“Empiezo a tener la sensación de que esto es una lucha sólo de mujeres. Si vamos allí es por un motivo económico, evidentemente. Si no vas, te afecta el no tener esos ingresos, por lo que es difícil crecer y tienes que aguantar el ‘no generás nada’”. La que protesta es la jugadora española Alexia Putellas, reciente campeona del mundo y dos veces ganadora del Balón de Oro. Su denuncia –la posibilidad de que la Supercopa femenina de España se traslade a Arabia Saudita– refleja el malestar ante la estrecha relación entre deporte y Derechos Humanos.
Arabia Saudita y sus dólares son los nuevos dueños del deporte mundial y del fútbol masculino en particular. La FIFA le otorgó al país asiático el Mundial 2034 sin someterlo a votación y las Supercopa de España e Italia se juegan allí por decisión de sus federaciones y a costa del deseo de los hinchas. En este entramado, ahora empieza a emerger también el fútbol femenino.
Con pasado en Racing y UAI Urquiza, Milagros Menéndez es exjugadora de la Selección argentina y goleadora mundialista –convirtió ante Escocia en 2019–, un mote que pocas futbolistas argentinas –tan sólo seis– ostentan. Jugó en clubes de Argentina, España y Brasil. Y en enero de este año se convirtió en la primera argentina en fichar en la liga femenina de Arabia Saudita, que se creó en 2022.
“Quería venir a la liga saudí, lo había hablado con mi representante. La conozco porque, tras mi paso por el Santos de Brasil, muchas jugadoras me dijeron que es una liga en pleno crecimiento”, contó a Tiempo desde Arabia, su nuevo destino.
En la Saudi Women’s Premier League, todas las jugadoras son profesionales y, por contrato, no pueden ejercer otros trabajos. Los salarios son superiores a los de varios clubes de Europa –triplican y hasta cuadruplican el salario mínimo de una futbolista de España, por ejemplo– y cada equipo puede tener hasta cinco extranjeras en su plantel.
La llegada de Menéndez al país asiático no se trata entonces de un hecho aislado. El club Al-Amal SC le pagó a Racing unos 4 mil dólares por su pase, una de las cifras más altas en la historia del mercado de pases argentino. Si bien este número aún está muy lejos del que se maneja en el fútbol masculino, es una muestra del crecimiento del fútbol femenino en Arabia Saudita. Y sin embargo…
«La liga femenina saudí es una muestra más de sportswashing –lavado de imagen a través del deporte–. Es cierto que en este país se potencia el fútbol femenino y, por lo tanto, la inclusión de las mujeres en el deporte, pero siguen teniendo falta de derechos y de libertad de expresión porque son consideradas personas de segunda. Entonces, lo que quieren es convertirse en una potencia mundial deportiva para distraer la atención del historial atroz que tienen en Derechos Humanos», denunció en 2020 Amnistía Internacional.
En 2020, con el aterrizaje de la Supercopa masculina de España a Arabia Saudita, aterrizó también la Saudi Women’s Premier League. Luis Rubiales, entonces presidente de la Federación Española, se defendió de las críticas por la firma del convenio mediante la excusa de la igualdad de género: “Deberían sentirse orgullosos de que se haya creado una liga femenina gracias a la Federación Española. Antes no había ni baños para mujeres en los campos de fútbol saudíes y ahora, gracias a nosotros, entran en igualdad”.
Rubiales, quien fue condenado la semana pasada por el beso no consentido a la jugadora española Jenni Hermoso, omitió cinco cartas de Amnistía Internacional en relación a la situación de los Derechos Humanos en Arabia Saudita desde 2019. En 2024, el país asiático cerró con la cifra récord de 345 ejecuciones.
El rápido avance del fútbol femenino en Arabia Saudita está relacionado con el plan Visión Saudí 2030 del príncipe heredero Mohammed Bin Salman, que apunta a moderar la imagen del país. El informe “Cambio pionero: fútbol femenino en Arabia Saudita”, publicado por la Confederación Asiática de Fútbol, destaca el crecimiento del 773% en la cantidad de niñas de entre seis y 17 años que juegan al fútbol. Sin embargo, en contraposición, un informe de Human Rights Watch aclaró que «no hay evidencia de que estos proyectos hayan promovido las obligaciones del gobierno de cumplir con los derechos de su pueblo». En 2018, Arabia Saudita ocupaba el puesto 145 de 149 en el índice mundial de brecha de género, una cifra que sólo logró ascender hasta el puesto 131 en 2023. Esto refleja la falta de avances significativos en los derechos de las mujeres.
Una argentina en Arabia Saudita
“Obviamente, antes de venir al país, averigüé cómo es la cultura. Sé que es una cultura muy machista, pero es cuestión de respetarla. Con mis compañeras hablo muy seguido sobre estos temas: ven que puedo mostrar mis brazos, me preguntan sobre cómo es la vida en Argentina. Les impresiona”, dijo Menéndez.
Hace cuatro meses, más de 100 jugadoras de 24 países firmaron una carta abierta para denunciar el acuerdo entre FIFA y la petrolera estatal saudí Aramco como nuevo “socio mundial principal” hasta finales de 2027, que incluye su patrocinio en la próxima Copa del Mundo femenina, que será en Brasil.
Previo a la final del Mundial femenino de Australia y Nueva Zelanda, en 2023, Gianni Infantino les hizo un pedido a las futbolistas del mundo. Rodeado de otros varones, les dijo: “Ustedes tienen el poder de cambiar, de convencernos a los hombres de lo que tenemos que hacer y de lo que no. Háganlo. Solo háganlo”. Pero cuando lo hacen y los dólares abundan, los hombres callan. «