En una reciente entrevista con el portal El País, Nicolás Maduro Guerra, hijo del presidente de Venezuela, expresó su confianza en una victoria del chavismo en las elecciones presidenciales del próximo 28 de julio. Sin embargo, aseguró que, de ganar la oposición, reconocerían el resultado y se prepararían para ser oposición. «Si Edmundo González gana, entregamos y seremos oposición, listo», afirmó, dejando en claro que están dispuestos a aceptar el veredicto del pueblo.
Durante la conversación, Maduro Guerra destacó la similitud de la actual campaña con la de 2012, cuando Hugo Chávez fue reelecto. Señaló que, según sus análisis, la oposición, incluida la campaña de González, “se ha estancado”, mientras que el chavismo mantiene un buen momento. «Vamos a tener una gran victoria», dijo, aunque evitó ser triunfalista, citando encuestas internas que indican una ventaja de entre 8% y 10 por ciento.
Al ser consultado sobre los posibles escenarios en caso de una derrota, Maduro Guerra enfatizó la importancia de la paz y el reconocimiento de los resultados. «La historia ha demostrado que el día que nosotros no ganamos, nosotros reconocemos. Siempre, todas las elecciones, cada una», subrayó, recordando eventos pasados como la reforma constitucional de 2007 y las elecciones legislativas de 2015, donde el chavismo aceptó los resultados adversos.
El escenario de derrota no es el que manejan dentro del oficialismo, ya que los números que tienen dan a Nicolás Maduro como ganador por un amplio margen, y no sería extraño que en este contexto de guerra de encuestas contrapuestas, el Presidente actual logre su tercer mandato por el voto popular.
Respecto a las críticas sobre la situación económica del país, Maduro Guerra reconoció que el gobierno enfrentó desafíos significativos, pero defendió las políticas implementadas para mantener la estabilidad social y política. Además, se refirió a errores cometidos, como confiar en personas que finalmente traicionaron esa confianza, destacando el caso de Tareck El Aissami, ex vicepresidente y ministro del Petróleo, implicado en un escándalo de corrupción.
El hijo del candidato venezolano manifestó la necesidad de un diálogo abierto con los Estados Unidos y la comunidad internacional, buscando relaciones de respeto y colaboración. A pesar de las dificultades, mostró un compromiso con el proceso político y la posibilidad de servir desde cualquier posición, siempre con el objetivo de continuar el legado de Chávez.