En pocas horas, el presidente Javier Milei subirá por primera vez al palco principal de la pista a cielo abierto del predio que la Sociedad Rural ocupa en Palermo desde 1991. Todavía con jetlag por su viaje relámpago a Francia, el mandatario se enfrentará al paqueto público que lo escuchará atento en el acto de “inauguración” de la feria. El líder de los libertarios estará escoltado por Victoria Villarruel, su inseparable hermana Karina y gran parte del gabinete. Dispuestos a disimular las internas que afloraron en las últimas semanas, los funcionarios dispondrán sus palmas para oficiar de aplaudidores a un discurso sin anuncios.

La decisión generó resquemor en las altas esferas agroexportadoras. Desde hace meses, los principales líderes del empresariado campestre reclaman sin éxito una devaluación de la moneda nacional para recomponer la brecha que existe entre el dólar oficial y el blue, que impacta en las ganancias de los productores. Para algunos, que abrazaron como propio el plan motosierra, la ausencia de novedades durante el primer discurso ante los dueños de la tierra es desacertada y califican esta decisión como un “destrato” hacia quienes apoyaron -incluso económicamente- la campaña libertaria.

Así se lo hizo saber la propia Mesa de Enlace al ministro de Economía, Luis Caputo, en el encuentro que mantuvieron esta semana en La Rural. Abrazados a su histórico reclamo para eliminar las retenciones, los principales líderes del sector redoblaron la apuesta y pidieron al rockstar políticas concretas para el sector en el corto tiempo. Las entidades intentaron negociar la baja de impuestos a los combustibles, que representan un 47% del valor final del producto, y exención impositiva para los seis meses que restan del año. La avanzada en masa de los empresarios no conmovió al ministro.

Foto: Luis Robayo / AFP

El exmacrista no sólo negó un posible salto cambiario y pateó la eliminación de las alícuotas exportadoras para 2026, también pidió a los pesos pesados de la agroganadería que le “tengan paciencia” al gobierno. Como devolución, Caputo prometió al campo recibir su propio RIGI -con incentivos para la inversión destinada exclusivamente a esta rama de la economía- y un artículo especial en la todavía no escrita Ley Pyme. Además, el economista garantizó mayor competitividad en el sector en los próximos años gracias a la baja de impuestos que pondrán en marcha una vez que se concrete el saneamiento de la balanza comercial.

La premisa del Ejecutivo de alcanzar el equilibrio de las cuentas públicas mediante recortes en las partidas estatales es bien recibida desde el campo aristocrático. Sin embargo, la adopción de medidas de shock que permiten acolchonar las reservas de un Banco Central emparchado también impactan de lleno al sector que empieza a experimentar las consecuencias del “no hay plata.” 

“Valoramos la desregulación de la economía, pero nos tienen que dar algo más. A esta gente le falta picardía, no nos hicieron ni un guiño desde que llegaron”, se sinceró un importante empresario del sector ante Tiempo. Para la misma fuente, que el Presupuesto 2025 no incluya al impuesto PAÍS, tributo que dispone un gravamen a la compra de divisas oficiales, importaciones y exportaciones, es una buena señal. Sin embargo, el empresario advierte que el sector requiere de un incentivo más concreto para garantizar el apoyo ciego que pretenden desde el oficialismo.

“Nos niegan una devaluación con el discurso de que todos los números de la economía van a tender a 2% pero desde el campo lo único que vemos es cómo repunta la inflación y los precios de los insumos se nos van a las nubes”, sostuvo ante este medio uno de los participantes de la cumbre que se llevó adelante este martes en La Rural.

Foto: Obregón Eliana / Télam

El enojo de los empresarios del sector queda expuesto en los índices de la cosecha del primer semestre. Según el último informe de la Cámara de la Industria Aceitera (CIARA) y del Centro de Exportadores de Cereales (CEC), el volumen total de soja sin vender es de 34,954 millones de toneladas, el equivalente al 73% de la producción total. El índice es más que llamativo para la época del año, en la que la denominada cosecha gruesa dispone un ingreso contundente de dólares al Banco Central. En la misma fecha de 2023, año atravesado por la peor sequía de las últimas décadas, la masa de liquidación de granos se posicionó en 57%, en 2022 en 56%, 2021 en 51 % y 2020 en 48 por ciento.

Dentro del gobierno acordaron restarle importancia a la estudiada presión que imprimen desde el campo. “Si hubieran liquidado cuando les dijimos, no estarían llorando para que les pongamos el dólar al precio que ellos prefieren. El gobierno no va a devaluar para que Paolo Rocca se haga más rico”, lanzó sin rodeos un funcionario de trato diario con el presidente.

La disputa entre el campo y el gobierno nacional no es nueva. Un importante empresario del sector reconoce que son pocas las ocasiones en las que las expectativas de los productores están 100% alineadas con la política del partido de turno y que el tironeo por la maximización de las ganancias de los productores y los equilibrios en las cuentas fiscales de los estados es una constante hereditaria en todas las gestiones.

Sin embargo, la administración del primer presidente liberal libertario de la historia de la humanidad muestra particularidades a las que el empresariado nacional no logra acostumbrarse. “Tienen una visión muy financiera”, sostuvo un miembro de la Mesa de Enlace ante este medio, quien augura que, a pesar de las inconsistencias, el vínculo entre el gobierno y el campo no se romperá. “Nosotros no les vamos a soltar la mano, pero el Banco Central va a tener que aprender a convivir con la tensión y sobrevivir sin reservas”, redobló el empresario.

El todavía pasible descontento del campo es leído con particular atención por Mauricio Macri. Esta semana, el expresidente recorrió el predio de Palermo junto al expresidente de la SRA, Luis Miguel Etchevehere, y más tarde mantuvo un encuentro privado con Pino, quien le hizo saber de primera mano la situación que atraviesa el sector acéfalo de políticas proteccionistas.

El calabrés juega fuerte. Desde terreno afín, el titular de la Fundación FIFA no sólo aclaró que no forma parte del gobierno, sino que se atrevió a utilizar la muletilla libertaria en favor de los popes ganaderos. “¡Viva el campo, carajo!”, gritó efusivo el mandatario ante los aplausos espontáneos de sus viejos aliados, que no disimulan la preferencia de Macri por sobre Milei.

Foto: Gentileza Rico Pez

Aunque en el Congreso sus laderos mantienen firme el alineamiento con LLA, la distancia del presidente del PRO con el gobierno se extiende desde hace meses por disidencias en las formas de gestión y la negativa del Triángulo de Hierro -integrado por los Milei y Santiago Caputo- de permitir el desembarco de la tropa macrista a la gestión. Decidido a dar batalla, el expresidente le marcará la cancha al oficialismo este jueves, en el acto de relanzamiento del partido que fundó en 2003 en la Ciudad de Buenos Aires. Desde el kilómetro cero y rodeado de gobernadores e intendentes, Macri dará el primer golpe.

Lejos de firmar la paz, en Casa Rosada no dudan en subirse al ring. “No lo entendemos mucho a Mauricio, desde que lo dejamos afuera (del balotaje) parece que no encuentra el rumbo”, chicaneó un altísimo funcionario con entrada directa al despacho presidencial. El sentimiento de desconfianza se replica en las oficinas más importantes de la gestión libertaria. Para muchos el expresidente no sólo está trabajando para concretar su segundo tiempo, también es quien está detrás del empoderamiento de Victoria Villarruel.