Roma, Italia
Toto Riina, uno de los padrinos más sanguinarios y temidos de la mafia siciliana, falleció este viernes en prisión a los 87 años. Su organización criminal sigue en pie, mucho más discreta que hace unos años pero sin haberse desmoronado tras la captura de su capomafia.
Salvatore «Toto» Riina, que cumplió años el jueves, falleció en la sección de presos de un hospital de Parma, en el norte de Italia, poco antes de las 4 de la madrugada, confirmó a la AFP el ministerio italiano de Justicia.
Apodado «La Belva» (La bestia), Riina hizo reinar el terror durante casi 20 años en Sicilia y dentro de la Cosa Nostra, como también se conoce a la mafia, una organización que controlaba desde los años 1970.
Toto Riina, que cumplía 26 cadenas perpetuas y llevaba varios días en coma, ordenó la ejecución de al menos 150 personas. Su mujer y tres de sus cuatro hijos recibieron una autorización excepcional del ministerio italiano de Sanidad para despedirse de él.
Giovanni, el primogénito de Riina, cumple una pena de cadena perpetua por cuatro asesinatos.
«Para mí tú no eres Toto Riina, tú eres solamente mi padre. Y te deseo feliz cumpleaños, papá, en este día triste pero importante. Te quiero», escribió otro de sus hijos, Salvatore, en Facebook.
En julio Riina, aquejado de cáncer, había pedido ser liberado por la agravación de su enfermedad, pero el tribunal rechazó la demanda argumentando que podía recibir buenos cuidados en la cárcel. Los médicos dijeron entonces que estaba «lúcido».
«No me arrepiento de nada, nunca me doblegarán, incluso si me condenan a 3.000 años», dijo Riina en una grabación reciente.
Discreción de la mafia
Los jueces confirman que la Cosa Nostra tampoco ha sido doblegada aunque en los últimos años se ha hecho más discreta, abandonando las ejecuciones y los crímenes de sangre de la época de Riina.
«Ya no hay asesinatos o hay muy pocos» explicó recientemente a la AFP Ambrogio Cartosio, un fiscal que trabajó durante más de 20 años en una sección especial antimafia.
Sin embargo, esta organización criminal no ha desaparecido, sino todo lo contrario.
«Me parece que está mucho más presente que antes en las estructuras políticas, ha retomado el control del territorio. Actúa de una manera distinta. Es menos militar, menos sanguinaria pero muy eficaz», agregó el fiscal.
Riina controlaba el tráfico de droga, los secuestros y el chantaje, las actividades principales de Cosa Nostra.
En los años 1980 asentó la autoridad de su clan, los Corleone, desatando una guerra contra las otras grandes «familias» de Palermo que dejó centenares de muertos.
La guerra terminó con la victoria de Riina, que en 1982 se convirtió en jefe de la «Cúpula» (el poder ejecutivo de la Cosa Nostra) y puso en marcha una campaña de violencia contra los representantes del Estado.
Fue él quien ordenó los asesinatos de los jueces antimafia Giovanni Falcone (1992) y Paolo Borsellino (1993) y el que organizó los atentados de 1993 en Roma, Milán y Florencia que dejaron diez muertos.
En los años 1990 la mafia logró hacer tambalear al estado italiano, que finalmente reforzó su legislación y creó una dirección especializada en la lucha contra el crimen organizado, no sólo contra la Cosa Nostra sino también contra la ‘Ndrangheta (Calabria), la Camorra (Campania) o la Sacra Corona Unita (Apulia).
«Gracias una lucha encarnizada dirigida por la magistratura y las fuerzas del orden pero también gracias al apoyo de amplios sectores de población durante años, debilitamos el aparato militar de la mafia» en Sicilia, dijo el fiscal Cartosio.
«Con su estrategia de masacres sangrientas en Sicilia y en Italia (…) él [Toto Riina] volvió visible la mafia de golpe, con cientos de asesinatos, primero con kaláshnikov y luego con bombas» explicó por su parte Attilio Bolzoni, un experto de la mafia en el diario La Repubblica.