Miguel Zavaleta estaba grabando con Suéter en El Cielito, el mítico estudio en el que surgieron muchos de los mejores discos del rock argentino en más de cuatro décadas, cuando sonó el teléfono, de aquellos que tenían un auricular y disco para marcar los números. “Era el Flaco Spinetta. Me llamó para felicitarme por un tema. Fue uno de los momentos de mi vida y no me olvidaré jamás”, recuerda.

La canción elogiada por Spinetta era “Su única diferencia”, incluida en el primer disco de la banda, de 1982, y que Zavaleta había escrito y dedicado a su hermano.

Cuarenta y dos años después, Suéter y Zavaleta volvieron a grabar aquel tema, esta vez con Nahuel Pennisi como músico invitado. Lo hicieron como parte de La reserva moral de Occidente, un disco en el que Suéter reversionó sus clásicos más representativos con una selección de artistas que, además de Pennisi, incluye a Rubén Rada, Hilda Lizarazu, Julián Kartun, Marcelo Moura, Leo García, Juan “Pollo” Raffo y Javier Malosetti. El disco fue producido artísticamente por Zavaleta y Jorge Minissale, los únicos que permanecen de la formación original de la banda, y grabado en los estudios de Romaphonic, en Buenos Aires. Junto a Zavaleta y Minissale integran el grupo en el disco Rafa León, en bajo; Karina Brosio, en teclados; y Fernando Samalea, en batería.

“Los invitados fueron muchos y sensacionales. Están los que yo quería, aunque me faltaron algunos otros”, cuenta Zavaleta a Tiempo. Sin embargo, hay uno de ellos al que apenas conocía de vista: Julián Kartun. “Yo estoy medio desapegado de algunas cosas. Por ejemplo, no tengo televisión y sigo escuchando discos clásicos. Es mi hija la que me ubica en el tiempo. Ella me habló de Julián. Yo sabía que era famoso, pero no tan famoso. Conocía a su personaje cómico Caro Pardíaco y después vi que era el cantante de El Kuelgue. Vino a grabar el disco y llegó al estudio antes de nosotros. Estuvo divino y es un profesionalazo”. Kartun interpreta “Extraño ser”, uno de los clásicos de la banda.

Otro de ellos, “Él anda diciendo”, fue grabado esta vez junto a Hilda Lizarazu y su hija, Mía Folino. “Era imposible dejar afuera a Hilda, que es una persona muy ligada a mi existencia. Y lo hizo con su hija Mía, que tiene una gran presencia y condiciones”, dice Zavaleta.

Zavaleta y la nueva encarnación de Suéter.

El “dream team” que se conformó para este disco de reversiones está integrado también por Marcelo Moura. Suéter y Virus, la banda de los Moura, justamente, caminaron juntos los escenarios a comienzos de los ’80. Ambos grupos, junto a Soda Stereo, los Twist y Los Abuelos de la Nada -con Andrés Calamaro entre sus integrantes- gestaron un movimiento clave para el rock argentino, promoviendo canciones para bailar, letras con humor e ironía y actuaciones performáticas, todo cuando todavía gobernaba la última dictadura cívico militar.

“Marcelo Moura -cuenta Zavaleta- se echó al hombro tener que reemplazar a Federico, que era un número 10: jugaba en el mediocampo y el ataque a la perfección. Marcelo es un gran amigo, a quien quiero mucho y es de mi generación”

Aquella generación de principios de los ’80 combinaba las ideas hippies surgidas en Estados Unidos, pero también la modernidad inglesa. “Éramos todos hippones que habíamos sido deslumbrados por la misma cultura y los mismos antecedentes musicales, desde Woodstock en adelante. Teníamos esa mentalidad y llegamos en el mismo momento. Buscábamos reírnos y pasarla bien”, explica. El clima político y social, sin embargo, continuaba siendo el que imponía el régimen militar más sangriento en la historia argentina. “Era muy peligroso, porque te agarraba cualquier ‘mencho’ que tenía un uniforme y una pistola y te podías comer un mal momento. Yo admiro mucho a los que resistieron. Este es un país hermoso, pero cuando las personas se convierten en imbéciles pueden ser muy agresivas. Y eso tiene mucho que ver con quién manda. Ahora estamos de vuelta en una época negra”, asegura.

De vuelta al disco, Zavaleta indica que uno de los desafíos planteados fue cómo reversionar los temas clásicos de la banda, grabados hace 40 años. “Por ejemplo, a ‘Él anda diciendo’ la toqué muchos años y pasó por diferentes versiones. Para este disco, la hice apenas distinta a la original, que no tenía baterista y en la que yo tocaba un bombo. Los arreglos que pensamos para esta ocasión son un poquito más estáticos”, dice.

Zavaleta y Minissale encararon el proceso de grabación de las nuevas versiones entre el estudio Romaphonic y sus propias casas.  “Lo bueno de estos tiempos para grabar es que podés incorporar, por ejemplo, el bajo y la batería en el estudio y te llevás ese resultado a tu casa para sumarle un teclado, la guitarra y los coros. Es una manera de grabar un disco mucho más fácil que la anterior, pero lo único que no me gusta es que todo se mezcle fuera del estudio. Yo quiero que el técnico en sonido esté a mi lado para poder decirle cuándo va un arreglo sutil. Son mis temas, así que sé qué es lo que quiero para una canción”, indica.

Sin embargo, Zavaleta reconoce que a veces no confía mucho en su opinión. “Todos creemos que lo que pensamos es lo correcto, pero yo me di cuenta de que en muchas cosas me equivoqué. Entonces, hay ciertos momentos en los que digo: ‘Ok, adelante. Esto háganlo como quieran’. Así, le dieron una mirada diferente a la que yo tenía y enriqueció el resultado final”.

Zavaleta piensa que el concierto que Suéter dará en La Trastienda puede ser el inicio de un recorrido que, algunos meses después, lleve a la banda a poder “hacer un show mucho más grande”, a tocar en las provincias y en el exterior del país. Y, después de eso, enfocarse en los “más de 50 temas” que compuso en los últimos 20 años. “Tengo nuevas canciones buenísimas y muy modernas. Es muy común entre la gente que se dedica a esto que la inspiración se vaya apagando con el tiempo y que las mejores obras la hacen los compositores cuando son jóvenes. No pensemos en Bach, porque no era humano, pero sí en Stravinsky, que al final de sus días hacía música que parecía barroca. Siempre  busco que mi música me supere y hable por mí. La música es espiritual, hay que sentirla para disfrutarla en plenitud”, concluye. «

Suéter en vivo

Presenta La reserva moral de occidente. Viernes 19 de julio a las 20:30 en La Trastienda, Balcarce 460.