No se acalla la crisis diplomática que estaba latente y que estalló a partir de la inapropiada afirmación de un ministro del gobierno español, Óscar Puente Santiago, respecto del presidente argentino, Javier Milei, y la ardiente respuesta del gobierno argentino, que aún desde el rechazo intentó apaciguar el presidente Pedro Sánchez.
Juan Carlos Monedero es, siempre, un agudo analista de la realidad de su país, y también de la Argentina. Un recurrente y necesario habitante de los espacios de Tiempo Argentino. También en esta oportunidad, en una charla telefónica desde Madrid, tan breve como muy esclarecedora. En cada frase. “Milei es un gran ignorante de la política internacional, que ha llegado a la presidenta del Gobierno a través de las televisiones y el deterioro que ha producido el neoliberalismo en Argentina. Deterioro que ha afectado también al gobierno de Alberto Fernández. Pero una vez que es presidente, Milei no tiene el criterio para saber cuáles son los protocolos internacionales y que en un periodo de tiempo muy breve va a colocar al gobierno argentino enfrente de una buena parte de gobiernos que históricamente son aliados de Argentina.
-No se justifica el agravio del ministro español pero la respuesta podría haber provocado una serie crisis diplomática.
-Esto no es un problema entre el pueblo argentino y el pueblo español, pero es evidente que la salida de tono de Milei excede la salida de tono del ministro del gobierno (Óscar Puente) que, es necesario aclarar, se trata de un personaje también conocido por su ligereza en las redes sociales. Pero la respuesta de un estadista tiene que ser reclamar al ministro una disculpa pero no puede ser asumir los argumentos de la extrema derecha española contra el Gobierno de España. Entre ellos, que es el más grave, la ilegitimidad del gobierno. Porque si Milei, en consonancia con la extrema derecha española asume que el gobierno de España es ilegítimo no le deja otra al gobierno de España que romper relaciones con la Argentina. Y es algo que no ha ocurrido ni siquiera bajo dictaduras: lo va a conseguir un presidente que no está a la altura de la etiqueta que exige ser presidente de un país.
-Se sube al exabrupto para ponerse más a tiro aún con el accionar de la ultraderecha española.
-Por supuesto. Hay un ministro de España que hace un comentario inconvenientemente sincero. No lo exonera, pero es verdad que las habituales intervenciones de Milei vienen siendo muy sorprendentes en Europa, más bien que parecen propios de alguien enajenado. Bien sea cuando recibe con grititos a Donald Trump, bien cuando dice que habla con su perro o bien cuando toma decisiones que rompe la paz social en Argentina. Es verdad que forma parte ya de un discurso que se está generalizando en Europa acerca de si Milei está bien en cuanto a su salud mental. Pero un ministro de España no tiene por qué decir esas cosas. Pero ya expresadas por más que sean desafortunadas las declaraciones del ministro, lo que le corresponde a la Cancillería es exigir una disculpa, pero lo que no puedes hacer es dar un salto, una pirueta con tirabuzón y disparar contra el gobierno de España en un momento en donde la derecha y la extrema derecha está intentando tumbar a la administración de Pedro Sánchez.
-Una intromisión en los asuntos internos.
-Tal cual. Se convierte en una agresión de un país extranjero en un asunto interno de España. Que Milei se convierta en un engranaje de la extrema derecha española para intentar tumbar al gobierno de Sánchez genera un problema diplomático evidente y que está a la altura de sus tropiezos con países hermanos como Brasil, como Colombia, como México. Y que hacen intuir el gobierno de Milei es un gobierno que no está a la altura de las exigencias ni de la política argentina ni de la política latinoamericana ni de la política internacional.