Por al menos cinco cuadras se extendían en la noche de este domingo las filas de mujeres que, en grupos, esperaban vestidas de negro y con velas en sus manos para «abrazar» al Palacio de La Moneda en Santiago de Chile, en la vigilia para recordar a «las mujeres de la resistencia» como parte de las conmemoraciones por los 50 años del golpe militar, que se cumplen mañana.
La movilización alrededor del palacio de gobierno fue convocada principalmente a través de redes sociales por organizaciones de la sociedad civil y derechos humanos, con la consigna «La democracia bombardeada Nunca +».
«Es un evento organizado por mujeres y para mujeres para reconocer que fueron ellas las que movieron las ollas comunes durante la dictadura, por las mujeres de la resistencia», expresó Victoria Muñoz, de 34 años, profesora de enseñanza media, quien también destacó la participación del Gobierno en la organización del evento.
«Da señales porque autorizó y avaló esto», dijo a Télam.
Las filas de mujeres se extendían sobre las veredas de la avenida Libertador O’Higgins como si fueran brazos que se abren desde la sede del Ejecutivo. En el lateral Este, la calle Morandé era el nodo del que partían las filas hacia un lado y otro, para luego converger en una sola hilera que luego abrazaría al Palacio.
La sede de Gobierno fue bombardeada el 11 de septiembre de 1973 en el golpe contra el gobierno de Salvador Allende y hoy, como gesto del presidente Gabriel Boric, recibió a las mujeres con velas en el frente, como la mayor parte de las asistentes.
Todas, casi sin excepción, vestían totalmente de negro.
La sede de Gobierno fue bombardeada el 11 de septiembre de 1973 en el golpe contra el gobierno de Salvador Allende y hoy, como gesto del presidente Gabriel Boric, recibió a las mujeres con velas en el frente, como la mayor parte de las asistentes.
A dos cuadras de La Moneda, en el edificio de la Universidad de Chile, y frente a las filas de mujeres, se proyectó la consigna «¿Qué entiende ud. por dictadura?».
A las 20.30 llegó la orden de prender las velas y un canto suave de «Nunca más» recorrió los grupos.
Al inicio hubo cantos como «justicia, verdad, no a la impunidad», pero cuando comenzaron a avanzar, lo hicieron mayormente en silencio o hablando entre ellas.
Pilar y Pilar son cuñadas, ambas de 40 años, y afirmaron la importancia de recordar a las mujeres porque fueron las que «hicieron las ollas comunes, ellas fueron la resistencia, visitaban a los presos, eran una organización paralela para la resistencia».
«Esta es una forma de decir nunca más impunidad y para que sepamos dónde están los desaparecidos», dijo Nereida Acuña mientras esperaba en la fila. La mujer de 63 años comentó que tuvo compañeros, como Rodrigo Rojas Denegri y Carmen Quintana, que fueron «quemados» por la dictadura. «Solo ella sobrevivió y quedó con el cuerpo quemado», agregó.
A su lado estaba Penny Cofré, de 38 años, quien aseguró que a «la derecha no le queda otra que oponerse (a estas expresiones) porque siembra terror y ellos se apropian del miedo».
Algunas de las mujeres llevaban una tira blanca de papel con la palabra «Nunca» en color negro y el símbolo más en rojo pegado en el pecho, la misma consigna con la que las organizadoras del evento llamaron las semanas previas a sacarse una foto para compartirlas en redes sociales.
Irene Garrido, de 88 años, asistió en silla de ruedas ayudada por su hija Perla Ramos, de 59, y contó a esta agencia que desde que uno de sus hijos estuvo preso y fue torturado por la dictadura y a ella y su marido los «exoneraron» -despidieron de sus trabajos por motivos políticos- «cayó una bomba en la familia».
«Hubo un quiebre porque el dolor quedó instalado y algunos de mis seis hijos tuvieron que irse y ya no van a volver», aseguró.
Su hija destacó que «como ahora hay un gobierno de izquierda, podemos manifestarnos en paz».