“Minha Casa, Minha Vida” es un programa habitacional lanzado en 2009 por el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva ante el grave déficit habitacional de Brasil. Con su implementación, se había logrado la construcción de 6,5 millones de viviendas así como la estimulación de la economía a través de la construcción. Sin embargo, fue drásticamente suspendido en 2020 durante la gestión de gobierno del expresidente Jair Bolsonaro. Con el regreso de Lula al poder, el programa volvió a reactivarse y desde 2023 no para de crecer: ya se construyeron un millón de viviendas más y se autorizó la construcción de otro millón. Según expresó el presidente brasilero en el relanzamiento, la meta es contratar dos millones de nuevos emprendimientos habitacionales antes del 2026.
La iniciativa de vanguardia en la región, y un modelo frente a la crisis habitacional del siglo XXI, se presentó en nuestras tierras días atrás, en el mismo momento en que el Gobierno de la Argentina dispuso la disolución de la Secretaría de Vivienda y Hábitat.
Pamela Costa de Oliveira, coordinadora General de Adquisiciones y Producción Financiada de la Secretaría Nacional de Vivienda de Brasil, fue la funcionaria que llegó a la Ciudad de Buenos Aires y disertó sobre la implementación del programa en la Legislatura de la Ciudad, en el marco del encuentro internacional “Ciudades y sociedades sostenibles”, organizado por la Cooperación Andina de Fomento Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) y la Organización de Naciones Unidas (ONU)- Hábitat.
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En conversación con Tiempo, Costa de Oliveira contó que el programa se diseñó para facilitar el acceso a la vivienda mediante subsidios, financiamiento a bajo interés y garantías del Estado. A tal fin, se establecieron diversas modalidades para atender distintos segmentos de la población, de modo que, cuanto menor era el ingreso, mayor era el apoyo financiero recibido.
Subsidios y financiamiento
La funcionaria destacó la existencia de dos líneas: una subsidiada, destinada a la población más vulnerable y una financiada, a la que pueden acceder las clases medias con un crédito conveniente. Podría trazarse un paralelismo con el extinto Procrear de Argentina, eliminado de forma reciente por el Gobierno Nacional. En este caso, las familias aportan un 15% de su ingreso por el término de 5 años. Para acceder no deben ser propietarios de inmuebles ni haber obtenido, de forma previa, otro crédito con destino a vivienda.
“Se decide retomar a esta política para avanzar e identificar las oportunidades de otorgamiento de viviendas que no fueron aprovechadas. Por eso se promovió una nueva línea, más allá de la subsidiada”, contó la funcionaria. La planificación de los créditos otorgados y su implementación permiten asegurar que los beneficiarios en ambas líneas podrán escriturar la propiedad en el término de 5 años desde la toma de posesión de la vivienda.
La inversión del ultimo año en la línea subsidiada -cuenta la funcionaria- fue de más de R$ 20 billones y en la línea financiada, R$ 240 billones. Aunque el Congreso de Brasil no aprobó todavía el presupuesto para el año en curso, estiman destinar R$ 500 billones más a la primera línea y otros R$ 50 billones, a la segunda.
Desde los márgenes
¿Dónde se construyen estos nuevos barrios de Brasil? Costa de Oliveira contó que se trata de tierras pertenecientes al Estado o que se adquieren con este fin en toda la república, pero que el desafío fue encontrar la disponibilidad cerca de las ciudades donde las personas trabajan y estudian: “En una primera fase los barrios estaban al margen de la ciudad y tuvimos que asegurar la urbanización y accesibilidad para las personas”.
La construcción de los barrios inició, entonces, un proceso de selección de contratos con empresas privadas y organismos públicos para integrar los barrios nuevos a la ciudad. “Los lugares que se eligieron en primer lugar fueron los más cercanos o más integrados a las ciudades, pero son los que menos extensión tienen. Por eso después se extendió a zonas más alejadas pero más grandes”, indicó. Cuando se entrega una unidad –cuenta la funcionaria- un equipo de trabajadores sociales realiza un acompañamiento de 6 meses para que la transición sea exitosa y colaborar a que los nuevos vecinos se habitúan a la convivencia.
Según detalló la funcionaria, la articulación con los gobiernos locales resulta de suma importancia al momento de construir y proyectar los complejos habitacionales ya que son ellos quienes conocen mejor la realidad de cada territorio. Como parte de la urbanización (alumbrado, cordones cuneta, asfaltado), el proceso de ocupación zonal también se consolidó con la inauguración de comercios, hospitales, escuelas, ingreso del transporte público. “Con las viviendas nuevas todo crece”, aseveró. Cabe mencionar que muchas de las obras finalizadas en este último año habían sido abandonadas y dejadas inconclusas por la gestión de Bolsonaro.
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Alquiler social
Según publicó el Gobierno de Brasil en su web oficial, una de las principales novedades del programa es el retorno del Rango 1 dirigido para familias con renta mensual bruta de hasta R$ 2.640 (anteriormente, la renta exigida era de R$ 1.800). “En los últimos cuatro años, la población con este rango de renta fue excluida del programa. Ahora, la idea es que hasta el 50% de las unidades financiadas y subsidiadas sean destinadas a este público. Históricamente, el subsidio ofrecido a familias de este rango de renta varía del 85% al 95%”, aseveró el comunicado oficial. Que el plan no sea solo para clases bajas, sino también medias.
Asimismo, se produjo la ampliación del programa y se incluyó el alquiler social, es decir, la posibilidad de adquisición de vivienda urbana usada y la inclusión de familias en mendicidad en el programa. Los nuevos emprendimientos habitacionales estarán más cercanos a comercios, servicios y equipos públicos, y con mejor infraestructura en el entorno.
“Minha Casa, Minha Vida” en números
En 2024, el programa Minha Casa, Minha Vida registró 698.582 financiaciones de viviendas. Se trata del mayor número de financiaciones en 11 años.
- Contratación por región:
Noreste: 309.855 contrataciones, Sur: 219.516 contrataciones, Centro-Oeste: 134.983 contrataciones, Norte: 55.663 contrataciones.
- Contrataciones por estado:
São Paulo: 367 mil contrataciones, Minas Gerais: 115 mil contrataciones, Paraná: 93.143 contrataciones, Rio Grande do Sul: 84.483 contrataciones, Goiás: 82.833 contrataciones.
- Contratación por municipio:
São Paulo: 119,9 mil contrataciones; Río de Janeiro: 24 mil contrataciones; João Pessoa (PB): 20,4 mil contrataciones.