El expresidente de Perú Alberto Fujimori falleció este miércoles en Lima, según confirmó su
hija mayor, Keiko, a través de las redes sociales.
«Después de una larga batalla contra el cáncer, nuestro padre, Alberto Fujimori acaba de partir al encuentro del Señor. Pedimos a quienes lo apreciaron nos acompañen con una oración por el eterno descanso de su alma. Gracias por tanto papá!», escribió la mujer en la red social X.
El exmandatario, de 86 años, ocupó el cargo entre 1990 y 2000, y había sido condenado a prisión por vulnerar los derechos humanos, delito por el cual estuvo preso hasta hace unos meses. Fujimori, abandonó en diciembre pasado la cárcel de Lima en la que cumplía una condena de 25 años por delitos de lesa humanidad, luego de que el Tribunal Constitucional restituyera el indulto humanitario que le otorgó en 2017 el entonces gobernante Pedro Pablo Kuczynski.
Aunque la ley peruana dice que aquellos que han sido condenados por corrupción, como Fujimori, no pueden postularse a la presidencia o vicepresidencia del país, el 15 de julio su propia hija había anunciado que el dictador volvería a presentarse como candidato.
Diez años en el poder
Luego de haber alcanzado la presidencia, a comienzos de la década del ’90, Fujimori disolvió el Congreso, clausuró la discusión política e impuso un régimen de mano dura. Además, estableció un estricto ajuste económico y una devaluación feroz para tratar de contener la inflación, que al momento de su asunción era de casi 400 por ciento mensual.
El dirigente, de ascendencia japonesa, había sido condenado por delitos de lesa humanidad, ya que se lo responsabilizó por las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, en 1991 y 92, respectivamente. Además, se lo vinculó a los secuestros del periodista Gustavo Gorriti y del empresario Samuel Dyer Ampudia, como así también a hechos de espionaje y corrupción.
Tras dos períodos como presidente, Fujimori inició su tercer mandato pero a fines de 2000 se difundió un video que mostraba a uno de sus asesores, Vladimiro Montesinos, sobornando a un legislador opositor. Luego de ese episodio el entonces presidente se refugió en Japón y renunció a su cargo mediante un fax.