Ajuste, inflación, recesión, violencia, crueldad. Los efectos de las actuales políticas en la salud mental de la población (a lo que hay que sumarle la pandemia) se empiezan a ver, pero se irán padeciendo subrepticiamente a lo largo de estos años, con consecuencias imposibles de estimar. El funcionamiento de los dispositivos institucionales es clave para lo que viene.

En la Provincia de Buenos Aires impulsan desde hace tiempo una reforma en salud mental con una perspectiva de inclusión social. Para conocer más sobre la iniciativa, Tiempo dialogó con Julieta Calmels, subsecretaria de Salud Mental, Consumos Problemáticos y Violencias que responde al Ministerio de Salud bonaerense, conducido por Nicolás Kreplak. La especialista habló de «una población muy excluida y estigmatizada a lo largo de la historia” y apuntó a lo regresivo de las políticas de Javier Milei. 

También aseguró que hay jurisdicciones que tienen un absoluto incumplimiento de la Ley Nacional de Salud Mental 26.657. Señaló que en términos de recursos, no están mal “pero invierten en el mantenimiento de estructuras históricamente conservadoras, en los manicomios”.

Niñas
Foto: Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires

-¿En qué consiste la reforma provincial de salud mental?

-Desde la provincia de Buenos Aires venimos implementando una reforma en materia de salud mental hace tiempo. Lo hacemos en el marco de una profunda discusión sobre nuestro sistema de salud general y la reorganización e implementación de la Ley Nacional de Salud Mental 26.657. La misma tiene tres ejes: uno tiene que ver con la reformar los hospitales neuropsiquiátricos; el otro con la ampliación de los servicios de los hospitales generales y la atención de las urgencias; el tercero con la ampliación de espacios de características comunitarias territoriales para el abordaje de los pacientes.

Cada uno de estos ejes de la reforma provincial tiene indicadores y objetivos que son medibles, se cerraron la mitad de las salas manicomiales de los hospitales, se externó a la mitad de los pacientes y hay un sistema de apoyo de viviendas en el seno de la comunidad. La semana que viene vamos a inaugurar nuevas casas en Necochea, junto al gobernador Axel Kicillof. En los hospitales generales hicimos una ampliación del 60% de camas para internaciones con incorporación de equipos para las urgencias.

Todo esto sintetiza un cambio de modelo que tiene como centro la concepción de que la salud mental es parte de la vida de nuestro pueblo, por lo tanto, merece ser atendida y cuidada como así también otros aspectos de la salud. Además, seguimos trabajando en la construcción de políticas públicas de inclusión social, porque quienes padecen estos problemas integran una población muy excluida e históricamente estigmatizada. Por eso el gobernador habla todo el tiempo sobre salud mental en el marco de sus políticas. Hay una comisión interministerial que reúne diez ministerios. De hecho, la salud mental está transversalizada en la Provincia, es por eso que un tercio de la inversión proviene de otros ministerios y no de salud.

-Mencionó que la semana que viene están por inaugurar viviendas. ¿De dónde salió el financiamiento para construirlas?

-Las obras fueron financiadas por el Instituto de la Vivienda, estamos construyendo casas para que las personas que quedaron en los manicomios puedan salir y vivir en la comunidad con el apoyo del Ministerio de Salud de la Provincia. Son doce nuevos centros comunitarios para atender la salud mental y estamos reformando los hospitales generales. También hay una inversión de desarrollo agrario y proyectos productivos para poner a la salud mental como parte de los temas más importantes de nuestra ciudadanía.

Estos son los aspectos generales que valen la pena considerar, porque estamos haciendo un esfuerzo muy grande para lograr un cambio cultural. Trabajamos en la inclusión social para los pacientes y en visibilizar la problemática, realmente nos costó mucho poder hablar del tema y construir políticas públicas acordes a las circunstancias. Además, exigimos todo el tiempo el efectivo cumplimiento de la Ley Nacional de Salud Mental en todo el territorio del país. Lograr todo esto le costó una gran inversión a la provincia: ahora hay un 36% más de personal, es la primera vez que se creó una infraestructura para salud mental, antes no existía. Después de los manicomios nunca hubo una planificación, ni capacitaciones, tampoco ampliaciones de psicofármacos.

Foto: Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires

-¿Qué opina sobre la repartición de los recursos para salud mental?

-Considero que es muy importante analizar a qué se destina el presupuesto. Porque hay jurisdicciones que tienen un absoluto incumplimiento de la Ley Nacional de Salud Mental, que reciben un buen porcentaje, pero usan el dinero para el mantenimiento de las estructuras que son históricamente conservadoras; los manicomios.

Los padecimientos de salud mental vienen incrementándose en todo el mundo, incluso previo a la pandemia, algunos vinculados a las ansiedades, depresiones y los consumos problemáticos que aumentan todo el tiempo. No solo de las sustancias ilegales, sino las que son legales como el alcohol, el juego, las apuestas online que hoy sobreabunda y afectan a las nuevas generaciones.

Todo esto puede tener discusiones y explicaciones muy profundas, más allá de la psicopatología y que tienen que ver con el orden social, con la relación con los cuerpos, con las instituciones de las sociedades contemporáneas post capitalistas. Son muchas las variables que hacen a un tiempo de capitalismo tardío, que impactan en las formas de subjetivación de los seres humanos.

-¿La pandemia profundizó la problemática?

-Si, la pandemia acrecentó la problemática de tal manera que hasta el momento seguimos estudiando el fenómeno, porque los episodios traumáticos tienen un impacto que se ve con el pasar del tiempo, tiene una expresión tardía, fuera del momento en el que ocurren los episodios. Nunca antes esta sociedad argentina había experimentado una cercanía tan grande a la muerte y las pérdidas de seres queridos. El aislamiento social nos ayudó a disminuir los riesgos; pero también nos trajo otras consecuencias negativas.

Por eso nuestro proyecto muestra el abordaje de la salud mental desde otra perspectiva, comprendemos que no se debe tratar solamente en los hospitales, sino construyendo formas comunitarias. Entendemos que además del tratamiento singular de los padecimientos, también es necesario construir formas colectivas para trabajar un malestar, un sufrimiento, porque cada uno de ellos tiene una carga de causas colectivas y sociales, por ejemplo, la pandemia.

-¿Cómo piensa que afectará a niñas y niños, a las nuevas generaciones, la actual crisis económica-política que atraviesa el país?

-Las niñas, niños y adolescentes al vivir en medio de tanta incertidumbre y crisis con el gobierno de Javier Milei, sufrirán un gran impacto a futuro. Como dije antes, ese malestar se manifiesta en un mediano y largo plazo. Se producirán daños materiales, emocionales y psíquicos en todas las personas.

En la Ley Ómnibus que Milei envió al Congreso, incluso antes de ser retirada por completo, estipulaba varios artículos vinculados a reformas en materia de salud mental, esos cambios pretendían generar un retraso de al menos un siglo. Pero los legisladores se dieron cuenta de la gravedad que implicaba esa mirada tan conservadora y añeja.

Así mismo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Organización Panamericana de la Salud (OPS), ante la consulta de algunos legisladores, emitieron un comunicado ante la Cámara de Diputados advirtiendo sobre la gravedad de la reforma que se pretendía hacer desde el gobierno nacional. Si Milei lograba ejecutar su propósito, realmente hubiese sido una motosierra a la estructura sanitaria internacional que ha logrado un consenso mundial.

Hay algunos documentos internacionales que fueron acompañando nuestro proceso de reforma provincial, uno de ellos la del Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) de la Organización de Naciones Unidas (ONU), reconoció el examen que hizo la Argentina y señaló puntualmente los avances en la provincia de Buenos Aires. Por la reforma de restitución de derechos y el cuidado de la salud mental acorde a los paradigmas actuales que llevamos adelante.

También la OMS, en algunos artículos manifiesta los avances que hemos logrado en la construcción de la política que creamos par mejorar la vida de las personas. Desde la provincia estamos enmarcados en una vanguardia acorde a los estándares internacionales. Además, tenemos un acuerdo con la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) donde se estipula que no vamos a retroceder respecto a la perspectiva con la que abordamos la problemática para ayudar a los pacientes adultos y a las nuevas generaciones.