Tras 17 horas de sesión y 12 horas de debate la reforma previsional cosechó 127 votos afirmativos, 117 negativos y dos abstensiones y fue convertida en ley por la Cámara de Diputados.
El resultado marca, entre otras cosas, que sin los dadores voluntarios de quórum la reforma no hubiera sido posible ya que Cambiemos no consiguió sumar la mitad más uno de los votos. La falta de festejo de la bancada oficialista por su parte marca, no sólo el clima en el que se dio el debate sino también las dudas que muchos legisladores oficialistas tienen sobre las supuestas bondades de la nueva fórmula.
El amanecer encontró a los diputados aun debatiendo en el recinto y dejó ver, puertas afuera del Palacio Legislativo, en la Plaza de los dos Congresos los rastros de una nueva represión que se llevó a cabo en la madrugada.
La noche, que fue eterna en el recinto, mostró una presencia en las bancas poco habitual para las sesiones tan extensas, sobre todo por parte del oficialismo. El temor a que la sesión se puede caer o a ser víctima de una jugada de la oposición hizo que los legisladores de Cambiemos, salvo Elisa Carrió, estuvieran más tiempo en el recinto que en otras sesiones.
A la hora de los cierres y a poco de las siete de la mañana, el titular del bloque del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, decidió empezar su intervención con un minuto de silencio en conmemoración de las víctimas del 19 y 20 de diciembre de 2001. «Porque a las víctimas hay que recordarlas», dijo.
«Está claro que el índice que buscaron es un índice que perjudique a los jubilados en Argentina porque necesitan los 100 millones de pesos», disparó Rossi sobre el proyecto y agregó: «Este proyecto es perverso».
«Los cacerolazos fueron movilizaciones espontáneas de argentinos que rechazan este proyecto de ley, pero ustedes no lo quisieron ver. Pero ustedes se encerraron. Ustedes piensan que la sanción de la ley obtura el debate. Se equivocan, este no es el punto de llegada, sino es el punto de partida», vaticinó Rossi.
En ese mismo sentido, el titular del bloque del FpV profundizó: «Volvieron a hacer lo que la derecha siempre hace que es recortar derechos. Lo que les pasó no es culpa de la impericia. Es porque quisieron hacer un trámite rápido y que se debate poco».
¿No se le ocurrió ninguna ingeniera fiscal al mejor equipo de los últimos 50 años? Nos trajeron la receta de siempre, la de la derecha, la de recortar los derechos de los más humildes», ironizó Rossi.
Para cerrar Rossi elevó el tono de voz y sentenció: «Por compromiso histórico, por convicción ideológica y por todo lo que hicimos por los jubilados nosotros orgullosamente le decimos no a este proyecto».
A su turno el titular del interbloque Cambiemos, Mario Negri, sólo atinó a decir «que la oposición responsable no reparte fósforos a donde se andan con nafta» y pidió que se pase a votar.
Apenas un rato antes, Néstor David, en nombre del Interbloque Argentina Federal -que fue crucial tanto para aprobar la norma como para que haya quórum- anticipó que su bloque va a votar con total libertad y «a conciencia», pero aclaró que «no es fácil estar en los zapatos de quienes no nos gustaría descuidar ni a la provincia ni a los jubilados. Pero lamentablemente tenemos que elegir».
Después de la medianoche, con más de once horas de sesión y más de seis de debate sobre la reforma previsional, la tensión volvió a ganar el interior y los alrededores del Palacio Legislativo.
Afuera del Palacio miles de personas comenzaron a ganar otra vez la plaza de los Dos Congresos, muchos de ellos provenientes de los distintos cacerolazos que se llevaron adelante a lo largo de la noche.
Adentro, la tensión fluctuó, como suele ocurrir, al calor de cada uno de los oradores. Entre gritos provenientes de las bancas kirchneristas, el presidente de la Comisión de Previsión y Seguridad Social y miembro informante de Cambiemos Eduardo Amadeo abrió el debate con una defensa cerrada del proyecto oficial. Tenemos la conciencia tranquila, dijo para abrir un discurso que, cercano a la ciencia ficción, dibujó un presente maravilloso para los jubilados y futuro próximos donde los haberes actualizados superarán en 5% a la inflación del año próximo.
Casi sin distraerse ante los gritos y las chicanas Amadeo se aferró a las hojas que tenía en la mano y leyó su intervención en la que destacó: Llegamos al recinto en medio de una enorme campaña de falsedades, pero a fin de año los jubilados no sólo van a estar mejor, sino que van a tener una fórmula que los va a proteger por décadas.
Para cerrar su participación, Amadeo rechazó que la oposición tilde al gobierno de insensible y enumeró las diferentes medidas llevadas adelante por la gestión de Mauricio Macri con respecto a los jubilados, como la Ley de Reparación Histórica, la extensión de la Asignación Universal por Hijo (AUH) a monotributistas y la decisión de planificar el presupuesto más importante de la historia en el área social.
No fueron pocos los discursos duros contra el proyecto de los representantes de la oposición. Pero la diputada rionegrina, María Emilia Soria fue una de las pocas que apuntó a los gobernadores. Son las prostitutas de Macri, sentenció en referencia a los gobernadores que acordaron la reforma previsional con Cambiemos.
Horas más tarde, en su segunda intervención pidió perdón a las trabajadoras sexuales por haberlas comparado con senadores, diputados y gobernadores que se dejan extorsionar.
Por su parte, el diputado y ex ministro de Economía, Axel Kicillof enfatizó que el gobierno nacional fue a las elecciones mintiendo a los jubilados, cuando en realidad tenía preparado un ajuste.
Es un saqueo, enfatizó Kicillof y generó la reacción de la bancada oficialista. En ese contexto criticó al gobierno por todas las excusas que han dicho, todas las mentiras que han interpuesto que se caen una tras otra y agregó: Esta ley no la quiere nadie.
En tanto, Diego Bossio, ex titular de la Anses, como no podía ser de otra manera, defendió la fórmula de actualización vigente. El legislador recordó que una vez sancionada la fórmula nunca fue cuestionada y agregó: lamenti que no se está discutiendo con la madurez que se tiene que discutir.
Con el cacerolazo ya en la puerta del Congreso los legisladores de la oposición volvieron a intenta frenar la sesión. Primero Daniel Filmus pidió un cuarto intermedio debido a la magnitud de la protesta que se estaba llevando a cabo. La propuesta ni siquiera fue puesta a consideración debido a que Cambiemos se aferró al reglamento y no sometió a votación una moción que ya había sido rechazada en la misma sesión. Ya cerca de la 1 de la madrugada la presidenta del bloque del Frente Renovador, Graciela Camaño, solicitó que se vote la vuelta a Comisión. El titular de la Cámara Baja, hizo algo de tiempo, para que volvieran algunos diputados oficialistas que no estaban en sus bancas y llevó adelante la votación en la que Cambiemos impuso su rechazo por 127 votos a 107. Al cierre de esta nota ese fue el último intento, quizá algo apresurado, para lograr posponer el tratamiento de la reforma.
Adentro del recinto a esa hora también sonaban las cacerolas. Unos cuantos diputados opositores aprovecharon el tiempo en su banca para descargar una aplicación que imita el sonido de una cacerolazo y los hicieron sonar durante un buen rato en la Cámara Baja.
El debate dentro del recinto se encaminaba irremediablemente a la votación sin más interrupciones. Afuera una manera de gente, ya cerca de las 2 de la madrugada, se expandía por todo el frente del Congreso y alcanzaba buena parte de la plaza y buena parte de Callao hasta Corrientes.
A esa hora el oficialismo seguía confiado en que no tendría problemas en aprobar la norma más allá de la abstención de los cuatro diputados que integran el bloque de Martín Lousteau y las dudas que surgieron a lo largo de la noche en los diputados del PJ sanjuanino y catamarqueño.
La coalición oficialista junto a diputados que responden a gobernadores había reunido el quórum reglamentario con la participación de 130 legisladores, con cual pudo iniciarse la sesión especial que en la Cámara Baja debate el recorte a los jubilados.
La coalición Cambiemos logró el quórum poco después de las 14 con la presencia de 105 diputados propios, 3 del bloque que encabeza Martín Lousteau, y legisladores que responden a los gobiernos provinciales de Misiones (4), Córdoba (4), Santiago del Estero (3), Entre Ríos (2), Chaco (2), Tucumán (2), Salta (2), Chubut (1) y Neuquén (1), además del sindicalista Alberto Roberti.
A la tarde, mientras la policía reprimía frente al Congreso, la sesión pasó a cuarto intermedio, pero una vez reanudada, el oficialismo se negó sistemáticamente a interrumpir la jornada legislativa. A las 19:04, comenzó el debate sobre la norma.