El Equipo de Sacerdotes de Villas y Barrios Populares de CABA y GBA anunció que, a partir del próximo miércoles 19 de junio, comenzará a llevar a cabo misas en varios puntos del país como desagravio a las mujeres que trabajan en los comedores y merenderos populares, con una celebración central a partir de las 11 en el Santuario de Caacupé, en La Matanza, que será presidida por el obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea.

“Pedimos recapacitación: a la gente del Gobierno, a los políticos, a los formadores de opinión, a los empresarios, a todos. Jamás imaginamos que tendríamos que seguir discutiendo sobre el reparto de comida. Es escandaloso. Nos duele mucho. ¡No es posible morirse de hambre en la tierra bendita del pan!”, expresaron en un comunicado que titularon “¡¡¡Con la comida no!!!”.

En este contexto, los sacerdotes católicos pusieron el foco en los ataques y estigmatizaciones que vienen padeciendo, especialmente en esta etapa y bajo esta nueva administración nacional, las mujeres que trabajan en los comedores. “En estos tiempos de crisis y confusiones, nos duele que a muchas de estas doñas se las haya acusado de robar o vender los alimentos. Son ellas las que sufren el dolor de ver que no alcanza la comida de la olla. Varias veces repiten el milagro de la multiplicación de los panes. Son las que dan la cara cuando el Gobierno no entrega los alimentos”, recordaron.

“¿Qué nos pasó que pasamos de ensalzarlas en la Pandemia a humillarlas ahora? ¿Cambiaron ellas o cambiamos nosotros? ¿Nos hemos transformado en una sociedad que condena a tantas madres que dan vida?”, preguntaron, en un cuestionamiento que interpela a todo el vasto sector de la sociedad que intenta demoler, desprestigiar y ensuciar la ayuda social a los sectores más desprotegidos.

En el comunicado, los sacerdotes citaron a Jesús en dos momentos bíblicos precisos: en la “multiplicación de los panes y los peces”, según el Evangelio de San Lucas, y en el “juicio a las naciones” (Juicio Final), según San Mateo. Con afecto, señalaron: “Celebrando el Día de la Bandera, a los curas de barrios populares y villas nos vuelve al corazón lo que habíamos sentido cuando Jesús dijo a sus discípulos ‘denles ustedes de comer’. Todas las mañanas, cuando todavía está oscuro, se encienden luces tenues en nuestros comedores. Son las Madres de nuestra Patria que responden también a quien les dijo ´tuve hambre y me diste de comer».

“Por eso, elegimos como abanderadas a tantas mujeres de nuestros barrios. Las hemos aplaudido y homenajeado en la Pandemia. Muchas de ellas son madres de sus hijos y de los del pasillo. Sus manos cuidan el pan de cada día. Hoy nos sentimos en deuda con ellas”, reconocieron.

Para los que no dan de comer

¿Y qué pasa con quienes retienen alimentos destinados a los sectores más vulnerables? Los curas tampoco esquivaron este tema y lo vuelvieron a poner en agenda: “Así como la Bandera Argentina flamea en todos los rincones de la Patria, queremos que a ningún hermano le falte el pan. Es tarea de todos, empezando por el Estado y siguiendo por todos, cada uno desde donde le toca. Que nunca más haya que reclamar comida. Trabados en pelear por los alimentos, no podemos avanzar en proyectos de verdadera inclusión. La cuestión va mucho más allá del galpón de alimentos”.

“En un país con un 55% de pobreza y 18% de indigencia, no podemos pensar que el problema de la comida es psicológico o ideológico. No se combate con relatos y redes. Los problemas de asistencia alimentaria tienen que acompañar la realidad que estamos viviendo y actualizarse con la inflación”, reclamaron.

“Nos gustaría pensar que esto es ineptitud y que se quiera mejorar. Que la Virgen Madre nos cubra con su manto para que nadie quede afuera” pidieron.

Además de la misa central en La Matanza, están previstas celebraciones eucarísticas con el mismo sentido la Parroquia Nuestra Señora de Lourdes en La Banda, Santiago del Estero, con el Padre José María “Pepe” Di Paola, en la Capilla Monseñor Angelelli y Compañeros Mártires en Córdoba, con el “Vicario de los Pobres”, el Padre Pablo Viola,en la Parroquia Santa Rita de Mar del Plata junto a monseñor Ernesto Giobando, en la comunidad Ava Guaraní de la Misión San Francisco en Pichanal, Salta, entre otros puntos del país.