Con la esfera que a principios de los 70 el escultor Fritz Koenig instaló frente World Trade Center de Nueva York, alcanzó el reconocimiento mundial. Según informó hoy la radiotelevisión bávara BAyeischer Rundfunk, el artista murió a los 92 años.
La gente llamaba a su esculura sencillamente La Esfera, aunque él la había bautizado como Gran esférico cariátide. Dañada por la explosión que derribó las Torres Gemelas, su escultura fue emplazada en el Battery Park como homenaje a las víctimas de los atentados terroristas. Pero en marzo de 2012 se decidió reubicarla en la plaza del nuevo World Trade Center.
De esta manera, la escultura, que ya era famosa, adquirió un plus de valor simbólico y se convirtió en un verdadero ícono conmemorativo aunque no había sido diseñada con un fin recordatorio. Sin embargo, como si fuera su destino realizar ese tipo de escultura, Koenig fue autor de otras dos obras conmemorativas que sí fueron concebidas con ese fin. Se trata de la escultura que levantó en su país en el campo de concentración de Mauthausen y la que dedicó a las víctimas del atentado de los Juegos Olímpicos de 1972 en Múnich.
Sus trabajos parten en general de formas geométricas. Además de su labor artística fue también fundador del Museo de Esculturas de Landshut, Se lo considera uno de los escultores más importantes de la posguerra. Hay dos espacios que también cuentan con sus obras: el frente del Palacio de Belleuve, sede oficial de la Jefatura del Estado Alemán y la embajada de Alemania en Madrid.