El ex presidente uruguayo José Pepe Mujica logró aglutinar a todo el peronismo en su propia sede, desde donde llamó a organizarse y seguir militando en esta nueva etapa neoliberal en América Latina. Allí lo escuchaban los integrantes del partido, intendentes del conurbano, los miembros de la CGT, el Movimiento Evita y la Ctep. La sorpresa la dio la presencia de Alberto Fernández, dirigente del massismo, quien volvió a pisar suelo pejotista.
No pretendo convencer, pretendo sembrar para un mundo donde no voy a estar, no porque no me guste, no tengo apuro, pero estoy en la cola, comenzó el senador uruguayo. Vivimos en el continente donde la desigualdad muerde de manera escalofriante, es mucho más peligroso que el atropello de los militares, porque semejante concentración tiene influencia política. El imperialismo está atrás de todas las decisiones, no pone la cara en los gobiernos. Va a haber un mundo de tercera, sepultado, caracterizó.
Si bien no se refirió a ningún gobierno de América Latina en particular, Mujica sostuvo que el descrédito que ha caído la política es la mejor manera de no resistir, creen que manejar un país es como manejar una empresa: ¡de acá!, arengó. La política no es pa hacer guita, como el viejo Rockefeller que es un adicto a la guita. Los técnicos se pueden contratar pero el alma política no se contrata, definió. Un fenómeno de corrupción es una vagatela en la economía de un país, pero esas cosas lo que más daño hacen es que la desesperan a la gente, advirtió.
Lo escuchaban el ex secretario de Comercio Guillermo Moreno, el ex diputado Julián Domínguez, los secretarios generales de la CGT Héctor Daer y Juan Carlos Schmidt, el titular de UPCN Andrés Rodríguez y de Obras Sanitarias José Luis Lingeri. También fueron Eduardo Valdez, Kelly Olmos, los organizadores del evento Javier Mouriño y Rafael Follonier, y los intendentes de Merlo, Gustavo Menéndez, de Navarro, Santiago Magiotti, de Malvinas Argentinas Leonardo Nardini, de La Matanza Verónica Magario y el presidente el PJ bonaerense Fernando Espinoza.
También estaba el presidente del bloque del FpV Héctor Recalde y el diputado Carlos Kunkel. Por parte de las autoridades partidarias estuvieron el presidente del partido, el diputado José Luis Gioja, y su vice Daniel Scioli. Gioja aprovechó la masiva convocatoria de la dirigencia peronista, ocasión que no se daba desde hace rato, para celebrar la promulgación de la Emergencia Social en el Senado, originada por los movimientos sociales allí presentes, e insistir con que se apruebe el proyecto de Ganancias de la oposición que tiene media sanción de Diputados.
La conferencia a la militancia estuvo organizada por el Instituto de Formación y Actualización Política (IFAP) organizada por los dirigentes justicialistas porteños Orlando Olmos, Javiér Mouriño y Rafael Follonier. Alberto Fernández fue en calidad de miembro del Consejo Académico del IFAP.
Hay que ganar la confianza de las grandes masas anónimas. Está en juego la confianza colectiva de la gente. Si no hay columna de gente no jodes a nadie, no se ha construido confianza, arengó a los compañeros justicialistas que lo escuchaban.
Mujica habló durante una hora y media a ritmo pausado, pero constante. Sus reflexiones y consejos de viejo sabio y de estadista de un paisito sostuvieron el interés de la audiencia que lo escuchaba en silencio y le festejaba los chistes y las advertencias. Más importantes que los ejércitos son las compañías de marketing para gobernar nuestras emociones más profundas, ¡hay gente que va a pasear a los shopping!, se asombró y arrancó la carcajada de todos. La sociedad de mercado quiere apropiarse de mi tiempo para que andemos corriendo atrás de pagar cuentas, se quejó. En Japón los trenes son tan puntuales que hasta da bronca, no hay aventura. Pero hay muertos por suicidio. No hay que confundir el éxito económico con la felicidad humana. Hay que repensar la base de la civilización, estamos impresionados con la magia del escaparate. Es necesario ponerle límite a las vidrieras, hay que pelear conceptualmente. Una cosa es que no tengamos más remedio y otra es que ni lo cuestionemos, advirtió.
Mujica se reivindicó amigo del Papa Francisco. Soy hincha de él políticamente, aunque soy ateo, se puede jugar al truco, piensa y pega piñazos, definió. Lo aplaudieron desde la Ctep, organización cercana a Bergoglio e impulsora de la ley de Emergencia Social.