Los chilenos pasarán una semana navideña en «austeridad» y con un ánimo «pesimista» por el conflicto social en respuesta a las políticas de ajuste del gobierno derechista de Sebastián Piñera.
Según un estudio especial sobre la Navidad de la consultora Deloitte, la percepción del pueblo chileno sobre la economía nacional es «muy pesimista» y la amplia mayoría aplicará «un ajuste de la economía personal tras la situación país».
Previo al estallido iniciado el 18 de octubre, los chilenos tenían previsto gastar 183 mil pesos (244 dólares) en su presupuesto total de Navidad, que incluye regalos y comidas. Pero ahora su intención de gasto se redujo en un 9%, de acuerdo al reporte de Deloitte.
«Gran parte de la restricción del consumo actual está fundamentado en el tema de no saber qué lógica de continuidad laboral y de estabilidad económica tendremos de aquí a marzo (cuando arranca un nuevo año laboral)», explicó un psicólogo social y antropólogo de la Universidad de Santiago.
Junto a las masivas manifestaciones en reclamo de una mayor igualdad social, miles de locales comerciales, supermercados y otras grandes tiendas fueron saqueados, atacados o incendiados, en Santiago (sobre todo en el centro) y ciudades como Valparaíso (centro), Concepción (sur) y Antofagasta (norte).
El temor a nuevos ataques llevó a gran parte del comercio a sellar sus vitrinas con gruesos latones de metal o madera, dejando de lado o en un reducido espacio la decoración de Navidad, que tradicionalmente se comenzaba a instalar inmediatamente después de la celebración de la fiesta de Halloween, el 31 de octubre.
El viernes se produjo una nueva manifestación en la Plaza Italia de Santiago, que motivó la represión policial por no haber sido «autorizada», según declaró el intendente de la ciudad. La Intendencia había impuesto una nueva fórmula de «copamiento» de la plaza, que fue cercada por efectivos y vallas. Sin embargo varios manifestantes lograron vencer el cerco, lo que motivó el despliegue policial con gases lacrimógenos y carros lanza agua. Durante las maniobras represivas, un joven fue atropellado por un hidrante y sufrió la fractura de su cadera. «