No fue un hecho aislado; se inscribió en la violencia machista que, solo en el primer cuatrimestre de este año, cegó la vida de al menos 80 mujeres y feminidades en el país. No fue al azar; el autor odiaba a sus víctimas y ese odio encendió la chispa del explosivo casero que arrojó contra ellas. Pamela, Mercedes, Sofía y Andrea no lograron escapar: la vulnerabilidad habitacional en la que estaban sumidas avivó las llamas que acabaron devorando sus cuerpos.
Cuerpos que ya eran portadores de viejas cicatrices, las de la pobreza, las de la construcción y defensa de su identidad lésbica, las de la violencia institucional. El Estado, el mismo que en los últimos años se avino a reconocer y promover derechos e implementar algunas políticas reparatorias, es responsable de lo sucedido este lunes en el barrio porteño de Barracas. Lidera, sintetizó una docente y activista, el “grupo de poder” que lleva a cabo, desde diciembre de 2023, una “contraofensiva patriarcal que apunta al disciplinamiento de las distintas ‘desviaciones’”.
Tales fueron los principales argumentos que sustentaron la lectura política que, más allá de algunas divergencias y matices, realizaron las 2000 personas reunidas en asamblea en Plaza Congreso, como eslabón porteño de la Convocatoria Federal y Plurinacional “No es libertad, es odio. Fue lesbicidio”, sobre el ataque lesboodiante que causó la muerte de Pamela Cobas y Mercedes Figueroa y dejó en grave estado a Andrea Almarante y Sofía Castro Riglos.
Eva, militante de la organización Marabunta y docente de la materia Educación Sexual Integral, Salud Sexual y Aborto en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, inscribió el ataque a las cuatro mujeres como un “atentado a las disidencias. En esta sociedad ser lesbiana, ser travesti, ser trans, ser pobre, vivir en la calle es ser desviade”, al tiempo que enfatizó que “en este momento” se cierne sobre esos colectivos “una contraofensiva patriarcal desde los grupos de poder y de gobierno con la intención de promover y legitimar la violencia”. También llamó a “encontrar formas de resistencia que no reproduzcan la crueldad con la que nos están atacando”.
Tras recordar los casos de Tehuel de la Torre, varón trans desparecido en 2021, y Pepa Gaitán, fusilada en 2010 por ser lesbiana, Benjamín, integrante de la Agrupación LGBTI+ 1969, llamó a “no quedarse de brazos cruzados mientras despiden a compañeras trans del Estado nacional, mientras faltan las hormonas (destinadas a las personas trans que llevan adelante terapias de hormonización en el sistema sanitario público), mientras asesinan compañeras que vivían en una situación vulnerable y soportaban día a día el hostigamiento de un tipo educado en este sistema para disciplinar a las diversidades y si te pasás de la raya, ¡pum!”.
Georgina Orellano, secretaria general de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (Ammar), denunció que, además de la violencia policial, “en los últimos meses se ve un creciente odio de vecinos y vecinas que comienzan a tener acciones, como tirar agua caliente desde los balcones a nuestras compañeras, como decir que ‘la solución’ para las personas en situación de calle es prenderles fuego los colchones, donde la crisis habitacional es una realidad creciente y acuciante”.
Orellano sostuvo que “los discursos de odio están habilitados por las personas que llegaron al poder” y aseguró que “el odio y la violencia crece en los barrios, en una suerte de guerra de pobres contra pobres”, por lo cual llamó a “dejar diferencias de lado, pisar el barro, poner el oído a las compañeras que están pasándola mal y que pasan situaciones como las que pasaban Pamela, Mercedes, Sofía y Andrea en Barracas”.
El periodista y militante del PTS, Tomás Máscolo, advirtió sobre la resistencia que las autoridades educativas nacionales y algunos directivos de escuelas exhiben contra el dictado de la Educación Sexual Integral (ESI). Y agregó: “Día a día veo en compañeros y compañeras la precarización de la vida a la que estaban sometidas las mujeres que vivían hacinadas en un cuarto de hotel en Barracas, donde dos de ellas fueron asesinadas por ser lesbianas. Día a día veo cómo el Gobierno nacional despide trabajadoras y trabajadores estatales, cagándose en el cupo laboral travesti trans”.
Laura, de la Secretaría de Géneros y Diversidad de la Asociación Gremial Docente de la UBA (Agduba), caracterizó como “salvaje y brutal” el ataque de este lunes contra las cuatro mujeres, al que ligó con “las condiciones materiales de existencia de nuestro colectivo” dado que “los discursos de odio calan en un momento en el cual la crisis económica es más fuerte y la crisis habitacional afecta particularmente a las personas LGBTIQ+”.
“Frente a un Gobierno que nos quiere con miedo y encerrados en nuestras casas, estamos en las calles reclamando justicia para este y otros tantos femicidios y crímenes de odio”, dijo Lula, del partido Nuevo MAS, para quien el de Pamela, Mercedes, Sofía y Andrea “no es un ataque aislado, sino que se inscribe en el marco de un Gobierno que viene accionando contra el colectivo LGBTIQ+, que quiere cerrar el INADI y (la agencia de noticias y publicidad) Télam para trazar un cerco mediático, que prohíbe el lenguaje inclusivo y propicia la persecución a las docentes que lo impartimos en las clases, que llama ‘adoctrinadoras’ a quienes dictamos ESI, que busca derogar el aborto legal y derechos laborales y que nos amenaza con protocolos represivos”.
Luego de reclamar “justicia por Pamela y Mercedes”, las dos mujeres asesinadas por Justo Fernando Barrientos este lunes, Laura Velasco, de Barrios de Pie, y Norma Morales, secretaria adjunta de la Unión de Trabajadoras y Trabajadores de la Economía Popular (Utep), dijeron que “los femicidios, los lesbidicios y los travesti y transfemicidios son cotidianos” y acusaron al Gobierno encabezado por Javier Milei de implementar “políticas públicas que refuerzan el odio y nos dejan en un estado de indefensión en materia de derechos humanos, económicos y de género”.
Para ambas referentes, el proyecto de ley Bases pretende “ir contra los derechos previsionales de las mujeres y las personas del colectivo LGBTIQ+”, quienes “no se podrán jubilar y sufren el hambre y la violencia sobre sus cuerpos y los territorios que habitan”.
“Que hayan matado mujeres lesbianas no es un hecho aislado y ocurre en un Gobierno como el de Milei, que esparce su violencia por el mundo, ataca el colectivo feminista y desfinancia todas las políticas de género”, dijo a su turno una joven, quien convocó al colectivo de mujeres y personas LGBTIQ+ a alcanzar en sus futuras movilizaciones la masividad lograda el pasado 23 de abril, cuando ocurrió la Marcha Federal Universitaria contra las políticas de ajuste a las universidades nacionales.
Susana, de la Asamblea Barrial de Flores -hubo una decena de barrios representados, entre ellos el de Barracas, donde ocurrió el ataque-, exigió al Parlamento “detener” las políticas regresivas de la administración libertaria y recordó que esa y otras agrupaciones vecinales cuentan con comisiones de género y diversidades, al tiempo que anunció que convocarán a una “asamblea barrial transfeminista” en los próximos días en Plaza de Mayo.
“Enfrentamos una desigualdad cis héteropatriarcal que descarga su violencia sobre los cuerpos feminizadas. Con Milei en el Gobierno y escritores como Nicolás Márquez (NdR: junto a Marcelo Duclos coescribió la biografía oficial del presidente, la que presentó ante un auditorio prácticamente vacío en la Feria del Libro), se termina habilitando y legitimando acciones violentas contra nuestros puertos”, sostuvo Luciana Mina, de Autoconvocatoria Lesbiana, una de las organizaciones de la Convocatoria Federal y Plurinacional No es libertad, es odio. Fue lesbicidio”. Y agregó: “El asesino de Pamela y Mercedes no eligió cualquier otra persona y cualquier otra habitación del hotel. Eligió a cuatro lesbianas para matarlas”.
Consultada por Somos Télam, señaló que en apenas dos días ya son más de 600 lesbianas de todo el país conectadas a través de un grupo de Whatsapp con el propósito de implementar en los próximos días diversas acciones. “Habrá acompañamiento legal porque hasta ahora no se dejó intervenir (en el caso) a la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (Ufem); queremos que los asesinatos sean reconocidos como lesbicidios; haremos una actividad financiera en apoyo a las compañeras (NdR: Andrea, quien pelea por su vida, y Sofía, quien evoluciona favorablemente); e impulsaremos que este caso gane visibilidad en el Ni Una Menos del próximo 3 de junio”.
En el inicio del acto participó la diputada Mónica Macha (Unión por la Patria), quien presentó un proyecto de repudio al ataque ante la Cámara de Diputados, una acción que tuvo réplica por parte de ese frente político en la Legislatura porteña.
Un poema
Romántica desviada / Una casa en llamas
En otro pasaje del acto, Lua, una de las cientos de jóvenes presentes, leyó un poema que escribió al impulso de la “masacre” de Barracas:
Una boca que escupe fuego / Y llueven cenizas sobre mis senos
No combato fuego con fuego / Lo llevo en mis manos
Y encarno en mis letras / Para sostener cuerpes rechazades
Que sueñan compartir colchón / Habitar paredes
Y abrazar con ternura / Sus cuerpos desnudes disidentes
Nos separamos porque no sabíamos dónde ir / Porque el amor no rompe barreras
Las lágrimas no apagan incendios / Y el silencio no protege
Si estallan bombas adentro y afuera / La apreté fuerte contra mi pecho
“Esta es tu casa”, le quise decir / Pero nadie quiere vivir
En una casa sin techo / Que le tengan miedo
Al romance desviado organizado / Somos nosotros quienes sabemos reexistir sin paredes
Mientras el mundo arde / Le escribo canciones de amor a una mujer
Y esa es mi revolución.