Este miércoles se cumplen 10 años de la muerte de Nelly Omar, la «cantora nacional», figura fundamental del tango y la canción criolla, quien se convirtió en referente y fuente de inspiración para las nuevas generaciones de intérpretes del género.
Desde su voz única y privilegiada, su fraseo firme y su fuerte personalidad, marcó un antes y después en la música popular argentina, y fue la última de la camada dorada de cantantes que integraron Tita Merello, Azucena Maizani, Libertad Lamarque y Ada Falcón.
Vivió hasta los 102 años, también fue actriz, aviadora y ferviente hincha de Racing, y se destacó en versiones de composiciones como «Callecita mía», «Solo para ti», «Latido tras latido», «Intriga y pasión» y «Corazón de oro», entre muchas otras.
La «cantora nacional», como le gustaba ser denominada, no es sólo un nombre medular de la música popular argentina sino que materializa en la actualidad la pervivencia de una memoria afectiva ligada al primer peronismo. Protagonista indiscutida de la historia musical de la Argentina, Nelly Omar parece uno de esos personajes llamados a vivir para siempre la memoria de su pueblo.
Nació el 10 de septiembre de 1911 como Nilda Elvira Vattuone en la localidad bonaerense de Bonifacio, pero inscripta y criada en Guaminí, donde vivió hasta los 11 años, cuando falleció su padre y se trasladó a Buenos Aires con su madre y 10 hermanos.
Voz protagónica y central del tango y la canción criolla, su adhesión al peronismo le valió proscripción y listas negras; estuvo prohibida en radios y teatros luego del golpe de Estado de la autodenominada Revolución Libertadora.
Nelly Omar perseguida
«Estuve 17 años sin trabajar porque me metieron en una lista negra impuesta por la revolución fusiladora, por ser peronista de Perón y amiga de Evita, una mujer con gran personalidad que se fue demasiado pronto cuando tenía mucho por hacer», recordó años atrás en un reportaje.
En 1957 se exilió en Montevideo para trabajar en radio y televisión y luego en Venezuela para participar del programa de televisión «El show de Renny Otolina», donde vestida de gaucha interpretaba «La descamisada» y «Es el pueblo», entre otras composiciones.
Empezó a trabajar a los 12 años, cuando se empleó en una fábrica de medias, Omar arrancó con la canción a los 17 con la interpretación de «A mi madre» en radio Splendid, pero se hizo profesional tiempo más tarde. En 1934 formó un dúo con su hermana Nélida (a quien le ‘robó’ el sobrenombre) y en 1937 conoció a Homero Manzi al trabajar juntos en la audición de Radio Belgrano «Pájaros ausentes», que contaba con libretos del poeta, a quien la unió un apasionado romance.
Según cuenta la leyenda, Manzi se inspiró en ella cuando compuso el clásico tango «Malena». Ambos estaban casados, y la cantante decidió poner fin a su amor en 1944. Homero murió de cáncer en 1951, cuando tenía 41 años.
En 1938 en Valentín Alsina fue bautizada como «la Gardel con polleras», definición que alude al hecho de ser una artista que recorrió el tango pero que cultivó con el mismo interés la milonga, el vals y el repertorio criollo, gesto que remite al camino transitado para cantores anteriores como Carlos Gardel, Agustín Magaldi e Ignacio Corsini, entre otros.
La propia Nelly contó que su padre era conocido de Gardel y, que en varias ocasiones, cuando visitaba la ciudad de Buenos Aires, fueron juntos al Hipódromo. «Cuando en 1918 Gardel se apareció por el pueblo, junto a José Razzano, mi padre y otros vecinos se pusieron a vender entradas y organizaron la presentación del dúo. El teatro se llenó. Luego pasaron por mi casa. Con mis hermanos observábamos todo a través de una ventana. Mi padre, como buen italiano de entonces, no nos dejaba mezclarnos con los mayores. Me quedó grabada su imagen. Gardel gordo y peinado con raya al medio», le dijo la cantora al historiador Néstor Pinzón.
A Nelly no se le debe sólo la convicción de un afecto y una carrera sin dobleces que postergó en tributo a la lealtad sino también grandes interpretaciones de canciones como «Sur», «Amar y callar», «El adiós de Gabino Ezeiza», «Del tiempo de la morocha» y «Manoblanca», entre muchos otros registros.
Pese a los problemas de salud aparejados a su edad y que la llevaron a padecer varias internaciones, la intérprete concretó en los años 2005, 2009 y 2011 (cuando celebró su centenario) inolvidables presentaciones en el estadio Luna Park.