Se puede verificar la info en la web de la OMA. RT 🙏 pic.twitter.com/yf83KIxUKh
— Rodrigo Echeveste (@RSEcheveste) June 18, 2024
La política con respecto a este certamen va en línea con el trato que la ciencia y la investigación están teniendo en la Argentina desde la asunción de Javier Milei. Desfinanciamiento, subejecución e incertidumbre, al punto de poner en peligro la participación de estudiantes e investigadores locales en instancias de formación y reconocimiento claves para los distintos ámbitos científicos.
Campaña por fondos
“Es el evento más importante, la internacional de julio. Desde hace muchos años, en los 90, hay una resolución del Senado que premia a los chicos que clasifican con los pasajes para ir. Cada año hay que gestionarlo. Hace por lo menos diez años que sale de la Comisión de Ciencia y Tecnología del Senado, se inicia el trámite con la firma del presidente de esa comisión. Este año ya hemos hablado con mucha gente, desde pedir audiencia con Victoria Villarruel –vicepresidenta y titular de la Cámara Alta-. Nos contestó por nota, muy amable, que no hay plata. No sé si conoce de qué se trata esto”. Lo cuenta la matemática Patricia Fauring, profesora consulta del CBC, jubilada, quien trabaja en las Olimpíadas desde que el país empezó a participar en 1988.
“Ya nos pasó antes, no es la primera vez que la comisión no está constituida o hay que hablar con uno y con otro para que movilice el tema. Pero nunca hubo un año tan difícil”, dice sobre las complicaciones para acceder a los fondos para que viajen los seis estudiantes secundarios seleccionados, junto a dos adultos. Sólo se necesita el dinero de los pasajes: la estadía está cubierta por la organización del certamen. “Son unos 17 millones de pesos”, calcula.
“Como se nos vienen las fechas encima, decidimos este fin de semana iniciar una campaña para ver si conseguimos pagar los pasajes, y después retomar el pedido al Senado. Hicimos un poco de ruido, avisamos que estamos con dificultades, y ya en el primer día vimos muy buena voluntad de mucha gente”, celebra en diálogo con Tiempo. Pero insiste en la necesidad de que se garantice el financiamiento estatal: “Es importante que esto quede para siempre. Que los chicos tengan asegurado el viaje”.
Premio a las Ciencias Matemáticas
El financiamiento del Senado siempre se apoyó en las resoluciones DR 405/89 y la complementaria DR682/99. Brindan un “Premio a las Ciencias Matemáticas”, que se traduce la cobertura de los gastos para el viaje de las y los alumnos de educación media seleccionados para el certamen internacional para estudiantes de matemáticas.
El equipo olímpico, coordinado por Fauring, está conformado este año por Felipe Bautista Klir, del ILSE, Emiliano Sosa, de la Dante Alighieri, Uriel Digestani, de la ORT, Matías Álvarez Oviedo, del Instituto Politécnico de Rosario, Santa Fe, Ignacio Naguil, de Nuestra Señora de Fátima, de Río Gallegos, y Lola Ruffolo, del Instituto Politécnico de CABA.
Oviedo, por caso, participó de su primera olimpíada en quinto grado. Hoy es estudiante de sexto año de Informática y entrena en Buenos Aires durante todo este mes junto al resto de los jóvenes seleccionados. “Es todos los días de 9 a 18. Nos dan problemas para resolver todos los días, es un lugar muy tranquilo”, contó a Radiofónica sobre la preparación antes del viaje.
Klir y Naguiel fueron clasificados por segunda vez. Ya estuvieron el año pasado en el certamen de Japón. Volvieron con una medalla de plata y una mención de honor, respectivamente. Desde que Argentina comenzó a participar de la Olimpíada Internacional de Matemáticas logró 6 medallas de oro, 27 medallas de plata y 69 medallas de bronce, así como 50 menciones honoríficas.
“El objetivo de la olimpíada, aparte de impulsar la matemática, es detectar a los chicos con habilidades. Porque la historia de la humanidad prueba que la gente así puede ser útil a la comunidad”, resalta Fauring. “Por eso hacemos una olimpíada lo más grande posible, que cuesta. Dura todo el año, en muchos niveles desde quinto grado. Ya saben desde los 10 años en su primera olimpiada que cuando estén terminando la secundaria tienen esta posibilidad de compararse también con chicos de otros países. Se genera como una comunidad y es como un juego, pero además es el desarrollo de talentos matemáticos”, remarca la especialista.
Sobre la instancia de julio, señala que es “la más importante del planeta. Es una competencia súper prestigiosa y tiene una historia gloriosa porque muchos de los medallistas Fields –considerado como un Premio Nobel de las Matemáticas- son chicos que antes ganaron en estas olimpíadas”.
Más casos
El caso de las Olimpíadas de Matemáticas no es el único. Según consignó El Destape, peligra la participación de estudiantes argentinos en certámenes de biología, informática, física, historia, geografía y filosofía. “Educación dio de baja el programa anterior y nos pidió que presentáramos una nueva propuesta, lo que hicimos el 19 de abril, pero aún sin respuesta. Todas las olimpíadas financiadas por Educación estamos en la misma situación, esperando una contestación. Mientras tanto, la preparación para la competencia internacional quedó en el medio”, dijo a ese portal Luis Baraldo, coordinador de la participación local en las Olimpíadas Internacionales de Química.
Tal como lo hace ahora el equipo de Matemáticas, el de Biología tuvo que salir a recaudar fondos para llegar al viaje de julio. La semana pasada, el periódico tucumano La Gaceta contó la historia de Mateo Giordano, de 16 años, un estudiante de esa provincia que logró recaudar $ 11 millones para viajar a las olimpiadas en Kazajistán.
La Olimpiada Internacional de Biología se realizará del 7 al 14 de julio. “Estudio todos los días, algunas horas después del colegio, que es de doble turno, así que no tengo mucho tiempo libre. Pero quiero dar lo mejor de mí para que todo este esfuerzo valga la pena”, dijo a la prensa local. Cuando termine la secundaria, planea estudiar Medicina.