Javier Milei perdió la iniciativa política. La idea de que una puesta en escena en el Congreso, a propósito de la presentación del Presupuesto 2025, ayudará a recuperarla puede ser una total ilusión. Al menos, eso se puede conjeturar para el caso de que el presidente apele a las viejas herramientas que, a la luz del cuadro actual social, económico y político actual, pueden ser disfuncionales.

Se espera que esta noche el presidente vuelva con la catarata de cifras y datos asociados, que esta vez se diluirán con la primera pausa que haga el mandatario para respirar entre párrafo y párrafo del discurso que leerá. Desde el lejano 10 de diciembre de 2023, cuando asumió la Presidencia, a esta parte, la eficiencia discursiva de Milei ha ido en descenso al compás de una cada vez mayor disconformidad con la crisis económica y social, que es consecuencia de sus decisiones de gobierno.

En la mesa chica de Milei, la que inauguró tras la paliza legislativa que recibió en la tercera semana de agosto, hay conciencia de que esta degradación de uno de los principales activos del presidente, por lo que hicieron circular en las últimas horas la versión de que esta noche podría haber una “sorpresa”, concretamente, un anuncio de que el gobierno incrementará el valor del bono que acompaña el pago de los haberes de los jubilados que cobran la mínima y un poco más.

Es notable que en una puesta en escena para hablar del Presupuesto 2025 se quiera usar de gancho un asunto extra presupuestario, como es el bono de los jubilados, que depende de la discrecionalidad del Ejecutivo y no de una partida discutida y votada por el Congreso nacional.

Un efecto colateral de la puesta en escena será el opacamiento del ministro de Economía, Luis Caputo. No queda claro si después de la presentación de esta noche, la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara baja, que preside José Luis Espert, convocará al ministro para que explique los lineamientos del proyecto de ley. De hacerlo, Caputo podría incurrir en contradicciones con el discurso de Milei. Si la comisión no lo convoca, Caputo perderá el protagonismo que le corresponde como ministro. Consultado el Palacio de Hacienda para esta nota, prefirieron no hacer declaraciones.

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Palabras, palabras

De todos modos, la parafernalia de palabras estará al servicio de un objetivo central, el ajuste de las cuentas públicas, afectadas ahora por un efecto de pinzas: de un lado, los menores ingresos por la finalización del impuesto PAIS; del otro, el cada vez mayor peso de los intereses de la deuda pública en el total de los gastos.

El déficit 0 de Milei incluye el pago de los intereses de una parte de la deuda en pesos, al tiempo que la otra parte de los intereses se capitaliza y por lo tanto genera mayores intereses que, aunque no se paguen en el período 2025, suman al peso general de los pasivos sobre el presupuesto.

Pero con lo que sí recae en el presupuesto del año que viene ya hay bastante. Esto porque el ajuste del primer semestre de 2024 fue equivalente al 5,6% del PBI al cierre del primer semestre de 2024, incluidos los intereses. Pero la perspectiva es ominosa.

En agosto pasado, el pago de intereses insumió “nada menos que el 14% del total de gastos”, según expresó en un informe el Centro de Economía Política Argentina (CEPA). Hernán Letcher, directo de ese instituto, le dijo a Tiempo que este presupuesto “es una copia de la Ley de Déficit Cero de Fernando de la Rúa, de mediados de 2001”.

El economista agregó que en un escenario donde la economía no repunta, como sucedió en la previa del Argentinazo y la caída de la convertibilidad, y como es de presumir en esta época, y cae la recaudación, las partidas se ajustan a la baja de la recaudación. “Si cae la recaudación, recortás salarios del sector público, recortás jubilaciones, recortás obra pública –hoy ya no queda alguna para recortar–, recortás transferencias a las provincias –hoy queda poco por recortar–. Ese es el mecanismo que propone Milei como solución para la cuestión presupuestaria”, explicó.

Para Orlando Ferreres, uno de los economistas más escuchados por el establishment, hay una certeza y una duda. La certeza es que habrá más recorte presupuestario, la duda es sobre qué sectores recaerá.

“Hay que ver en qué rubros va a haber recorte en el presupuesto. Puede haber recortes en empresas del Estado que son muy deficitarias. Pero el Gobierno no va a recortar más a jubilados, ya han sido muy castigados y no va a recortar por ahí”, especuló en una declaración a la señal de cable E.

Ferreres opinó, además, que es muy probable que Milei haga un anuncio “muy importante”. En la base de este razonamiento hay una consideración muy práctica: “Por eso lo muestran (a la presentación del Presupuesto 2025 por parte de Milei) en horario estelar”.

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Crecimiento, inflación, dólar

Los proyectos de Presupuesto suelen ser muy criticados por la oposición política, que en algunos casos los considera meros “dibujos”. Algo de eso puede suceder con el de 2025 toda vez que el gobierno pretende su aprobación tal como llegará a la Cámara baja y amenaza con no votar el proyecto y manejarse con una prórroga del presupuesto 2024, que es una prórroga del de 2023. Esa alternativa le da más libertad de acción para mover partidas presupuestarias.

Para 2025 la Cepal y el Fondo Monetario esperan un crecimiento de la economía del 3,5%, es decir, no se recuperará toda la caída de 2024. «El gobierno sigue sin poder definir lo motores del crecimiento», advirtió la consultora Vectorial.

Ferreres consideró que el proyecto establecerá una inflación en torno al 30%. Respecto del valor del dólar, dijo que “hay dudas sobre cuál será el valor del dólar en el 2025, puede haber una pequeña devaluación con la unificación cambiaria”, explicó. La existencia del cepo complica las previsiones. Más allá de todas las cifras, el experto advirtió: «El déficit cero puede llevar algún tipo de tensión social».