Myriam Bregman recorre al trote los pasillos de la Legislatura. En el Parlamento capitalino hay tensión por la decisión de Claudio Bonadio de encarcelar preventivamente a tres dirigentes kirchneristas y pedir el desafuero de Cristina Kirchner. El cuadro legislativo complica la jura de Patricio del Corro, compañero de bloque de Bregman que asumirá la banca de Marcelo Ramal. Si no hay sesión, la asunción podría posponerse hasta marzo. «La Rusa», como la llaman, se disculpa y adelanta que será una jornada complicadísima para una entrevista relajada.
«Hacemos lo que decimos y siempre fue igual, ahora bajo el macrismo y también cuando gobernaba el FpV», asegura quien fue una férrea opositora del kirchnerismo pero que ahora acusa a Bonadio de «organizar la persecución política de opositores beneficiando al gobierno de Macri».
Bregman trascendió definitivamente las fronteras de la izquierda y se ganó el respeto de casi todos los sectores políticos. «Siempre estuve al frente de lo que pienso», asegura. Y enumera varias de las «luchas» en las que participó, como «en las causas por encarcelar a los militares genocidas», Julio López, Zanón, «Ni una menos», Proyecto X. «El peronismo nunca apuesta a la movilización en las calles para enfrentar esos ataques», apunta.
¿Qué análisis hace del pedido de detención contra Cristina Kirchner?
Las medidas dispuestas por el juez Bonadio son arbitrarias, ilegales y carecen de fundamento. Son detenciones políticas que no buscan justicia en la causa AMIA. Es uno de los jueces de la servilleta de (Carlos) Corach que había sido apartado de la causa por el encubrimiento en la AMIA por no investigar a (Carlos) Menem y Corach. Hoy se dedica a organizar la persecución política de opositores beneficiando al gobierno de (Mauricio) Macri. Tengamos acuerdo o no, el Memorándum con Irán fue votado por el Congreso, no es una medida judiciable. La Justicia no puede encarcelar a funcionarios por leyes votadas en el Congreso Nacional.
¿Hay un rol del gobierno en el caso?
El gobierno busca perseguir a opositores políticos y no justicia por la AMIA. Lo dijimos bajo el gobierno kirchnerista y lo decimos ahora: para avanzar contra la impunidad de la causa AMIA hay que abrir los archivos secretos. Por estas razones, el Frente de Izquierda se ha movilizado el jueves a Plaza de Mayo para repudiar las persecuciones a opositores.
¿Cuál identifica como principal problema de la Justicia y cómo cree que se soluciona?
-La Justicia siempre está del lado del poder de turno. Aun de los que llegaron prometiendo «República» como en este caso. La misma Justicia, que ayer fallaba a favor del gobierno anterior, es quien hoy absuelve los casos de corrupción del nuevo gobierno y falla contra los opositores. Es una casta privilegiada con sueldos altísimos que nadie votó.
¿Por qué piensa que fue abucheada en su jura?
Porque nos conocen, saben que somos acérrimos opositores y que no nos vamos a callar, que les vamos a decir que reivindicamos a Santiago (Maldonado) y a Rafael (Nahuel), que los empresarios se beneficiaron con el golpe del ’76. Saben, además, que nosotros no nos callamos y vamos a denunciar todos y cada uno de sus negociados que siempre terminan beneficiando a empresarios amigos del gobierno. Lo mismo respecto del avance represivo en manifestaciones. Esto es lo que le preocupa al gobierno de Cambiemos, por eso su «barra» de seguidores presente en el recinto interrumpió mis palabras al momento de la jura con sus gritos. Se trató de una grave muestra de intolerancia. Un indefendible acto de censura ante mis convicciones políticas y un atropello a la libertad de expresión.
Hablaba de la represión en Neuquén…
-No se trata sólo de abucheos a la izquierda que ya son repudiables. Mi compañero Raúl Godoy, obrero de Zanón y diputado en Neuquén, fue baleado a quemarropa y de espaldas por la policía provincial, que lo conoce perfectamente. Sufrió una fractura de peroné por estar presente defendiendo a los trabajadores y familias de la maderera MAM, reprimidos y desalojados por reclamar contra el cierre y despidos, lo que ha generado el repudio nacional. Parece que el gobierno pretende que nos acostumbremos al incremento de la represión a la protesta social.
¿Cree que hay una grieta? Si existe, ¿Quiénes están de uno y otro lado? ¿Cómo se cierra?
La grieta es, ante todo, una construcción política. La polarización electoral fue una estrategia macrista. El PRO que nació con un discurso de «consenso y diálogo», por el contrario, alimentó la polarización convenientemente para capitalizar el voto anticorrupción. La verdadera grieta es entre un gobierno de empresarios y ricos con la mayoría trabajadora que sufre el ajuste. La mayor demostración que la grieta es en gran medida una operación discursiva es que la reforma previsional fue votada por el peronismo, pieza clave de las políticas del gobierno en el Senado.
El oficialismo tiene mayoría propia en la Legislatura, ¿cómo se trabaja con ese condicionante?
-Ahora el oficialismo tiene mayoría propia en la Legislatura ya que el PRO ha constituido un interbloque junto a la Coalición Cívica de (Elisa) Carrió y Confianza Pública, donde están los diputados que responden a Graciela Ocaña. Pero hace diez años que el PRO dirige la Ciudad y ni Macri ni (Horacio) Rodríguez Larreta han gobernado solos, ya que no contaban con mayoría propia. Pudieron imponer sus planes a lo largo de estos años con el apoyo de diputados que fueron en la lista de Unidad Ciudadana y de los radicales del SUMA que están con Martín Lousteau.
La Corte decidió la prisión domiciliaria para Milagro Sala, ¿cómo analiza ese fallo?
La defensa manifestó en el final de las audiencias que se pudo evidenciar la persecución y animosidad de todo un aparato montado por el gobernador (Gerardo) Morales para hostigar y perseguir a su defendida. Esta causa forma parte de una batería de acusaciones, del Poder Ejecutivo de Jujuy, por la que se la mantiene presa injustamente desde enero de 2016. «