La Boca es un territorio en disputa. El interés del mercado avanza acompañado por leyes y decisiones administrativas cuyo horizonte es un nuevo centro artístico, turístico y deportivo, junto al desarrollo de nuevos emprendimientos inmobiliarios. La creación de La Usina del Arte, la declaración de La Boca como Distrito del Arte, la venta de los predios de Catalinas Sur y Casa Amarilla, la conexión por Pedro de Mendoza entre el río y Puerto Madero, son algunas de las medidas que tomó el macrismo-larretismo desde que llegó a la Ciudad, acompañadas por el proyecto de nuevo Código Urbanístico que prevé más presión inmobiliaria en la zona. Mientras tanto, desconocen la emergencia habitacional en un barrio donde hay un desalojo cada 15 días.
Asistimos a una transformación urbana cuyo principal obstáculo son los residentes históricos del barrio. Pero los vecinos de Sancheti y de La Boca resisten a la especulación inmobiliaria y a la privatización del espacio público, y no se resignan a que la fragmentación social y la expulsión sean moneda corriente en el distrito más rico del país. El desarrollo urbano no se alcanza a espaldas de los vecinos. Debe contener soluciones para el hábitat digno. De otro modo, lo único que se fortalecerá es la organización social, política y comunitaria de nuestro pueblo, con enorme tradición de lucha contra la exclusión. «