La semana pasada San Luis aprobó por unanimidad su adhesión a la Ley de Alcohol Cero al volante promovida la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV). De esta manera se convirtió en la provincia 18 con tolerancia cero al alcohol para las y los conductores. Aún restan 7 jurisdicciones, entre ellas las de mayor producción vitivinícola, y desde Nación apuntaron a una en particular: la Ciudad de Buenos Aires, que tampoco se sumó a otras iniciativas viales como el Scoring y el Plan Federal de Educación Vial. Y definieron a la actitud del gobierno porteño: «tan penosa como inentendible».
La normativa, sancionada en abril de este año por el Congreso de la Nación, por los Ministerios de Transporte y Salud, la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (Sedronar) y asociaciones de familiares de víctimas de tránsito, reformó la Ley 24.449, reduciendo de 0,5 a 0 miligramos la cantidad de alcohol en sangre permitido para manejar.
Partía de una serie de diagnósticos: los siniestros viales son la primera causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 35 años y la conducción bajo los efectos del alcohol es uno de los factores determinantes más importantes; el alcohol está presente en al menos 1 de cada 4 siniestros viales con fallecidos. Y el alcohol, «incluso desde la primera copa», ya afecta la aptitud para conducir: «la percepción se distorsiona, se asumen riesgos aumentados y el auto se transforma en un arma», apuntaron.
Alcohol Cero en el país
El martes pasado la Cámara de Senadores consiguió la media sanción que restaba para adherirse a la ley nacional. “Estamos muy agradecidos con los legisladores puntanos por haber aceptado de manera unánime esta iniciativa nacional en la provincia. Ya tenemos al 75% del país con alcohol cero al volante. Solo resta la adhesión de 6 jurisdicciones, contemplando 5 provincias y la Ciudad de Buenos Aires, para que el alcohol deje de tener tolerancia en todo el territorio nacional”, mencionó el ministro de Transporte, Diego Giuliano.
Y agregó: “Este tipo de decisiones, sumadas al descuento de puntos en la licencia de conducir al cometer infracciones, a las campañas de Alcoholemia Federal con las que controlamos el alcohol al volante en distintos de puntos del país de manera simultánea, a controlar cosas que antes no se controlaban como la circulación por la banquina, el uso de sillitas para las y los más chicos, nos permitieron reducir la mortalidad en las rutas un 30% respecto a las cifras históricas”.
Además de San Luis, ya habían adherido las provincias de Formosa, Neuquén, Santiago del Estero, Catamarca, Chubut, Córdoba, Entre Ríos, Jujuy, La Pampa, Río Negro, Salta, Santa Cruz, Tierra del Fuego, Tucumán, Chaco, La Rioja y Buenos Aires.
Santa Fe, Corrientes y Misiones ya tienen proyectos en sus legislaturas, mientras que Mendoza y San Juan siguen sin novedades. El gobierno mendocino encabezado por Rodolfo Suárez, y que en diciembre pasará de manos a su «padrino político», Alfredo Cornejo, ya avisó meses atrás de que no pensaba sumarse a la ley.
La gobernación cuyana mantiene una alianza estrecha con la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), que llegó a proponer un proyecto alternativo que mantenga el límite actual de 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre, y sólo se reduzca a 0 en el caso de principiantes y jóvenes de hasta 25 años.
José Zuccardi, presidente de la Coviar, resaltó que son «muy pocos» los accidentes graves que se producen cuando el conductor tiene hasta 0,5 gramos y que reducir el límite a 0 tendría varias «consecuencias negativas», desde la disminución del consumo y que los enólogos no puedan ir a trabajar en sus propios vehículos, hasta la salud de la población: «El vino es parte de la cultura y de la alimentación de los argentinos. Sacarlo de la dieta deja el lugar para las bebidas azucaradas, que causan severos problemas».
Brazos abiertos
«Desde hace años, y por propia decisión, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se mantiene al margen de las principales políticas de Seguridad Vial que llevamos adelante junto a las provincias». Con esas palabras apuntó al gobierno porteño este martes el titular de la ANSV, Pablo Martínez Carignano.
El funcionario enumeró las iniciativas viales nacionales a las que la Capital Federal no adhirió. Primero la citada Ley de Alcohol Cero, «pese a que la cantidad de conductores borrachos no para de aumentar en CABA». Y mostró un gráfico donde se exhibe que mientras en 2015 hubo 3159 conductores alcoholizados, en 2021 subió a 5591, la cifra más alta de todo el período.
?❌?No se adhiere a la Ley de #AlcoholCero al volante, pese a que la cantidad de conductores borrachos no para de aumentar en #CABA. pic.twitter.com/nHTIEOiYHC
— Pablo Martinez Carignano (@pmcarignano) September 26, 2023
Martínez Carignano también mencionó la falta de adhesión al Scoring Nacional, «por lo que más del 60% de los conductores que cometen infracciones en CABA -cuyas licencias son de PBA- no sufren descuento de puntos». Y tampoco al Plan Federal de Educación Vial, «convirtiéndose en el único distrito del país en el que los chicos de jardín, primaria y secundaria no reciben enseñanzas básicas sobre cómo transitar en el espacio público de manera segura».
«Esta manera sectaria y apática de gestionar la Seguridad Vial por parte del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta (sí, la mirada “friendly” encierra falta de trabajo y de formación) es tan penosa como inentendible», completó, aclarando que las decisiones en seguridad vial son locales.
Distinta es la situación de las licencias nacionales de conducir, donde CABA sí debe seguir al resto. Aunque ahí también puso reparos y amenazó con salirse: la ANSV, que regula el sistema, determinó modificar el contenido del curso teórico para los chicos de entre 16 y 21 años que van a sacar su primera licencia y que sea más exigente que el actual, «para que salgan a la calle con una formación más profunda».
«CABA dice que si se les impone a sus jóvenes la carga de tener que estudiar 5 horas más que lo que ellos enseñan se estaría violando el federalismo, faltando el respeto a la Ciudad. Insólito –concluyó Carignano–. La ficción de que la Ciudad es una isla y de que solos lo hacen mejor queda desmentida con la sola lectura de las estadísticas, para no mencionar la performance de las actuales autoridades en las últimas elecciones».
Alcohol Cero en Provincia
Provincia de Buenos Aires es un caso paradigmático con Alcohol Cero. A diferencia de CABA, se sumó a la iniciativa nacional meses atrás. Para comprobar su resultado, relevó de enero a agosto de 2023 tanto cantidad de controles como infracciones efectuadas. En enero fiscalizó a 7867 vehículos con 237 «testeados positivos punitivos». Son aquellos conductores «que posean una graduación mayor a cero miligramos de alcohol por litro de sangre». En mayo y agosto de este año, hicieron 8655 y 8906 controles, respectivamente. Y tuvieron 52 y 34 testeados positivos punitivos. El porcentaje pasó del 3,01% al 0,38%.
«Los indicadores nos muestran que el cambio cultural que buscamos con la Ley de Alcohol Cero al volante está en marcha. La sociedad tomó conciencia que si bebió una gota de alcohol, manejar no es una opción. Eso lo vemos en los controles que llevamos adelante en la Provincia de Buenos Aires, donde cada vez es más baja la tasa de positividad», planteó el ministro de Transporte bonaerense, Jorge D’Onofrio.
Y agregó que la ley no apunta a que se consuma menos alcohol: «lo que tenemos que modificar es la logística de cómo volvemos a casa, ya sea con el transporte público, con el remise, o con un conductor designado, se busca una responsabilidad al volante y un cambio de conducta. El trabajo articulado con los municipios está dando sus frutos. El objetivo es lograr un cambio cultural que salve vidas».
Alcohol Cero en otros países
El alcohol cero también rige en países limítrofes como Uruguay, Paraguay y Brasil. Según el Ministerio de Salud de Brasil, luego de dos años de vigencia de la ley, Río de Janeiro tuvo una reducción del 32% en las muertes por siniestros automovilísticos.
En Uruguay también bajaron en los siguientes doce meses de sancionar la norma, en 2016 (-20,9 %), y 24 meses después (-14,1 %). El año pasado, un estudio publicado en la Revista Médica Uruguaya, reveló que la ley de Alcohol Cero en el país vecino tuvo “probados resultados de disminución de siniestros fatales en el corto plazo”, comparando heridos y fallecidos desde el 2016 hasta el 2021. Motociclistas fueron los más beneficiados. A su vez, agregaron que la Ley 19.360 no fue causante de un cambio significativo en el consumo de alcohol en la Banda Oriental.
El año pasado, la ANSV presentó un informe en que señalan que las provincias donde rige el Alcohol Cero al volante, la cantidad de conductores testeados que circulan con graduación 0 de alcohol en sangre es «notablemente mayor» que en aquellas que tienen como límite permitido 0,5: en las provincias con tolerancia cero, más del 94% había dado cero de alcohol en sangre en los controles. En las otras provincias, el número bajaba a 86/87%.
Rosario, en 2021, fue uno de los últimos municipios en sumarse. En abril de 2022, tras doce meses de aplicar la ordenanza, el Municipio expuso resultados satisfactorios. La Secretaría de Control y Convivencia de la ciudad relató que de los 23.667 controles realizados, solamente habían dado positivo 1700: un 7%. Como parámetro de la baja significativa, relataron que, previo a la sanción, se detectaban por fin de semana un promedio de 30 positivos. Casi el doble.
Los países de Europa más permisivos con el alcohol al volante son Malta y el Reino Unido, a excepción de Escocia. Tanto en Inglaterra como en Gales e Irlanda del Norte, el límite con el que se puede conducir es de 0,8 gramos de alcohol por litro en sangre, tanto para conductores experimentados, como para noveles y profesionales.
En Escocia el límite de alcohol en sangre permitido es el mismo que en España, Francia, Portugal, Croacia y Alemania: 0,5 g/l de sangre. En Italia y Alemania, por ejemplo, hay Alcohol Cero para choferes de transportes. Un poco menos tolerante es el gobierno lituano que admite un máximo de 0,4 l/g. Estonia, Polonia y Suecia permiten a sus conductores consumir un máximo de 0,2 g/l de sangre antes de ponerse al volante. Pero Bulgaria, Eslovaquia, Hungría, República Checa y Rumania fueron más allá y establecieron una política de tolerancia cero.
En Estados Unidos, la mayoría de los estados, como Florida, California e Illinois, tienen un límite de 0,5 g/l, pero algunos como Illinois dispusieron tolerancia cero para los conductores menores de 21 años. En California el límite de alcohol para este grupo de edad es de 0,1 g/l.
La juventud es la franja con los peores índices, los hombres cuadruplican a las mujeres. Y no se trata de una problemática desconocida. El 94% de los conductores reconoce que conducir después de ingerir alcohol es peligroso. Pero aún así, el 15% reconoce haberlo hecho en el último tiempo.