Nació en Chile en 1985 y ya con tres años empezó a tocar el violín. Nano Stern, ahora cantante, multiinstrumentista y compositor, referente que conecta músicas tradicionales y populares de América Latina, siempre supo que la música iba a ser su camino. En su adolescencia experimentó por vez primera la adrenalina del escenario cuando armó sus primeras banda de rock con las cuales ya combinaba lo eléctrico con el violín y también instrumentos más folklóricos como quenas y charangos.

Recorrió el mundo siendo un nómada musical hasta 2012, cuando decidió volver a instalarse en Chile. Viene asiduamente a la Argentina y ha colaborado con Pedro Aznar, León Gieco, Lito Vitale, Raly Barrionuevo, La Bomba de Tiempo, Ana Prada, Teresa Parodi, Manu Sija, Kevin Johansen y Luciana Jury, entre otras figuras. En 2016, para la celebración del cumpleaños número 75 de Joan Baez se realizó un concierto multitudinario en Nueva York al que Nano Stern fue especialmente invitado para interpretar “Gracias a la vida”, de la gran Violeta Parra.

Nano Stern.

En 2021 Nano publicó su primer libro, Décimas del estallido, textos inspirados en el estallido social que tuvo lugar en Chile en octubre de 2019. Su último álbum es Canta a Víctor Jara.

-¿Por qué elegiste el violín y no otro instrumento?

-Me gustaba su sonido. Aprendí  con el método Suzuki, que es una manera muy particular. Se aprende desde el juego, desde pasarlo bien y ayuda a los niños pequeños a disfrutar de la música. Es un método de educación, pero también filosófico. Organizado a partir del respeto al niño como persona y en el concepto de que la habilidad no se hereda sino que se aprende. No exige, enseña  a apreciar lo divertido de hacer música.

-¿Hay algún momento del día que disfrutes más que otro?

-Acercándome a los 40 me he vuelto un poco menos nocturno y más diurno. Me siento productivo si me levanto bien temprano. Si lo logro, el trabajo fluye de otra manera.

-¿Por qué?

-No sé. El amanecer, los pajaritos, esos primeros rayos de sol son de pura energía. El día me gusta mucho. El desafío de enfrentar un nuevo día es motivador, supongo. Siempre hay nuevas aventuras que aparecen. Aunque no es fácil cuando uno está de gira.

-Si hay que elegir, ¿preferís dormir o comer?

-Es más atractivo comer, pero es más importante dormir.  Después de un concierto vas a comer, a veces se alarga todo y lo que más pide el cuerpo es descansar. Es rico, obvio, está buenísimo comer bien, pero echarse a dormir es clave para mí. La voz no perdona la falta de sueño.

-¿Hay un número ideal de horas para dormir?

-Creo que ocho horitas está perfecto, tampoco hay que excederse. Igual, estamos hablando del ideal. Cuando vuelvo de las giras largas, que paso meses durmiendo poco y a veces casi nada, quizás me quedo más, como para compensar.

-¿Te acordás lo que soñás?

-A veces. Siempre hay que soñar, y mejor si lo hacemos despiertos.

-¿Te gusta cocinar?

-Me encanta. Es un momento de disfrute o de goce, por lo sabroso, lo nutritivo o porque lo vas a compartir con alguien especial. Cocinar es una forma de agasajar y expresar cariño A los demás y a uno mismo.

-¿La cocina es un templo?

-Puede ser, hay algo meditativo en ese asunto. Darse ese tiempo para prepararte el alimento es algo lindo. O también comer en algún sitio. En las giras son pocas las veces que puedes cocinarte, así que también disfruto de comer afuera, en algunos lugares lindos. En Buenos aires, por ejemplo, carne y un buen Malbec, es algo insuperable.

-¿Pero preferís lo casero?

-Si puedo elegir, sí. Tomarse un tiempo, con una copita de vino, con personas queridas, siempre es algo hermoso.

-¿Qué es lo más importante para vos en tu profesión?

-La palabra. Para mí es la clave, está íntimamente relacionada con este oficio de hacer canciones. Me gusta mucho leer. Me gusta la poesía, me gusta estudiar la lingüística, la semiótica, la etimología, el origen de las palabras y expresiones. Me gusta conocer los orígenes de la lengua y, aunque suene muy nerd, me gusta estudiar gramática.

-¿Por qué?

-Cómo estructuramos nuestras palabras, en gran medida, estructuramos nuestros pensamientos, entonces para mi es importante. Poder desmenuzar eso me parece una cuestión muy interesante. Habla muy profundamente de lo que implica ser humano, en tanto que somos seres pensantes, que necesitamos tener claro lo que pensamos para compartirlo. Somos seres colectivos, sociales, entonces lo más importante es comunicarnos. Y en mi caso es una manera de búsqueda: soy un coleccionista de palabras y frases, que tienen que tener un sentido.

-¿Coleccionás algo más?

-Hace un tiempo, me he vuelto ávido de comprar discos de vinilo. Sobre todo música tradicional de todos los lugares donde voy. Me gustan los antiguos, cuanto más viejos, mejor. Me encanta tomarme el tiempo para escucharlos, la materialidad de tenerlos, de colocarlos en el aparato. Pero sobre todo que muchas de esas músicas ya no se encuentran en las plataformas.

-¿Hay lugares que te marcaron más que otros?

-Es difícil elegir. Cada lugar tiene algo. Hace poco estuve por primera vez cantando en Bolivia y fue muy interesante la experiencia. Es un país que está tan cerca, compartimos frontera, pero que culturalmente es único, es muy particular. Es una mezcla de comunidades indígenas que está muy presente en lo cotidiano, lo que lo hace súper atractivo. Es un lugar singular, muy estimulante, que a veces no terminas de entender. Eso me gustó. «

Ping pong con Nano Stern