El presidente de AMIA, Amos Linetzky, le pidió al Gobierno Nacional que la causa por el atentado se convierta en una cuestión de Estado, a la vez que reclamó por la falta de un juez en un hecho «emblemático de la historia judicial» y pidió por la liberación de los secuestrados en Israel por la organización terrorista Hamás.
Si bien estuvo presente el presidente de la Nación, Javier Milei, acompañado por parte de su gabinete, como la vicepresidenta Victoria Villarruel, los ministros de Defensa y Justicia Luis Petri y Mariano Cúneo Libarona, respectivamente, y el diputado nacional por La Libertad Avanza (LLA) José Luis Espert, no hubo ningún discurso oficial desde el Gobierno ni tampoco fueron nombrados ninguno de sus integrantes.
Durante su discurso, Linetzky recalcó que es un «bochorno» que todavía no haya un juez designado, debido a que se cumplen «30 años» de «tantas preguntas sin respuestas» y que «la verdad» de lo sucedido «está en la causa» desde que se estableció que la responsabilidad del atentado «es de Hezbolá y de Irán».
Por otra parte, resaltó la decisión de la Argentina de declarar como «organización terrorista» a Hamás y pidió al Congreso de la Nación que «avance» con la Ley de Juicio en Ausencia para poder juzgar a los responsables del atentado.
Al cierre del discurso, apuntó contra el Estado Argentino que «lleva 30 años mirando para otro lado» y «sin que el Poder Legislativo actualice la legislación». «¿Cuántas décadas más tienen que pasar para que hagan su trabajo?», cuestionó.
«Parece mentira que hayan pasado 30 años desde aquella fría mañana del 18 de julio de 1994. 30 años sin una sola persona respondiendo por este ataque. 30 años en los que el Estado está colmado de falencias, demoras y errores, tal como fuera remarcado, hace poco, por la Corte Interamericana de Derechos Humanos», concluyó.
Las voces de los familiares de víctimas del atentado a la AMIA
Previo a los discursos, unos pocos familiares se manifestaron en contra del gobierno de Milei al grito de: «Basta de impunidad, no nos callamos más».
«Que se vayan. Estamos todos afuera y ellos sacándose fotos, es una falta de respeto. Que se corran los que no son familiares directos», vociferaron los presentes.
Durante el discurso, se vio a familiares y amigos con fotos de las víctimas en alto, mientras que se leían cartas para recordarlos y repudiar este «cruel atentado», que dejó un saldo de 85 muertos, centenares de heridos y que continúa sin ninguna condena para los responsables.
Sofía Guterman, la mamá de Andrea, una de las víctimas, expresó «el dolor» que implica para ella un aniversario más y señaló que «da tristeza de leer el nombre de su hija al lado de otros 84».
Otro de los testimonios fue el de Javier Mercovich, hermano de Ileana, quien recordó que ella había ido a buscar empleo a la bolsa de trabajo de la AMIA y se había quedado a dormir en la casa de su novio Pablo.
«Cuánto dolor. Cuánta destrucción. Cuánta maldad. Cuánta muerte. Las sensaciones, los olores que te perforaban el cerebro. Lo que vimos y vivimos se convirtieron en pesadillas que me persiguieron durante muchos años», finalizó.