Este jueves por la tarde, en el marco del mes de la memoria, el Club Atlético Temperley llevó a cabo una jornada especial de reflexión y homenaje a Graciela Moreno, socia e hincha del Gasolero, víctima del terrorismo de Estado. El evento incluyó la proyección del documental Norita y la intervención de tres butacas en la platea del estadio con los rostros de Graciela Moreno, Pablo Musso y Federico Zitterkopf, socia e hinchas desaparecidos durante la dictadura. La actividad tuvo lugar en el club, ubicado en Avenida 9 de Julio 360, Temperley.

Durante el acto, los familiares de los homenajeados recibieron un reconocimiento especial. En el caso de Graciela Moreno, su hijo Esteban Soler fue quien recibió un carnet de socia honoraria en nombre de su madre, como parte del reconocimiento a su memoria.

El recuerdo de Graciela Moreno

Soler recordó a su madre como una mujer profundamente comprometida con su comunidad y con la militancia política. «Ella siempre iba a socorrer y a hablar con quien lo necesitara. Tenía un gran compromiso con su comunidad», expresó su hermana. Graciela y su compañero, Juan Marcelo Soler, fueron secuestrados el 29 de abril de 1977 en un operativo militar. Juan Marcelo, quien había sido sacerdote antes de ser expulsado de la Iglesia por sus ideales, militó en el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y en la organización Montoneros. «Mi mamá y mi papá dedicaron su vida a la militancia, a la construcción de un país más justo», señaló Esteban, remarcando el profundo vínculo que ambos tenían con la lucha por la justicia social.

Homenaje a Graciela Moreno en el club Temperley
Foto: Tatiana Chañis

Marcelo Guazzardi, representante del área de Derechos Humanos del club, destacó la importancia de incorporar la memoria de los socios desaparecidos al colectivo del club. «Cada socio e hincha que vayamos incorporando a la memoria colectiva del club será parte de un reconocimiento permanente. La idea es que estas butacas queden vinculadas a la memoria de los compañeros», explicó. También comentó que lo primero que hicieron fue encontrar a Graciela Moreno en el libro de actas del club, lo que les permitió dar comienzo a esta iniciativa. «Ahora, con el tiempo, queremos que la memoria de todos ellos quede impresa en las tribunas del club, en un lugar que representa tanto para los socios», agregó, resaltando que la memoria de los desaparecidos también debe estar presente en los espacios de la vida cotidiana.

La actividad representó un paso importante en el trabajo continuo del Departamento de Derechos Humanos del club, creado en 2018. Guazzardi añadió que este homenaje se inscribe en una serie de acciones emprendidas por el club para mantener viva la memoria histórica. «Con este homenaje, esperamos seguir incorporando a todos aquellos socios que lucharon y resistieron en ese entonces. Hoy, los clubes son parte activa de la sociedad y es necesario que sigan siendo un espacio para recordar y reivindicar a aquellos que fueron víctimas del terrorismo de Estado», comentó. Este tipo de actos, según Guazzardi, no solo visibilizan la memoria histórica, sino que también cumplen una función pedagógica, ayudando a que las nuevas generaciones comprendan lo sucedido durante la dictadura.

Tras el homenaje, se proyectó el documental Norita, dirigido por Jayson McNamara y Andrea Tortonese, que narra la vida y la lucha de Nora Cortiñas, una de las figuras más emblemáticas de los derechos humanos. Guazzardi recordó la visita de Nora Cortiñas al club en 2024, que dejó una huella imborrable entre los presentes: «Pasó un año desde que vino y quienes estuvimos ahí seguimos procesando la magnitud de su presencia. Fue un hito para Temperley. Esta actividad no solo celebra a quienes perdimos, sino que también nos conecta con una lucha que sigue viva en la memoria colectiva», concluyó.

Fútbol y memoria: Graciela Moreno, presente en las tribunas del Gasolero
Foto: Tatiana Chañis

Desde 2018, el Club Temperley ha llevado adelante diversas actividades en memoria de los socios desaparecidos, incluyendo la entrega de camisetas a sus familiares, la plantación del Árbol de la Memoria y la instalación de un mosaico conmemorativo. En un contexto de avance del negacionismo por parte del gobierno nacional, Esteban Soler subrayó la importancia de mantener estos espacios vivos. «Hechos como este, en clubes de fútbol, tienen una llegada inmensa. Son fundamentales para que la sociedad comprenda la historia y las políticas actuales. Estos actos no solo mantienen viva la memoria, sino que también son fundamentales para no permitir que el pasado se olvide y se distorsione», afirmó, resaltando el impacto que estas actividades tienen en la sensibilización colectiva.

Finalmente, Esteban Soler, quien también trabaja como director de documentación del archivo provincial de memoria, expresó una reflexión sobre el significado de los actos de memoria en la actualidad: «Estos actos nos permiten reflexionar sobre lo que hemos vivido y lo que aún estamos viviendo. Recordar a quienes perdimos no es solo un acto de justicia, sino también una forma de seguir luchando por los derechos humanos, especialmente en un contexto en el que muchos quieren negar lo sucedido».