El presente de la Argentina ya ahuyenta las grandes giras y/o sorpresas. Pero todavía permite, al menos en este caso, saludables reencuentros. Haciéndose un lugar entre las nuevas tendencias, las imposiciones del algoritmo y el tsunami de bolsillos vacíos regresa a nuestro país el gran guitarrista y compositor de jazz Mike Stern. Stern (71 años) se hizo de un nombre y prestigio tocando con Miles Davis en su regreso a los escenarios –grabó los discos The Man with the Horn (1981), We Want Miles (1982) y Star People (1983)–, pasó por Blood, Sweat & Tears, Yellowjackets, tocó con Jaco Pastorius, Michael Brecker, Billy Cobham, John Abercrombie y David Sanborn, entre muchos otros, y edificó una carrera solista que supera los 15 discos de estudio.
Pero más allá de su portentoso currículum, pergaminos varios y una envidiable cabellera que desafía al paso del tiempo, Stern consiguió lo que muy pocos logran: un sonido inconfundible. Que va más allá de su eterna Telecaster o los módicos pedales que utiliza. Un simple fraseo de Stern funciona casi como un DNI musical. Tiene que ver con sus influencias –el bop, el post bop, el rock y el blues, entre otras–, pero antes que nada con su sensibilidad y musicalidad para procesarlas. Su groove, dinámica y juego de contrastes constituyen su marca registrada, esa que lo reunió con John Scofield y Bill Frisell en el rubro de guitarristas que cambiaron la escena de jazz a partir de los ’90. Stern realizará cuatro shows en Café Berlín y también se presentará en Rosario, Córdoba, Cipoletti, Mendoza y Mar del Plata.
En esta oportunidad el guitarrista y compositor llegará acompañado de Leni Stern (guitarra, voz y ngoni) y Bob Franceschini (saxo) a los que se le sumarán los argentinos Javier Malosetti (bajo) y Juan Chiavassa (batería). En las presentaciones del 1 de marzo también tocará Hernán Genovese, el pianista argentino radicado en Nueva York que grabó con Wayne Shorter y Esperanza Spalding, entre otros. Un grupo ensamblado para una gira puntual podría provocar incertidumbre en otros géneros, pero el talento de los involucrados y la naturaleza del jazz pueden transformarlo en una circunstancia única. «Conozco personalmente a todos los miembros de la banda, excepto a Javier –detalla Stern en diálogo con Tiempo–. Tengo muchas ganas de tocar con él porque, por lo que he oído, es maravilloso. Todos los que conformaremos el grupo aportaremos nuestros talentos y la música es lo suficientemente abierta como para que a veces adopte ritmos más latinos y, otras, influencias africanas. En otros momentos nos ponemos más rock y funk. ¡Sabemos balancearlo, por supuesto! La idea es que todos los músicos tengan su espacio para que sean ellos mismos y aporten las influencias de donde vienen y su personalidad».
Stern –que en 2016 se rompió los dos brazos y sufrió un daño muy importante en los nervios de la mano derecha, lo que lo obligó a un gran esfuerzo de rehabilitación– llegará por primera vez a nuestro país con su esposa, Leni Stern: «Constantemente aprendo mucho de ella. Desde hace mucho teníamos un trato: cuando cumpliéramos 70 años haríamos una gira juntos. Lo hicimos realidad y está funcionando muy bien. Va a cantar un par de temas con el ngoni (un instrumento africano similar a la unión de un arpa y un laud) y en el resto del show tocará la guitarra. ¡Si hubiera sabido lo maravilloso que resultaría esto le habría pedido que se incorporara a mi banda antes! ¡Ella es maravillosa!».
Recientemente Stern terminó de grabar un nuevo disco que se editará en septiembre. «Participan Christian McBride (contrabajo), Chris Potter (saxo), Jim Beard (piano), Antonio Sanchez (percusión), Dennis Chambers (batería), Richard Bona (cantante y multiinstrumentista) y Bob Franceschini (saxo). Fue realmente un placer grabar con estos maravillosos músicos y estoy muy entusiasmado con los resultados», confiesa. La cultura jazz suele ser esquiva a las presentaciones formales en vivo de álbums y el último lanzamiento de Stern fue grabado junto al tecladista Jeff Lorber (Eleven, 2019), por lo que es obvio que el repertorio en la Argentina no pasará por ahí. «Básicamente vamos a tocar mis canciones y un par de composiciones de mi esposa. Los temas son de diferentes discos míos, no sólo repasan los últimos que grabé», explica. Seguramente no faltará «Jean Pierre», uno de los temas que el guitarrista grabó con Miles Davis, y los mejores de discos como Upside Downside (1985), Is What It Is (1993), Beetween the Lines (1996) y el más cercano Trip (2017). Otra de las particularidades de Stern es que su performances en vivo suelen alcanzar una tercera dimensión. Si sus primeros discos en parte estuvieron marcados por lo que en los ’80 y ’90 se entendía por «fusión» –y por ende a los oídos de hoy pierden un poco de frescura–, en vivo su sonido gana más carácter y agudeza.
Por su background y estilo, alguna vez se dijo que Stern era una suerte de padre del bop & roll. La etiqueta –un poco caprichosa, como todas– termina resultando bastante orientativa de los cimientos de su música. Con esas bases y sumando colores construyó una carrera importante. Con más de 50 años en la escena vio pasar decenas de cambios de modas, tendencias, la jibarización de la industria de la música, el reinado de las nuevas tecnologías y más. Seguir editando discos de jazz instrumental y girando por el mundo no deja de ser un gran éxito del que pocos pueden disfrutar: «Crecí escuchando a Hendrix y a muchos músicos de blues como B. B. King, Jeff Beck, Cream y los discos de Motown. Cuando me metí en el jazz, venía del rock, el funk y el soul. No me gusta encerrar la música en una caja. Afortunadamente, esa forma de pensar me sigue llevando adelante».
Es cierto que la participación de Stern en la banda de Miles Davis tuvo lugar hace casi 40 años. Sin embargo, tocar con quizás el músico más importante e influyente de la historia del jazz no es cosa de todos los días. Fueron tiempos turbulentos para el siempre difícil Davis y para el joven Stern, cuando el consumo de drogas estaba a la orden del día. Davis llegó a despedir al guitarrista nacido en Boston (EE UU) para luego volver a contratarlo como sustituto de ni más ni menos que, a John Scofield. «La música me ayudó a sobrellevar los momentos más oscuros, es algo muy fuerte. Aprendí mucho de Miles y siempre voy a estar agradecido, son cosas que no podés absorber de ninguna otra manera. Me siento bendecido por esa experiencia». «
Mike Stern en vivo
Se presentará en Café Berlín (Av. San Martín 6656) el 1 de marzo a las 20 y 22:30, y el 6 en los mismos horarios.